Magíster en Artes, mención Musicología

Julio Mendívil: "Me interesa la parte histórica de la etnomusicología"

Julio Mendívil: "Me interesa la parte histórica de la etnomusicología"

Proveniente de una familia de músicos limeños, de tradición izquierdista y defensores de los derechos humanos, Julio Mendívil - músico, charanguista, escritor, etnomusicólogo, investigador y académico- ha dedicado su vida a la música. "No hay día en que yo no tenga que ver con la música, ya sea como practica musical, como investigación o  como enseñanza. Todos los días de mi vida están marcados por una relación con este arte. Es una parte bastante integral de mi vida", asegura Mendívil, quien además de ser el Presidente de la Rama Latinoamericana de la Asociación Internacional de Estudios de la Música Popular (IASPM), dirige el Center for World Music de la Universidad de Stiftung de Hildesheim en Alemania.

Ganador del Premio de Musicología Samuel Claro Valdés 2012, otorgado por el Instituto de Música de la Pontificia Universidad Católica de Chile, el profesor Mendívil comenzó su carrera de etnomusicólogo de una manera bastante particular. "Yo aprendí primero a tocar guitarra con un grupo de rock. Escuchábamos rock en ingles y no me interesaba en absoluto por la música tradicional del Perú. Pero en un momento empecé a interesarme por el rock progresivo de los 70', quienes utilizaban muchas influencias de otras culturas, y ahí me interesé por la música andina como una posibilidad de fusionarla con el rock y hacer lo que los grupos de rock progresivo hacían. Entonces aprendí a tocar charango y no paso ni un año y me olvidé totalmente del rock y me quedé tocando charango para siempre", cuenta el músico.

La pasión que despertó el charango en Mendívil lo llevó a explorar los orígenes de este instrumento proveniente del Huayno -genero musical peruano- "quizás porque soy limeño y vengo de una familia que no tenía contacto con las culturas indígenas, para mí aprender la música andina con el charango significó muchas interrogantes. Entender porque esta música es así y no es como las formas musicales que estudié, porque el Huayno difería mucho. Entonces para mí era muy extraño entender su lógica y quizás fue eso lo que me llevó a leer sobre historia, sobre música de Los Andes y en algún momento, amigos me pidieron que escribiera artículos sobre música de Los Andes, fue ahí que llegué a entrevistar a Selena Vásquez -una de las grandes musicólogas del Perú- y cuando salí de su casa tenía un contrato para ser asistente de investigación de ella y ahí me metí de lleno a la musicología", explica el académico.

Como etnomusicólogo su ámbito de estudio se ha centrado en la música como sistema cultural. "Trato de entender no solo el texto musical, sino qué hace la gente con esa música. Más allá de la intención del compositor, cómo se utiliza una canción en la vida cotidiana", asevera Mendívil, quien también se dedica a la investigación de la música de Los Andes y en general de los géneros musicales del mundo.

Sin embargo, aunque en la actualidad este músico peruano dedica gran parte de su tiempo a la investigación, todavía deja espacios para practicar música como lo hizo durante sus inicios. "Yo sigo tocando y aunque tengo una practica musical muy reducida a nivel publico, toco todos los días en casa y es importante para mí y para mi familia, mis hijos también están aprendiendo a tocar música", explica y agrega, "yo tenía varios años de experiencia como músico, grabé y trabajé con muchos músicos de gran trayectoria como Nelly Munguía, los Hermanos Humala, Manuelcha Prado, Jaime Guardia, Arturo Ruíz del Pozo, Juan Luis Pereira que son muy conocidos en Perú".

A pesar de compartir escenario con grandes músicos peruanos, había algo que a Julio Mendívil lo inquietaba. Comenzó a cuestionar su destino como artista y llegó un momento en que tubo que tomar una decisión. "En mi experiencia había algo que no me satisfacía y una serie de preguntas que yo seguía teniendo no encontraban respuesta. Fue ahí que empecé a estudiar conscientemente la etnomusicología y en algún momento en mi vida tuve que decidirme entre optar por la vida artística o por la vida académica. Y no tuve que pensarlo mucho porque me ofrecieron un puesto para dirigir la catedra de musicología en Colonia y eso fue lo que definió mi elección, porque mientras la vida como músico es muy dura, tanto aquí como en Alemania, como en cualquier lugar, el mundo académico te  ofrece una plataforma desde la cual puedes trabajar, además no hay día en que yo no tenga que ver con la música", expresa el profesor Mendívil.

Una detención surrealista

Sin embargo, ese apego a la música y la tradición izquierdista familiar que lo caracterizaban fueron los factores que llevaron a Julio Mendivíl a ser detenido en 1999 durante la dictadura de Alberto Fujimori.

Acusado de participar en actividades culturales a favor de Sendero Luminoso, por parte de un preso que negoció su libertad con el nombre del músico peruano, Julio Mendivíl fue privado de libertad injustamente por motivos políticos. "Me detuvieron porque yo venía de una tradición de la izquierda y con la dictadura de Alberto Fujimori se persiguió tanto a la izquierda que era cercana a Sendero Luminoso como a cualquier tipo de izquierda y se me acusó de haber organizado actividades culturales", explica el musicólogo y agrega, "por suerte cuando las actividades ya habían tenido lugar yo ya estaba en Alemania, entonces podía demostrar con mi movimiento migratorio que yo ya no estaba en el Perú, y aunque en Perú el ser inocente no significa nada, la presencia internacional fue bastante fuerte e intervinieron, tuve suerte", expresa Mendívil.

A pesar que la detención de Mendívil le impedía crear música, su pasión por este arte encontró una forma paradójica de hacerse presente tras las rejas. "Yo no escucho mucho salsa, pero hay una canción que  marca gran parte de mi vida y es la de Celia Cruz 'La Vida es un carnaval', porque cuando  estuve detenido todas las mañanas nos despertaban a las seis de la mañana con la canción 'La vida es un Carnaval'. Te puedes imaginar una cosa completamente sarcástica, poner a todo volumen en una prisión donde la gente no puede salir una canción que te diga que la vida es un carnaval. Entonces para mí esa canción tiene un significado muy especial, me recuerda no solamente las dos semanas que estuve injustamente preso, sino también todas las estrategias que desarrollé para no dejar que la situación me venza y poder seguir pensando que la vida es un  carnaval", cuenta el músico.

Fueron precisamente esas estrategias que permitieron al Presidente del IASPM vivir una serie de anécdotas durante su detención. "Hubo momentos muy divertidos durante ese periodo. Solo me permitieron leer un libro: la biblia. Aunque después me dejaron leer otro de manera excepcional, es decir, no me lo permitieron sino que me lo exigió uno de los policías que me interrogaba, que estaba haciendo los cursos para ascender y me pidió que leyera un libro y que le hiciera unos comentarios para su examen", comenta Mendívil.

"Cuando Fujimori habló de mi caso en el Congreso y dijo que realmente no había ninguna prueba que me inculpara, a partir de ese momento la policía cambió totalmente su trato, me sacaron de la celda, yo le llevaba la comida a algunos presos, cosas que eran surrealistas, y esas cosas se las cuento a algunos amigos en Alemania y me dicen que ese es un país de locos y realmente yo creo si en muchos aspectos es un país de locos", agrega.

Un Latino en Alemania

Tras su detención, Julio Mendívil se asienta en Alemania desempeñándose como Director del Center for World Music de la Universidad de Stiftung de Hildesheim, en donde tiene a su cargo un equipo de cuatro investigadores y siete auxiliares con los cuales trabajan en tres líneas: investigación, adquisición de recursos investigativos y  la proyección social de los conocimientos que van desarrollando.

De esta forma Julio Mendívil ha podido explorar géneros musicales de todo el mundo, sin dejar de lado su preferencia por la música tradicional que sumado a su compromiso con la investigación, le han permitido conectar la música con una de sus otras pasiones: la escritura. En 1998 publicó en León en España, la colección de cuentos "La Agonía del Condenado y Otras Historias de biblioteca" y en 2001 el libro "Todas las voces: Articulos Sobre Música Popular", publicado por la Biblioteca Nacional de Perú. Así mismo durante el 2012 escribió un artículo para la revista "Resonancias" del Instituto de la Música de la PUC con el cual adquirió el premio a la musicología Samuel Claro Valdés ese mismo año.

En la actualidad Julio Mendívil se encuentra trabajando en un libro sobre historia de música de Los Andes, uno de sus principales intereses. "Estoy escribiendo un libro sobre la historia de la música de Los Andes, pero desde una perspectiva relativamente nueva que tiene que ver con cómo se ha venido escribiendo la historia de la música de Los Andes, entonces yo no estoy analizando a los músicos, sino que estoy analizando a los historiadores de la música", explica el etnomusicólogo.

Justamente es la historia de la escritura de la música de Los Andes que lo trajo hasta Chile para dictar una serie de seminarios a los alumnos del Magíster en Artes mención Musicología que imparte la Escuela de Postgrado de la Facultad de Artes de la Universidad de Chile. "En los cursos me refiero a como se escribe la historia y trato de darle a los alumnos herramientas analíticas para estudiar la escritura de la historia, qué tipos de discursos se forman a través de la escritura de la historia, qué tipo de autenticidades se van construyendo a través de la historia, que tipos de estrategias retoricas o literaria se utilizan al momento de escribir una historia. La verdad que es un tema un poco excéntrico para algunos etnomusicólogos, porque la etnomusicología está muy unida a la descripción de las muiscas actuales y yo estoy tratando de ponerle este lado histórico, pero yo estoy muy contento que acá en Chile haya tenido muy buena repercusión", asevera el escritor.

¿Cuando hablamos de música de Los Andes a qué nos referimos específicamente?

Hay diferentes acepciones de lo que es la música de Los Andes. Una dice que todo lo que es hereditario de un legado Incaico es Andino, esto abarca por supuesto hasta el norte de Chile y Argentina y hasta el sur de Colombia. Podríamos decir que la música Andina por un lado es producto de una definición geográfica, es decir, la música que se hace en las regiones andinas y eso involucra principalmente a Ecuador, Bolivia, el Perú y en menor medida a Colombia -que tiene mucha influencia andina con el pasillo y también con el bambuco, géneros de mucha influencia andina- hasta el norte de Chile donde hay toda una tradición muy Aimara al igual que en el norte de Argentina, donde hay muchos elementos de la cultura musical de Los Andes que están presente. Es difícil, porque la música popular a través de los medios, empieza a circular de otras maneras entonces hay mucha música de características andinas que no se hace más en Los Andes, sino que se está produciendo en las ciudades como por ejemplo mucha música ecuatoriana tradicional de Otavalo se está produciendo en Barcelona. Entonces nos damos cuenta de que esa idea que la cultura y el territorio van juntos se disocia, hay mucha producción que está vista como andina que está fuera de Los Andes. Esto nos planeta el problema de qué es la música andina, yo diría que música andina es lo que los grupos sociales que se autodefinen como andinos, reconocen como música andina, independiente de donde sea producida, esta música de grupos como Ñanda Mañachi, hay otro grupo muy conocido de otavaleños en España que se escucha mucho en Otavalo pero se produce en España, eso nos rompe el esquema de pensar que la música andina viene de Los Andes, sino que más allá de eso, es la tradición que viene de los andes que se va posicionando en nuevos espacios.

¿Que te parece a ti ese posicionamiento de nuevos espacios?

Las culturas siempre están en movimiento, entonces sería absurdo pretender que no tengan ese dinamismo. Las culturas siempre están en movimiento, mucho antes de que llegaran los españoles había mucho intercambio, mucho cambio, mucha fusión de culturas. Por ejemplo en Ecuador se habla el quechua de la región sureña del Perú, entonces uno se pregunta cómo es posible que en ecuador y en Los Andes se hable el mismo quechua y en el medio se hablen muchas variedades de quechua. Y sucede que durante el gobierno del Inca Huayna Cápac, grupos de indígenas Ayacuchanos fueron expulsados como mitimaes para la región de Ecuador y ahí vemos que siempre ha habido ese tipo de transposiciones culturales y ha habido mucho intercambio cultural, lo que pasa es que nosotros siempre creemos que lo que conocemos es lo autentico y eso son ideas bastante extendidas pero que no tienen sustento. Yo pienso si la gente quiere moverse, quién soy yo para decir que no lo haga. Y si la gente quiere producir cultura fuera de su país y reproducir la cultura, me parece que lo lógico es que aprendamos a respetar que es así y que son tan parte de la cultura de Los Andes como los que se quedaron en Los Andes.

Durante los seminarios que has dado en la Universidad de Chile has hablado de los últimos libros que estás escribiendo ¿Qué postulas en ellos?

Nosotros creemos que la historia es un hecho y lo que yo trato de postular es que la historia no son hechos, sino que son representaciones verbales sobre los hechos. Son representaciones históricas sobre hechos históricos que siempre tienen una forma narrativa. Entonces yo trato de describir la forma narrativa en  la que está siendo escrita la historia.

¿Y Cómo se ha narrado la historia de la música de Los Andes?

Entre 1898 y 1960  se escribe la historia de la música de los Incas y no de la música andina, lo cual es una diferencia importante. Hubo cuatro momentos de la escritura de la historia. En el primero se escribió una tragedia en la cual la gran civilización incaica había sido vencida y se muestra vencida y se muestra al héroe caído. Luego de eso vino una etapa en la cual yo creo que se escribió una sátira de la historia, con las teorías difusionistas que tratan de demostrar que todo lo que pasa  en Los Andes no es originario de Los Andes sino viene de otros lados, entonces tiene todo un discurso metafórico que siempre está diciendo: "lo que tú ves no es una naranja sino una pelota, lo que tú ves no es un instrumento musical de Los Andes, sino un instrumento musical de la polinesia"; entonces es un estilo bastante irónico, no en la forma de la escritura, sino en la forma de concepción de la historia, en un sentido general la historia encierra un postulado irónico. Frente a estas dos posiciones aparece un tercer momento en el cual hay una reacción frente a estos momentos y surgen discursos nacionalistas que yo creo que tiene un carácter épico porque comienzan  a contar una gran saga: la saga de pueblo andino de la música de Los Andes, y tratan de demostrar la magnificencia de la muisca de Los Andes y lo maravillosa que era y todo un discurso sublime de la cultura de Los Andes. Y encuentras un momento final en los años 60', que es cuando se deja de usar el termino musica incaica y se comienza a usar el termino música andina, ya el hecho de que no se hablaba más de la música incaica es un signo de que se dejó de pensar en esa idealización y se pasa a buscar una forma de representación mucho más realista. Esos son los cuatro momentos que yo estoy analizando, creo que hay otros momentos posteriores pero me resulta muy difícil verlos porque yo también soy parte de ellos, entonces pienso que les corresponde a las futuras generaciones hacerlo.

Además de los seminarios también diste una charla-concierto en charango un instrumento que está inmerso en una eterna discusión sobre su origen ¿Qué opinas tú sobre ese tema?

Yo soy charanguista, desde los 18 años que toco ese instrumento y a decir verdad a mí no me interesa el origen del charango, a mí me importa para dónde va el charango y para dónde lo queremos llevar. Eso es lo que a mí me motiva, llevarlo a otros lados, confrontarlo con otras cultura, que se conozca. A mí me parece que esa es una discusión carente de sentido en cuanto en el tiempo en que surgió el charango, tanto Bolivia como Perú no existían. Todos, Chile, Perú y Bolivia éramos colonia española, entonces si se trata de asentar veracidades tendríamos que afirmar que el charango es español y eso no lo hace nadie y no lo hacen porque todo el mundo ocupa el charango para proponer y propagar discursos nacionalistas. Y yo muy conscientemente asumo una posición antinacionalista, porque me parece que los nacionalismos tienden a inflar la historia propia en desmedro de la historia de otros pueblos, tienden a remarcar lo propio en desmedro de lo ajeno, las cuales son formas de discriminación que a veces llevan a practicas terriblemente peligrosas.

Tu ámbito de estudio es más bien centrado en la historia y en lo tradicional ¿Cómo ves el panorama de la música popular latinoamericana enfrentada a las nuevas tendencias tecnológicas?

Conozco mucha literatura desde hace 30 año que viene lamentando la desaparición de la música popular y lo que yo veo es lo contrario, que la música popular se refuerza con los nuevos medios, aparecen nuevas formas, aparecen nuevas expresiones, aparecen nuevos contextos culturales, lo cual veo con entusiasmo. Aunque no todo me guste,  pienso que es eso es un buen ejemplo de que nuestra cultura no es una cultura museográfica, sino que es una cultura viva y lo que debemos aplaudir es justamente eso, que no tenemos una cultura estática que prácticamente ha dejado de existir y que se ha conservado como se conserva una foto de la abuela, sino que es una cultura que está en movimiento que está en constante transformación. Yo lo veo muy positivo, pienso que los nuevos medios están siendo utilizados de maneras muy creativas y aunque algunas veces es más difícil de entenderlo pienso que hay una diversificación del gusto musical y eso lleva a una democratización hasta cierto punto, en el sentido que antes teníamos una idea muy clara de que era música buena y que no y la música popular salía muy mal parada con esas clasificaciones y hoy por hoy diría yo que la música popular tiene mucho más prestigio, claro siempre hay culturas o expresiones musicales que son problemáticas en el caso de la cumbia villera, el reggetón o el perreo donde se mezclan otro tipo de discursos y choca con otro tipo de valores, pero pese a eso diría yo que podemos celebrar la diversidad musical latinoamericana.

Últimas noticias