La muestra permanecerá en exhibición hasta mediados de diciembre:

Patricio González expone "Escritura de la Aflicción" en Ecuador

Patricio González expone "Escritura de la Aflicción" en Ecuador

"Ecuador ha sido siempre -y sigue siendo en la actualidad- un país muy estimulante para exhibir obras visuales. Esto, debido a la gran valoración y relevancia que le conceden a las artes y a los artistas tanto las instituciones culturales gubernamentales como privadas. Del mismo modo, por la respuesta del público que siempre está dispuesto a dialogar e intentar asimilar y comprender la visualidad de nuestro tiempo. Junto a ello, las sostenidas políticas públicas para la cultura y las artes han abierto caminos para las iniciativas de los artistas, hechos que contribuyen decididamente en la existencia de un nutrido y diverso panorama artístico actual en ese país", responde Patricio González al preguntarle por los motivos que lo llevaron nuevamente a exponer parte de su trabajo en Ecuador, esta vez en la galería Larrazábal de la ciudad de Cuenca.

Escritura de la Aflicción es el nombre de la muestra que por cuarto año consecutivo tiene a este artista y académico del Departamento de Artes Visuales exhibiendo sus propuestas en ese país, obras que se enmarcan en lo que ha denominado "fotomontaje digital y que también ha sido descrito con el apelativo de pinturas electrónicas. Esta última, denominación que apela a mi origen como creador, el que tuvo lugar desde la disciplina de la pintura", explica Patricio González sobre esa línea de trabajo que comenzó a desarrollar en 2006 y parte de cuya producción ha expuesto en diversos museos y salas de arte, entre ellos, en la Galería Cienfuegos de Quito, espacio en el que en 2012 mostró sus trabajos más recientes.

Esa experiencia le permitió retomar el contacto con artistas, amigos y gestores de Ecuador, constatando que "era necesario trasladar mi trabajo actual también a Cuenca, la primera ciudad de Ecuador que conocí y en la que obtuve un importante reconocimiento en el contexto de la Bienal de Pintura en 1987", añade sobre otra de las razones que lo impulsaron a presentar un proyecto para la galería Larrazábal, el que se tradujo en esta muestra en la que vuelve a trabajar "desde una matriz de sensaciones que apuntan al acontecer simultáneo de formas e imágenes, al ocultar más que al decir, a reescribir formas, objetos y perspectivas, buscando un rumbo que aluda más bien a la esencia de las cosas. El mundo cambia según la imagen que nos hacemos de él, sin embargo éste es un trabajo monótono que no se repite nunca", explica al respecto.

Desde esa perspectiva, ¿cuál es la relación que establece entre esta muestra y la que expuso en 2012?

Ambas exposiciones se hermanan en términos de propósitos, premisas visuales, de construcción y soportes físicos. Una parte de mi exhibición anterior, Derivas del Sentir, estuvo guardada durante el año pasado en Quito y ahora se sumará a los trabajos nuevos que he realizado, creando una relación de complemento y por ende de una mayor consolidación y amplitud de la extensión visual del conjunto que será expuesto. He definido también a los trabajos de los últimos años como "Exposiciones Portables", es decir, que su volumen y dimensiones han sido pensados para que viajen conmigo, y en el caso de Escritura de la Aflicción, es la suma de dos de estas portables bajo un solo concepto creativo que permite su feliz convergencia.

¿Y qué diferencia habría con las obras a las que dio forma durante este año?

En los trabajos que realicé este año es posible reconocer un predominio de las llamadas tomas en picado que capturan vestigios del suelo. Hay variaciones de paleta, la que se ha tornado más intensa y sombría, a la vez que se hace más presente el gesto propio de lo pictórico por sobre los indicios del tramado y signos propios de lo gráfico.

¿A qué respondió la decisión de titular esta muestra como Escritura de la Aflicción?

Los nombres que empleo para mis exposiciones no surgen desde la visualidad, no son tributo de ésta, sino que se relacionan con un estado general de cosas o hechos que percibo desde mi interior o desde el exterior. En este sentido, el titulo de la muestra abrirá un nuevo campo de incertidumbre para el espectador, pero, según creo, también lo alertará respecto de las complejas relaciones que operan en el mundo contemporáneo y especialmente en lo visual. La incertidumbre, la inestabilidad y la aflicción son constantes de nuestro mundo, son el ritual de lo habitual en un estado de cosas cada vez más mezquino y doliente para cada uno y en su medida justa o injustificada.

Con entrada liberada, Escritura de la Aflicción se inaugura este jueves 14 de noviembre en la galería Larrazábal de la ciudad de Cuenca, en Ecuador, espacio en el que permanecerá en exhibición hasta el próximo 14 de diciembre.

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