El 21 de junio recién pasado, los académicos de la Facultad de Artes, Rodrigo Vera y Margarita Shultz, junto a Humberto Soto, profesor de la Universidad de Concepción, realizaron un emotivo homenaje a la escultora chilena Marta Colvin. A 100 años del nacimiento de esta artista, los conferencistas llegaron hasta la cuidad de Chillán para ser parte de la actividad que organizó la Universidad del Bío Bío en esa ciudad.
Todo comenzó cuando Rodrigo Vera viajó hasta Chillán para afinar los detalles de la exposición que en agosto realizará junto a otros profesores del Ciclo Básico del Departamento de Artes Visuales. En esa oportunidad, los organizadores del homenaje a Marta Colvin lo invitaron a participar y él, además de aceptar gustoso, contactó a Margarita Schultz y a María Eugenia Brito, académicas del Departamento de Teoría de las Artes, para ser parte de la actividad.
"Pensé en ellas porque Margarita Schultz es la autora del único libro monográfico dedicado a Marta Colvin y además tuvo la suerte de conocerla, y María Eugenia Brito tiene estudios de género", señala Rodrigo al explicar por qué invitó a estas dos profesoras a participar en el homenaje. Finalmente, María Eugenia Brito no pudo asistir a la ceremonia que se realizó el 21 de junio en la Sala Schäefer de la Universidad del Bío Bío, sede Chillán, la que resultó ser un éxito.
Alrededor de 100 personas asistieron al simposio "Fuerza y Expresión", en el que los tres académicos dieron a conocer la especial relación que cada uno mantiene con la chilena ganadora del Primer Premio de Escultura en la Bienal de Sao Paulo el año 1965 y Premio Nacional de Artes en 1970. "Cada uno llegó con una ponencia abierta y con una experiencia previa", cuenta Rodrigo, él único de los conferencistas que no conoció a la artista.
Tanto Humberto Soto como Margarita Schultz compartieron con Marta Colvin. El primero fue alumno de la escultura en la Universidad de Chile, y la académica del Departamento de Teoría de las Artes tuvo la posibilidad de conocerla mientras investigaba su obra para realizar el libro "La obra escultórica de Marta Colvin, Rosa de los Vientos". "Me emocioné con las palabras de Margarita y la experiencia de Humberto. Mi función en el simposio fue enmendar un error y reparar esa memoria", cuenta Rodrigo sobre el resultado de la actividad.
El error al que se refiere el académico del Departamento de Artes Visuales tiene relación con la fecha de nacimiento -1907, 1915 y 1917 son algunos de los años que continúan apareciendo, por ejemplo, en varios sitios de Internet- de esta importante artista nacional. "Yo mostré cinco imágenes con errores en el año de nacimiento de Marta Colvin en el homenaje", especifica Rodrigo, quien se percató de este esto en su época de estudiante cuando participó en la realización de un catálogo de una serie de artistas chilenos, entre los que estaba Marta Colvin.
En aquella época, Rodrigo decidió llegar hasta el Registro Civil de Chillán y en menos de una hora, averiguó el año de nacimiento de la escultora: "Mi insistencia fue tal que en menos de media hora tenía en mis manos el papel que hoy porto conmigo y que atesoro como resultado de una verdadera obsesión profesional: el certificado de nacimiento inscripción 801 de Marta Orelia Colvin Andrade, hija de Santiago Alejandro Colvin y Ercira Andrade, nacida el 22 de junio del año 1907". Así, el académico relató su experiencia en el simposio "Fuerza y Expresión".
Para Rodrigo, la inexactitud en la fecha de nacimiento viene a ejemplificar, de algún modo, "la falta de rigurosidad en la investigación y un problema de amnesia voluntaria". Marta Colvin estudió e hizo clases en la Escuela de Bellas Artes de la Universidad de Chile, pero, hasta la fecha, no se sabe con exactitud si su Casa de Estudios preparará algún tipo de homenaje. Para Rodrigo, esto se explica porque "la Facultad está en proceso contingente de mirar hacia delante", y agrega que, quizás, hace falta que los Departamentos de Artes Visuales y de Teoría de las Artes se coordinen porque "en este caso hay una tradición que une a ambos departamentos. Por un lado, hay una construcción de un discurso y por el otro, la renovación de la obra escultórica a nivel nacional", aclara.
Rodrigo Vera concluye: "Lo importante es que estos maestros no caigan en el olvido de los alumnos, de los profesores, de la Universidad, porque al mirar para adelante sin ver lo que hay atrás, se disuelve la identidad".
