"Cien niños esperando un tren", se denomina el documental que en 1988 realizó Ignacio Agüero, para mostrar la realidad de un grupo de niños de la comuna de Peñalolén que, guiados por la profesora Alicia Vega, realizaban un taller de apreciación cinematográfica en tiempos de dictadura. Este trabajo, más allá de ser una muestra audiovisual, refleja en parte, la situación adversa a la que este grupo de alumnos y su profesora estaban expuestos y constituye, "una verdadera denuncia del estado del país durante la dictadura", según una reseña sobre el film. Esta película también forma parte de los estudios autoetnográficos que hace más de veinte años, Pamela Reyes, psicóloga y coordinadora del Postítulo en Terapias de Arte con mención en Arte Terapia, realiza en torno al desarrollo de los vínculos entre arte, salud y comunidad, a través de distintas áreas psicosociales. Temática que durante el mes de abril dio a conocer en la Escola Massana de Barcelona, realizando dos pasantías para los Diplomados de Arteterapia y Arte y Acción social de esa casa de estudios.
En el mismo mes el Goldsmiths College, de la Universidad de Londres organizó una Conferencia Internacional del Programa de Arte Psicoterapia, centrada en Terapias del Arte en donde expusieron líderes mundiales en esta materia, siendo Pemela Reyes invitada a dictar una catedra con la que dio conocer la realidad chilena en este ámbito.
Por otra parte, en Irlanda en el Crawford College of Art & design (CIT), Cork, Pamela Reyes dictó una clase para los alumnos del programa de Arteterapia de esa institución, quienes apreciaron el trabajo realizado por la psicóloga, basado en experiencias chilenas de las terapias de arte, como las del film de Ignacio Agüero.
Inicios del Arte Terapia en Chile
Desde el pregrado Pamela Reyes trabaja con arte, salud y comunidad. Comenzó con educación y teatro popular en el periodo de transición democrática. "Terminamos la universidad y empezamos a trabajar en distintos contextos gubernamentales y sociales, ahí reflexionamos sobre cómo se han ido articulado estas relaciones". Para la académica, la educación popular, el teatro popular y el muralismo son recursos que han estado presentes en todo el campo de la psicología social y en el trabajo psicosocial, y aclara que, "todas estas reflexiones están basadas en experiencias realizadas en Chile, por propuestas que hace más de veinte años se vienen realizando, como la de Ignacio Agüero a través de su documental de los años ochenta, 'Cien niños esperando un tren', así como con el desarrollo del muralismo y su paso al grafiti, que son iniciativas que comenzaron en esa época y que vinculan esta mirada de la educación popular en contextos comunitarios".
La creación como libertad
Desde los años ochenta hasta la actualidad, el Arte Terapia ha sido un recurso de rehabilitación para personas expuestas a maltratos psicológicos de diversa índole. Para Pamela Reyes, en Latinoamérica y precisamente en Chile, existen experiencias enriquecedoras que nutren el desarrollo de las terapias artísticas, en donde la educación artística, centrada en el despliegue de procesos creativos, permite la recuperación de los afectados. "El arte como creación, como autonomía, como libertad, constituye una forma de terapia de apoyo en el área de la salud mental. Se trata de generar espacios donde las personas que no tienen formación artística se enfrenten al desafío de la creación de imágenes u objetos puntuales que tiene que ver con uno mismo".
La terapia artística en ámbitos clínicos es un trabajo sobre lo íntimo, sobre ciertos lineamientos que tienen que ver con el cuidado de las personas en contextos muy vulnerables, ya que se da un espacio creativo que genera un proceso de involucramiento en donde se da una transformación de los objetos, y apoyados por un terapeuta especializado, la persona se va interiorizando en sí misma. Por lo cual la terapia artística en ámbitos clínicos es un trabajo sobre lo íntimo, con ciertos lineamientos que tienen que ver con el cuidado de las personas en contextos muy vulnerables.
Este tipo de terapias está determinada por cuatro lineamientos, según explica Pamela Reyes: el trabajo sobre imaginación, sobre los sujetos creativos, sobre la relación y sobre la relación terapéutica. Esta última es muy importante para favorecer los procesos creadores. "Las terapias de arte tienen que ver con la educación artística, con las formas de psicoterapias no verbales y tienen que ver con el arte porque de alguna forma el referente ha sido ese. Las terapias del arte se desarrollaron bajo el alero de una mirada más romántica del arte y por eso han sido importantes dentro del desarrollo de este ámbito como la autoexpresión.
Según la experta, hoy ha vuelto el interés por tener una matriz social más que clínica, basada en la tradición de arte terapia "estamos volviendo a temas mucho más vinculados con las transformaciones sociales, al cómo los proceso creativos se articulan en procesos de creaciones colectivas y en ese contexto la educación popular, el teatro popular y el muralismo tradicionales, son referentes muy importantes", afirma.
"Las Arpilleras de la Vicaria"
Una de las experiencias enriquecedoras que se dieron en Chile y que Pamela Reyes presentó en su paso por Europa, se centra en el rol de las artes en el trabajo de reparación social vinculado a temas de Derechos Humanos. "Si bien en Europa, principalmente en Inglaterra, el desarrollo de las terapias de arte están muy vinculadas al campo del psicoanálisis, en Latinoamérica está vinculado al campo de lo psicosocial con influencia de la educación popular y del trabajo en salud mental en contextos de violencia política", indica.
Es el caso de las "Arpilleras de la Vicaria", agrupación que nació en una primera instancia para capacitar a mujeres en la técnica del bordado para luego comercializarían sus productos, pero que con el tiempo se transformó en una instancia en donde las arpilleras a través de sus trabajos, denunciaron las violaciones a los derechos humanos a los que ellas y sus familiares fueron sometidos. Tal como lo hiciera Violeta Parra - pionera en este arte- las arpilleras comenzaron a representar la vida cotidiana, "las mujeres empezaron a convertir estos talleres de manualidades en talleres de resistencia social y cultural y empezaron a involucrar toda su creatividad y su solidaridad mutua en estas arpilleras que luego se transformaron en una manera de mantener viva la memoria y de mantenerse vivas unas con otras, ya que mientras hacían las arpilleras, ellas conversaban sobre sus propias vidas, por lo tanto son fuente de ayuda mutua", señala la profesora.
Desastres naturales
Sin embargo, el trabajo de Pamela Reyes no solo se remonta a los años ochenta. Durante el último tiempo ha trabajado con víctimas de desastres naturales en Paredones y Chaitén, en donde el desarrollo de trabajos comunitarios realizados en conjunto con el Centro de Investigación Vulnerabilidades y Desastres Socionaturales (Civdes), permitió reparar los daños psicológicos que el terremoto del 2010 y la erupción del volcán Chaitén en el 2008, dejaron en los habitantes de esas localidades. "Las experiencia del arte popular y de salud vinculadas a los derechos humanos, la hemos vuelto a ejecutar trabajando con comunidades víctimas de desastres naturales" explica.
Esta Iniciativa se basa en el reconocimiento individual y comunitario. "Reconocer en sí mismos y en la comunidad los recursos que tienen para enfrentar esas situaciones de alto estrés, a través de la música por ejemplo, ayuda a la reparación", señala y agrega, "un elemento muy importante es la experiencia de reconocimiento del otro, es decir, logras reparar el daño cuando tú realmente sientes que hay otro que te ha dañado o que reconoce tú daño. Esa experiencia humana de ser reconocido, es lo que está a la base de este trabajo social que estamos haciendo" aduce. Procesos de relación que involucran confianza y compartir experiencias traumáticas mediadas por recursos artísticos como poesías, canto, muralismo, entre otras. "En el fondo son procesos de esperanza, de pensar que las cosas pueden cambiar, de compartir el dolor, en donde el producto final no es relevante, como resultado de un proceso educacional, sino más bien todos los procesos que se despliegan en la terapia", explica la coordinadora del Postítulo.
