Exposición:

Los mil mundos de Ignacio Gumucio

Los mil mundos de Ignacio Gumucio

Inmóviles y apilados unos encima de otros, así permanecían a escasas horas de la inauguración de "Mass Game", los diminutos personajes de papel con los que Ignacio Gumucio construye escenas y así sus mundos, tal como si estuviesen esperando la orden del artista, en medio de un fuerte olor a pintura y pegamento.

Gumucio, oriundo de Viña del Mar, a pesar de que aclara con su característico sentido del humor que ha tratado de cambiar infructuosamente su ciudad natal por la de Valparaíso, "para parecer más proletario y obrero", vivió hasta los trece años en Paris, para ingresar a inicios de los noventas a estudiar Artes Plásticas en la Universidad de Chile y donde se desempeñó como ayudante del Taller de Pintura que imparte el profesor Enrique Matthey y para terminar como Magíster en Artes Visuales de dicha universidad.

Fue hace un año y con su actual pareja, la artista visual Francisca Sánchez, quien inaugurará el 5 de julio la muestra FeCiega en la Galería Galería Mistral, que Gumucio retornó a vivir a la capital francesa, pero ahora no como hijo de exiliado, sino que por su propia voluntad.

Oculto detrás de un sillón al interior de la Galería, una etiqueta de avión con la sigla del aeropuerto de Santiago es la prueba del viaje que trajo, por poco tiempo, de regreso a Chile a Gumucio. Por más de un mes estará abierta al público "Mass Game" en la Galería Florencia Loewenthal (Ana Luisa Prats 903, Providencia), donde el artista emula las técnicas manuales, la construcción y el bricolage en su dinámica de construir escenas a partir de elementos elaborados aisladamente, en este caso acrílicos sobre cartón, que recorta y luego reúne formando así una situación, un paisaje, una enumeración hecha de memoria de un lugar o escena.

Sobre su obra, el artista señala: "He tratado de no limitar demasiado mi terreno en el arte y de mantener, lo menos claras posibles, las fronteras de las cosas que me interesan. Tengo una dificultad para enmarcar el repertorio de cosas que me atraen y que me gustan hacer. Me gusta el hecho de no haber podido hacer una definición que separe mi terreno artístico del de los demás, ya que hago arte porque me gusta ver arte, hago pintura porque me gusta mucho ver pintura y cuando veo cosas que me gustan me da la impresión de que yo también podría hacerlas igual y lo que sucede es que nunca logro eso, por lo que se podría decir de que el resultado de lo anterior, carateriza mi obra".

Gumucio agrega: "Mi forma de trabajo tiene que ver con una cierta deficiencia entre mis objetivos y lo que finalmente hago, pero le he agarrado el gusto a conocer mis límites. Me planteo objetivos inalcanzables y logro la mitad de eso".

-¿Qué sensación te queda el haber habitado entre Europa y Chile?

-Siempre, a mi pesar, me ha tocado vivir en muchos países, ya que por razones políticas, por ejemplo, mis viajes no han tenido un carácter aventurero. Una de las obsesiones de mi vida ha sido tratar de ser chileno y establecerme en Chile, pero no he podido por distintas razones, siendo más problemático de lo que debería ser. He hecho muchos esfuerzos y gran parte de lo que hago lo entiendo como algo que me identifica como chileno, pero con el tiempo y gracias a que me ha tocado viajar en condiciones más elegidas y no por azar del destino, me ha pasado, poco a poco, que voy encontrando lo mismo en todas partes. Me he dado cuenta de que mi idea de Chile tiene que ver con un carácter que existe en todas partes y que tiene relación con una arquitectura funcionalista empobrecida, algo que ha caracterizado mis pinturas. Siento que he viajado por el mundo buscando Santiago y lo encuentro en todos los lugares.

-¿De dónde vienen los personajes que creas y con los que inventas tus mundos?

-Los personajes funcionan con elementos arquitectónicos para la construcción de un lugar. Ellos aparecen como puentes entre diferentes estructuras y arman este sistema de arquitectura prefabricado, con muchos elementos que se articulan con dos o tres funciones al mismo tiempo. En “Mass Game”, por ejemplo, intento mostrar una composición en escena como coreografía y no como organización jerárquica, muy parecido a lo que ocurría en los Juegos Olímpicos y también en los gobiernos totalitarios. Son grandes coreografías de personas que con el cuerpo arman imágenes y en ese sentido, los personajes funcionan así, ya que se pueden ver sólo como personajes o como grupos que articulan el espacio y se despersonalizan. Me interesan los personajes cuando llegan a un nivel de igualación y ese es un enigma que siempre me ha interesado. Me llaman la atención los rasgos parecidos, lo que hace que dos personas sean parecidos pero a la vez desconocidos, como con los chinos o los niños con Síndrome de Down, donde hay una especie de igualación, pero con rasgos característicos de la familia. Me interesa lo que pasa cuando muestras a un personaje que funciona como cualquier persona, igualable y sustituible. Ese tipo de situación ambigua me llama la atención y la planteo también con los lugares, los que se pueden reconocer, sin ser especiales, transformándose en un molde clásico de cómo están armados los lugares.

-Llama la atención que te refieras tanto a la arquitectura, al crear vínculos y a buscar la igualdad, ¿por qué?

A través de la pintura estoy explicando cosas que me interesan y que intervienen en la construcción de un cuadro. La arquitectura es una analogía que para mí es interesante, ya que habla de la construcción de la imagen a través de la memoria. Todo esto viene de un patrimonio que tiene que ver con las técnicas de memorización histórica y al mismo tiempo, es la manera como se ha construido el cuadro desde la Edad Media hasta ahora.

-Te han catalogado como un artista que se sitúa en el ámbito de la Transvanguardia, ¿qué te parece eso?

-No estoy nada de acuerdo porque mi manera de pintar no tiene nada que ver con la Transvanguardia, porque además pinto como puedo, ya que no puedo decir que tengo sólo una Escuela. Quizás me acomode ese término si lo tomamos en base a la actitud que representó en su época la Transvanguardia. Comparto esa actitud de plantearse en un una rebeldía total de desprecio de la estructura del arte conceptual. El arte es increíblemente rico, y la idea de que sea un embudo direccionado a algo, como una evolución, resulta absurdo y eso desde la Transvarguardia era posible.

-¿Por qué tus trabajos tienen un carácter experimental y utilizas en ellas elementos como fotocopias?

-El carácter experimental tiene que ver con una apertura a la suerte y al cambio de planes. Esa manera de ver el resultado final, como la consecuencia de una idea que no tiene que parecerse visualmente, sino que tiene que ser coherente con el punto partida, me lo enseñó el grabado. Toda mi vida he tratado de hacer pintura pompeyana, ya que lo único que quisiera hacer son las pinturas que están en los frescos de Pompeya, no me interesa lo que haya pasado en la historia de la humanidad, pero para hacer eso hoy, y no estar haciendo una imitación ordinaria, es experimentar, porque no existe un camino trazado, por lo que hay que probar hasta lograrlo. Las fotocopias tienen que ver con la idea del desprejuicio con los atajos, ya que nunca me ha interesado el lado nombre y trabajoso del arte. Siempre me ha interesado esta desproporción entre el tiempo de trabajo físico y el resultado. La fotocopia tiene que ver con esa velocidad, con ocupar un medio de transporte de imagen y pintar directamente encima, además que se producía una especia de puente entre el mundo de la fotografía y el de la pintura.

-¿Cómo fue tu paso por la Universidad de Chile?

-Tuve dos pasos. El primero fue muy malo, principalmente por mi edad y por lo perdido que estaba, además que me encontré con una Escuela de Artes que estaba indiferente y que recién estaba reincorporando a profesores exonerados por la dictadura. Era una Escuela que no te preparaba para tener éxito, ya que se partía de la base que el que ingresaba ahí escasamente podía vivir del arte. Ingresé a la Chile porque no me dio el puntaje para ingresar a ninguna otra parte, ya que fui el último que ingresó de mi generación, debido a que obtuve el puntaje más bajo. Tuve que esperar tres semanas a que corrieran las listas de espera. Me costó. Ingresé a estudiar artes porque soy inepto para cualquier otra cosa. Por culpa de un pequeño problema de confusión, todo el tiempo estudié grabado pensando que quería estudiar pintura, ya que tengo un defecto, y es que tiendo a elegir las cosas que realmente no quiero, cosa que por lo demás se me está pasando. Mi segundo paso fue mucho más entretenido, ya que en el Magíster conocí a gente que debería haber conocido en pregrado y por tímido nos los conocía, como a Gonzalo Díaz o a Enrique Matthey. Me hizo muy bien trabajar como ayudante de Matthey, porque fue ahí cuando aprendí a pintar. Fui un alumno más de segundo año, el más viejo. Fue una gran experiencia gracias a la enorme generosidad de Enrique Matthey, que no sé cómo se le ocurrió contratarme para algo que estaba claramente por encima de mis capacidades.

Ignacio Gumucio forma parte del colectivo de artistas chilenos que participarán en la muestra "Sur Scene", que se llevará a cabo entre 6 de julio y el 30 de agosto en la ciudad de Tours.

En dicha muestra participarán, a través de videos, instalaciones, pinturas y esculturas, autores como Claudio Correa, Mónica Bengoa, Iván Navarro, Caterina Pudry y Ximena Somoza, entre otros.

Últimas noticias

Exhibición en MAC releva veta de diseñador teatral de Guillermo Núñez

"TREGUAESCENA: el primer Guillermo", destaca la producción para obras de teatro realizada por el Premio Nacional de Artes Plásticas (2007) durante los años 60. Aunque comenzó a tomar forma en el año 2021, la muestra ahora se presenta como un homenaje póstumo, a quién dirigió el del Museo de Arte Contemporáneo de la Universidad de Chile a principios de los años 70.

Conformado por académicos de la Facultad de Artes:

Integrantes del Núcleo Emovere iniciaron residencia en Centro NAVE

"Espectra" es el nombre del proyecto que las académicas Francisca Morand, Mónica Bate y Eleonora Coloma y el académico Javier Jaimovich llevarán a cabo en el marco de la residencia que realizan desde el 8 de julio en el Centro de Creación Artística y Residencia NAVE. En la propuesta, que comenzaron a desarrollar a mediados del año 2023, trabajan a partir del registro de voces y sonidos en peligro de extinción.

Exhibición en MAC releva veta de diseñador teatral de Guillermo Núñez

"TREGUAESCENA: el primer Guillermo", destaca la producción para obras de teatro realizada por el Premio Nacional de Artes Plásticas (2007) durante los años 60. Aunque comenzó a tomar forma en el año 2021, la muestra ahora se presenta como un homenaje póstumo a quién dirigió el Museo de Arte Contemporáneo de la Universidad de Chile a principios de los años 70.