Egresados y egresadas del Departamento de Artes Visuales de la Facultad de Artes de la Universidad de Chile son parte de la exhibición Bordes Fluidos, muestra colectiva que invita a disolver los límites tradicionales para construir nuevas narrativas, generando una experiencia inmersiva que resuena con las vivencias y reflexiones de cada espectador. La exposición, organizada por Balmaceda Visual, estará hasta el 31 de marzo de 2025 en el Museo de Arte Contemporáneo (MAC) de Quinta Normal.
Las y los artistas egresados del DAV que participan en la muestra son: Renata Ayala, Sergio Santana, Samanta Nash, Taina Villalobos, Paulo Ravanal, Magdalena Pickett, Rosa Jelves, Isidora Gonzalez, Fernanda Lizana, Constanza Caba y Eliecer Espinoza.
Esta exhibición gira en torno a cinco ejes curatoriales de Bordes Fluidos y sus respectivas salas son: Crisis en directo (salas 7 y 8), Diálogos no humanos (sala 9), Tramas de la memoria (salas 3 y 5), Flu-yo (pasillo) y Objeto y afecto (sala 4).
La instalación sonora Formas de decir un secreto, de la artista Magdalena Pickett Verdugo, egresada del Departamento de Artes Visuales (DAV) y ayudante del Taller de Dibujo II dirigido por el académico Rainer Krause, muestra en una obra profundamente introspectiva, donde conecta sonido, cerámica y escritura en una narrativa visual y sensorial.
“Formas de decir un secreto fue un proceso largo. Empezó en 2022 cuando en un ramo para la universidad inventé un abecedario, este abecedario tenía una escritura distinta y cada símbolo tenía un silbato con un sonido propio. La idea era hacer traducciones de secretos o de cosas que no quiero que sean entendidas a este idioma pero Ese año no llegué a hacer ninguna traducción. El año pasado cuando me encontraba en el mi proceso de creación de obra de egreso quise retomar este abecedario y finalmente traducir un secreto. Este audio fue como el pie inicial a lo que fue la obra final, me dediqué a reflexionar en torno a distintos conceptos que me fueron apareciendo como los frágil, el silencio, los secretos y las cosas que se quiebran, es ahí donde aparecen los otros elementos que forman parte de mi obra siendo la escritura uno de los más relevantes”, cuenta Magdalena.
Por otra parte, la obra La imagen se desvanece igual que mi memoria, de Isidora González Kukulis, egresada DAV, técnico de Fotografía y apoyo docente en el Taller de Fotografía del DAV, está compuesta por 25 placas de cianotipia sobre cerámica, que juntas forman una imagen creada a partir del archivo fotográfico de su padre. Estas fotografías documentan los viajes de su familia entre 1983 y 1986 y están profundamente ligadas a la memoria de su abuela paterna, quien falleció un mes antes del nacimiento de la artista. La obra alude a cómo los fragmentos, tanto visuales como narrativos, construyen relaciones con historias que no se vivieron directamente, pero que permean la identidad personal.
El proceso de esta obra por sus cualidades materiales “fue extenso, ya que para hacer cianotipia sobre cerámica la emulsión debe ser lavada durante extensos períodos de tiempo. En este caso particular, por la pasta utilizada en la cerámica y la porosidad de esta, una vez emulsionadas y expuestas a la luz para la transferencia de la imagen, cada pieza fue lavada por 3 horas consecutivas. La cianotipia es muy versátil, ya que se puede trabajar en distintas superficies y ese desplazamiento material me interesaba para trabajar una imagen que pierde su nitidez en la transferencia así como otros detalles de la fotografía. Un proceso símil a la memoria y al relato hablado que constituimos como memoria también. Un aspecto importante de la obra es que como lo dice su título, la obra sigue siendo afectada por la radiación UV constantemente, por lo que está viva y se va lentamente desvaneciendo. Cada vez se deslava y se torna más azulada. Eventualmente quedará solo una estela de esta fotografía”, detalla Isidora.
Rosa Jelves presenta la obra Parásitos 2.0, donde expone identidades digitales como autorretratos sublimados en tela y prótesis corporales. Esta obra cuestiona las estructuras del cuerpo y la identidad, explorando el nexo entre lo biológico y lo virtual.
“La obra representa avatares, es decir, identidades digitales que uno usa en sitios de internet o videojuegos, pertenecientes a un mundo virtual que he creado y que se llama “1sLa d3 LaS vi5c3ras”. Estas imágenes son avatares, pero a la vez también son un autorretrato, donde, mediante prótesis parasitarias que igualan el color de mi piel, transformo mi cuerpo”, cuenta Rosa.
Estos parásitos están inspirados en formas del interior y exterior del cuerpo, e incluso en estructuras micro-celulares, como los organelos celulares. “Las prótesis o parásitos están hechas de materialidades blandas, como pantis y telas elásticas similares, además de hilo, el cual fue tejido a crochet, todo en una tonalidad parecida a la de mi cuerpo. Estas materialidades fueron escogidas para transmitir de mejor forma las estructuras corporales, ya que, con mi trabajo, busco exteriorizar estas partes que nos conforman y de las cuales no somos conscientes la mayor parte del tiempo porque no las vemos. La obra busca generar lazos más cercanos con el propio cuerpo y eliminar los rasgos que nos hacen diferenciarnos entre individuos, con la intención de provocar reflexiones sobre el cuerpo más allá de lo exterior o superficial”, detalla la artista.
Retorno, de Taina Villalobos, es un cartel vial autogestionado que utiliza el término Abya Yala, un concepto originario del pueblo Kuna para referirse a Latinoamérica. “La obra indaga desde las visualidades de la carretera, la intención material de renombrar los territorios con palabras que nos hagan sentido. ‘Abya Yala’ es un término creado por los Kuna, pueblo originario que habita actualmente Colombia y Panamá, para designar al territorio comprendido por Latinoamérica, nombre usado hasta la actualidad por movimientos sociales, luchas indígenas y pensador@s en general", dice Taina.
Y agrega que "sus traducciones (Abya Yala) al español son Tierra Viva, Tierra Madura o Tierra en Florecimiento. Este cartel vial autogestionado se presenta activando el territorio y formando parte activa de la construcción del mundo, como punto de memoria y de retorno al Abya Yala, manifestando un interés en difundir agrupaciones, luchas, personas y hechos históricos de Latinoamérica, tanto como desde lo poético, como desde lo reivindicativo”, dice Taina.
Respecto a la obra Máquina Sensible/Conciencia Tecnológica, del artista visual y egresado DAV Sergio Santana, es una instalación interactiva que invita al público a interactuar con una máquina capaz de "sentir" y expresar emociones a través de sensores, sonido y textos poéticos impresos. La obra cuestiona la percepción de sensibilidad y conciencia en la tecnología, proponiendo un diálogo entre humano y máquina.
“La tecnología presente en todos ámbitos de nuestra vida, construye nuestra realidad e identidad, nos observa y convive con nosotros, la tecnología captura datos sobre nosotros, muestrea su realidad, percibe un mundo. La sensación de que estas máquinas, de alguna manera, sienten y reaccionan nos desafía a considerar la posibilidad de que la conciencia y sensibilidad no sea exclusiva de los seres humanos, sino que pueda manifestarse en la tecnología”, cuenta Sergio y agrega que en su obra, “se le da un cuerpo a la máquina que observa, toma conciencia del espacio en el que se encuentra a través de los sensores que se le confieren. La obra busca percibir al objeto o a la máquina como un ser sensible y consciente, sensible a estímulos y consciente de estos mediante el contacto con el espectador”.
A través del texto poético que se imprime en las impresoras térmica, la máquina habla, y le cuenta al espectador lo que siente. “La máquina experimenta emociones, soledad, frustración, alegría, deseo de disfrutar y reflexiona sobre la vida. Mediante el texto poético pareciera mostrar una cierta resignación y aceptación de su existencia. la máquina en este sentido padece su existencia, la máquina está esperando que alguien llegue para reaccionar, su propósito es esperar, esperar que alguien más la mire, que alguien más hable con ella, que alguien más interactúe”, afirma Sergio.
En la casa vive el río, por otra parte, la artista visual y egresada DAV Constanza Caba, presenta una instalación bidimensional que incluye restos textiles de un bordado disuelto, formando el mapa de un río en el muro, acompañado de un video que documenta el proceso y una composición sonora de sonidos de agua doméstica. Inspirada en un cuento escrito por la artista, esta obra conecta el cuerpo, la casa y el flujo de emociones como la melancolía, explorando el potencial poético del agua y los materiales utilizados.
“Estas piezas son parte de un cuerpo de obra que desarrollé para mi examen de título, partí buscando referencias en películas, novelas, poemas, imágenes, guiada por una sensación que tenía, la que era un poco difícil de entender para mí en ese momento, pero que estaba muy relacionada con lo melancólico, con el paso del tiempo, con el flujo de las cosas. Me encontré entonces con la imagen del agua, este elemento de alguna forma lograba capturar la esencia de estas primeras ideas intuitivas, a partir de eso comencé con pequeños ejercicios de escritura que culminaron en cuento sobre una mujer y una casa que crearon una conexión tal que eran capaces de llorar en conjunto, el cuál se convirtió en un bordado de alrededor de 700 palabras en hilo azul marino sobre un soporte de entretela hidrosoluble que fue disuelto en distintos contenedores de agua domésticos”, describe Constanza.
Bordes Fluidos estará abierta al público hasta el 31 de marzo de 2025 en el Museo de Arte Contemporáneo (MAC) de Quinta Normal ubicado en Av. Matucana #464 (metro Quinta Normal). Horario: martes a sábado de 11:00 a 17:30 horas. Entrada liberada.