Para los jóvenes de hoy es bueno escuchar las historias de vida de aquellos que no somos tan jóvenes. Ésto, para entender la(las) historia(s) que no están escritas en ninguna parte y tal vez debieran escribirse. Contar por ejemplo, cómo se desenvolvía nuestra vida de estudiantes en la vieja y querida escuela del Parque Forestal . " La Escuela ", para muchos de nosotros, hoy bellamente restaurada y que acoge al Museo de Arte Contemporáneo.
En la década de los sesenta (antes de la Reforma),para el joven "mechón"? ingresar a ese noble edificio era algo sobrecogedor. Entrábamos al amplio hall, flanqueado por las reproducciones de todo el sagrado arte " greco romano. Ese ingreso al hall tenía algo muy solemne, era como un templo en que las imágenes estaban representadas por estas copias. Allí estaban desde luego la Venus de Milo, la Diana cazadora, Hermes con Dionisio niño, todas aquellas obras de la Academia que debíamos reproducir con carboncillo. Cierto es que nos intimidaron en los primeros días , hasta que logramos dibujar sus formas, una y otra vez, dominándolas más adelante sin ninguna dificultad.
Pero, pronto aprendimos a ser irrespetuosos con ellas y sin dejar de reconocer su valor en la historia del Arte, percibimos que la época en que vivíamos como jóvenes necesitaba nutrirse de una mirada diferente y nos identificamos con la vanguardia representada por algunos de los profesores mas jóvenes de la Escuela. De esta manera , le seguimos los pasos a las muestras de José Balmes , Gracia Barrios o a Eduardo Bonati, porque planteaban búsquedas y experimentación. Quienes tuvimos la suerte de asistir a sus talleres, nos sentíamos compartiendo un aire de lo nuevo que estaba ocurriendo allí.
En algunas ocasiones, al encontrarnos un tanto agobiados en el taller, salíamos hacia el parque que en otoño nos ofrecía una alfombra de hojas que crujían a nuestros pies; o encaminábamos nuestros pasos hacia el río que exhalaba una niebla fría y envolvente; en primavera el espectáculo de un árbol de flores color magenta, o el rojo de los ceibos o los frondosos gingobiloba.
Estaban también los viejos profesores, aquellos herederos de la última bohemia Artística iniciada por la generación del 13, esos artistas malditos. ¡Cómo no recordar aquellos maestros que regresando de un buen regado almuerzo, en medio de los efluvios etílicos aún, nos corregían lo realizado , no sabiendo bien lo que hacían!.¡O al maestro Molina, quien en una sola clase nos hizo recorrer la historia del Arte china , japonesa e hindú, también bajo los efectos de los mismos efluvios.!
Sin embargo también planteamos nuestra disconformidad frente al programa de una Carrera a la cual sentíamos que le faltaba mas contemporaneidad, exigiendo a la autoridad los cambios de los programas de algunos profesores o sencillamente el mejoramiento de lo que la malla curricular ofrecía. Algunas cátedras se habían quedado estancadas en los años 30, otras planteaban solo las propuestas estéticas de los propios maestros y nos coartaban en nuestras visiones.
Le planteamos nuestros problemas al Decano de la época y al no ser escuchados decidimos tomarnos la escuela y exigir perentoriamente en primer lugar cambios en una cátedra que era básica en nuestra formación. Pero también pedíamos cambios en torno la orientación de la Carrera, y una mayor participación a traves del Centro de Alumnos, en los organismos directivos de la Facultad. Estábamos convencidos que podíamos exigir mayor excelencia en todo orden. La Universidad era gratuita pero no por ello debía ser de bajo nivel, la universidad era estatal pero como según el principio de Estado Docente, "la Educación debía ser atención preferente del Estado"?, ( y lo señalaba la Carta Constitucional de 1925) queríamos que esto se demostrara con los hechos.
Allí, ya se estaban preparando lo que después serían los cambios de la Reforma universitaria en el año 68. Movimiento fundamental en la historia de las Universidades chilenas y que es necesario entender imaginando una Universidad y una Facultad, que no se miraba a sí misma y no escuchaba los cuestionamientos que se le hacían desde los diversos estamentos.
Los años de la Reforma fueron años difíciles, los planteamientos estudiantiles, parafraseando al Mayo francés, "eran realistas , pedían lo imposible"?. Así todo, fue una época que no me tocó vivir y sobre la cual he leído e inquirido en muchas oportunidades.
Regresé en el período post- Reforma. Todavía estaba en el aire su lenguaje y sus postulados y lo que nos ocurría en esos años era el resultado de su complejidad como proceso. La participación de los estudiantes, los académicos y funcionarios era una realidad que hoy no imaginamos. Pero estábamos en otra Universidad y en otro país, que tenía libertad para soñar y quería hacerlo...
El golpe nos encontró a muchos de nosotros, trabajando por ese país que soñábamos y nos asestó duro.
El espacio que ocupó la Facultad de Bellas Artes con su traslado al Campus Juan Gómez Millas después del Golpe, en los años 74-75, no nos agradó a muchos. Nos pareció poco acogedor, inconcluso, precario, definitivamente feo. Habíamos conocido su maqueta pero esto que teníamos ante nuestros ojos no era ni siquiera un remedo de ella. El parque era lo más "salvable" de todo. El edificio era frío y nos parecía más una fábrica que otra cosa. Las salas del Departamento de Teoría e Historia del Arte estaban en un subterráneo que originalmente se había proyectado para bodegas, a la primera lluvia estaban completamente inundadas...
Pasamos allí los primeros años de esta universidad intervenida, que nos hizo avergonzarnos al exonerar a sus mejores académicos.
Pero nos esperaban años peores y eso fue en los inicios de 1981 con la llegada de un Decano nombrado por uno de los variados Rectores delegados. Es necesario aclarar que los Rectores de esos años eran oficiales de Ejército o de la Fach en servicio activo. Si incluso hubo uno que inauguró el Año Académico lanzándose de un paracaídas en el Campus Antumapu, ( sin duda que era de la rama de Paracaidismo).
Pero sigo con la historia del nombrado Decano en nuestra infausta Facultad de esos años. Desde luego que hubo un nuevo " barrido"? de Académicos y funcionarios y la llegada de gente nueva. Otro cambio que nos hizo temblar, por el riesgo de desaparecer, este riesgo era real. De acuerdo a la concepción de la Universidad que se planteaba entre las modernizaciones del gobierno de Pinochet, el Arte tenía bastante poco que hacer en ésta, o tal vez ¿nos transformaríamos en Academia?... Quizás la concepción de esta Academia se inspiraba directamente en la homónima de Luis XIV. Temíamos lo peor.
Así llegamos a la fusión de las Facultades: de Bellas Artes ( con los departamentos de Artes plásticas y Teoría e Historia del Arte) y Artes Musicales y de la Representación, ( con Música y Sonología, Danza y Teatro) tal como estamos hoy. Esta unión ha tenido altos y bajos, pero se ha mantenido a pesar de ellos.Bien, pero señalaba que esos años fueron los más difíciles para esta nueva Facultad. La llegada de una serie de académicos traídos por el nuevo Decano, el ingresó a la planta académica y funcionaria de muchos personajes vinculados con servicios de seguridad. Estos sujetos despertaban todo tipo de reservas, no solo respecto de sus conocimientos o formación sino por su lenguaje y sobre todo por el clima imperante, de recelo, soplonaje ,silencio y miedo, mucho miedo .
Afortunadamente este régimen duró solo dos largos años, el decanato cayó por sí mismo, al incurrir en una serie de gestiones corruptas, investigadas por un nuevo Rector que aunque militar, se caracterizó por su correcta gestión.
Respirando un nuevo aire, con un nuevo Decano de reconocida trayectoria académica, iniciamos dentro de la Facultad la última fase de la intervención militar. Los años 83-89, en que los estudiantes comenzaron a presionar por la salida de los profesores que demostraban un bajísimo nivel académico. Incluso fue histórico , ya que en el Departamento de Teoría de la Artes, los estudiantes protestaron realizando marchas internas. Esto tuvo una repercusión positiva porque el año 1885, se hicieron llamados a concurso y regresaron académicos que había sido exonerados, así como ingresaron otros más jóvenes.
Pero una nueva lucha llevaría a poner la integridad y los principios de la Universidad en jaque. Un nuevo Rector, esta vez salido de las mismas filas universitarias, sería el instrumento empleado por el gobierno de la dictadura para proceder a un desmantelamiento de nuestra "Alma mater"? y por cierto también nuestra Facultad. Entonces salimos a la calle a defender la Universidad, hicimos que el ciudadano común solidarizara con nuestra batalla y le quebramos la mano a la dictadura por primera vez en doce años. Muchos académicos fuimos exonerados, no nos importó en ese momento y lo consideramos como una "condecoración"?. Corría el año 1986.
Con la llegada de la democracia, hacíamos un recuento de todas nuestra pérdidas en dictadura, entre las de carácter material figuran varios edificios que luego de ser de propiedad de nuestra ex Facultad de Bellas Artes, se perdieron (1), sin ninguna explicación por parte de las autoridades de la época; la biblioteca que durante diecisiete años no adquirió un solo texto, los servicios higiénicos en estado desastroso etc. Pero sin duda, entre las pérdidas mas difíciles de recuperar, están el dialogo, el respeto, la convivencia amistosa, la confianza, la calidad académica y la libertad de expresión. Todos estos valores han tardado en recuperarse y seguramente obedecen a un proceso mucho mas largo, que tiene que ver con un cambio en el comportamiento de todos nosotros como sociedad.
Junio de 2006
(1) Muchos de ellos hoy pertenecen a la empresa privada
