La historia es ésta: dos estudiantes de música de la Facultad de Artes de la Universidad de Chile se conocen, se gustan, se quieren y se casan. Luego tienen cuatro hijos: todos músicos profesionales. Padres e hijos tocan juntos por años. Luego, del seno familiar, nace un cuarteto de música de cámara.
Los padres de la historia son el violinista Manuel López y la cellista Osiria Sepúlveda. El hijo mayor, Emmanuel, heredó el gusto por el cello. Natalia y Jorge se dedicaron al violín y Claudia tomó la viola. Las mujeres (Osiria, Natalia y Claudia) junto con el padre como "invitado especial" y la pianista Patricia Castro (que ya es como de la familia) conforman el Cuarteto Gabriel Fauré, que se presentará el próximo jueves en la sala Isidora Zegers.
"Ya me integraron, es muy lindo porque hay muchos problemas que trabajando en familia no existen, no hay malas vibras y eso es importante para un cuarteto de cámara", afirma la "adoptada" pianista Patricia Castro. "A veces peleamos, nos agarramos, pero siempre la unidad familiar es más fuerte", dice Claudia López.
No siempre el grupo tuvo esta formación. Primero fue un cuarteto de cuerdas y luego de años se agregó el piano. Claudia López explica el cambio: "Quisimos integrar el piano porque el repertorio con piano es muy atractivo, además que hay tantos cuartetos de cuerdas". Desde el 2002 Patricia Castro forma parte del conjunto y se han presentado en importantes salas de Santiago y del país.
Una familia profesional
En alguna entrevista al grupo, una periodista dijo que todo esto lo hacían como un "hobby". Pero lo cierto es que los miembros del Cuarteto Gabriel Fauré se toman la música muy en serio y con mucho profesionalismo. "A veces pasamos mucho rato discutiendo por una simple corchea, es un trabajo de mucho detalle", cuenta Patricia Castro.
Así, han desarrollado varios repertorios y quieren seguir armando otros tantos. Para el concierto del jueves se centrarán en Brahms, como un homenaje en los 110 años de su nacimiento, y además interpretarán "Dumka" de Anton Dvorak. "Es un repertorio bien contrastante, uno representa una obra profunda, de la madurez y la otra es muy alegre", señala Claudia López.
El conjunto tiene mucho entusiasmo, pero resiente la falta de un buen lugar para ensayar y del auspicio que les permita dedicarse más tiempo al grupo. Las reuniones suelen hacerse en casa de Osiria y Manuel, cuando pueden coordinar bien los tiempos de las actividades individuales de cada uno. "Es muy difícil hacer música de cámara y vivir de ella, necesitamos un sueldo para establecernos más, lo ideal sería ensayar todos los días", afirma Claudia. "Deberíamos tener una sala Zegers para ensayar", apunta bromeando Patricia Castro.
Sobre Manuel López, el "patriarca" de la prole de músicos que participa como quinto integrante en el cuarteto, Claudia y Patricia están de acuerdo en destacar su importancia, ya que "aporta mucho equilibrio, echa bromas y sabe mucho".
Cabe destacar que Claudia integró por 20 años la Orquesta Filarmónica del Teatro Municipal. Eso hasta el año pasado, en que junto a muchos otros músicos tuvo que dejar la agrupación y ver como en su reemplazo traían a músicos europeos. "En Chile tenemos que aprender a valorar y respetar a los chilenos", afirma, pero también rescata algo de la amarga experiencia: "Al final parece que me hicieron un favor, porque ahora puedo dedicarme más al cuarteto".
Pese a todas las dificultades, tienen muchas ganas de seguir y no claudicar: "Hemos sido testigos de mucha disolución porque hay poco incentivo, no hay apoyo", recalca Claudia López, por lo que valoran el hecho de haber sido reconocidos y patrocinados por la Universidad de Chile desde el 2006. "Significa que saben que existimos y les gusta como tocamos", afirma Castro.
Con ganas de hacer una gira por el país y eventualmente grabar un disco, el conjunto (que se llama Gabriel Fauré porque la primera pieza que tocaron en vivo fue una del compositor francés) continúa ensayando y luego tomando once en familia. Al fin, solo en el correr de los años podrá decirse algo verdadero y sostenible sobre una agrupación. Como dice Patricia Castro, "Hay que seguir una línea, hacen falta años para conseguir una sonoridad, para aprender a tocar juntos y escucharse".
I Parte | |
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Johannes Brahms Cuarteto Opus 60 en Do menor |
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II Parte | |
Anton DvorakQuinteto Opus 81 "Dumka" |
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