"La fotografía es para la sociedad un ayuda-memoria, un vehículo con el cual podemos acceder a nuestras experiencias pasadas, relacionarnos y constituirnos como seres humanos: somos lo que recordamos. Y es así como, a través de las imágenes, vamos reconstruyendo nuestra historia", dice Carolina Vergara sobre una de las propiedades que se le ha atribuido a la imagen fotográfica, característica que esta joven artista cuestionó para dar forma a su propuesta, investigando en torno a lo que sucede con ello cuando el alzheimer imposibilita que una persona reconozca su pasado en un archivo fotográfico y preguntándose por lo que en ese contexto ocurre con la fotografía y con su "función de guardar para siempre nuestras experiencias con el fin de que nosotros podamos recordarlas", añade al respecto.
Para ello, la egresada de la Licenciatura en Artes Plásticas trabajó con el archivo fotográfico de su familia, el que clasificó y luego mostró a su abuela, quien tiene alzheimer -"de inicio tardío no complicado", aclara-, comprobando que "en su esfuerzo por recordar, confundiría a más de un personaje y cambiaría más de algunas versiones de una misma imagen", dice esta artista que, a partir de esa experiencia, creó un cuerpo de obra en que a través del dibujo, el ensamblaje y el rotulado de objetos y fotografías, le permitiera materializar y proteger sus recuerdos. "Así, cada nueva lámina que se va agregando a este imaginario permite armar una narración que se completa a medida que los recuerdos también reaparecen, narración en que intento materializar todos los recuerdos que tengo de y con ella, para no olvidarla", dice sobre Para no olvidarla. Memoria y desplazamiento fotográfico.
Junto a esa propuesta, Jimena Tapia exhibirá ciento dos pinturas correspondientes, cada una, a los fotogramas de un video aficionado del tsunami que afectó a Constitución en febrero de 2010, imágenes con las que pretende "descontextualizar y desarticular el registro audiovisual en el 'cuadro a cuadro', representándolas y distanciándolas de su lectura trágica, quedando reducidas a imágenes quietas y dispuestas secuencialmente como única reminiscencia de la acción, lo que les confiere un grado de abstracción y extrañeza", explica esta joven artista que, de esa forma, hizo emerger la dimensión visual de las imágenes que pasaron de testimoniar lo ocurrido a "exaltar el ámbito estético y contemplativo de las composiciones, de las formas congeladas dentro del cuadro pausado", agrega.
Así, cada una de esas pinturas se dispondrá de tal manera en la Sala Juan Egenau que será el espectador quien se verá obligado "a moverse y recorrer la obra, a observar cada pintura para experimentar la secuencialidad, recayendo la acción y el movimiento en el observador y no en las imágenes", señala esta egresada de la Licenciatura en Artes Plásticas respecto al montaje de Pintura en pausa, título de esta propuesta con la que también alude al fenómeno mediático actual, donde la proliferación de aparatos tecnológicos "permiten a cualquier persona ser espectador y a la vez posible emisor de un hecho, produciéndose incluso, ante la abundante transmisión, acumulación y bombardeo de archivos, cierta desafección de la imagen", concluye.
Con entrada liberada, Para no olvidarla. Memoria y desplazamiento fotográfico, de Carolina Vergara, y Pintura en pausa, de Jimena Tapia, se inauguran este lunes 15 de abril, a las 18:30 horas, en la Sala Juan Egenau (Las Encinas 3370, Ñuñoa, al interior del Campus Juan Gómez Millas de la Universidad de Chile), espacio en el que se podrá visitar hasta el próximo 19 de abril de lunes a jueves, de 10:00 a 21:00 horas, y los viernes de 10:00 a 17:00 horas.
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