"Pienso que ser parte de este proyecto, de alguna manera, está en nosotros. Es decir, a todos los involucrados nos parece necesario participar en iniciativas vinculadas a la comunidad, pues nos identifica con un modo de ser como ciudadanos", dice el profesor Gabriel Uribarri, académico del Departamento de Artes Visuales, al preguntarle cómo surgió la posibilidad de integrarse a este proyecto que se estaba gestando en el Departamento de Educación y que pudo conocer gracias a Leopoldo Muñoz, educador de párvulos y académico de la Facultad de Ciencias Sociales que lo invitó a participar en esta iniciativa que, a partir de expresiones artístico-culturales, promovería la inclusión social y el ejercicio de derechos ciudadanos de inmigrantes y pueblos originarios en comunidades educativas con foco en la primera infancia.
Aceptada la invitación por parte del profesor Uribarri, fueron los propios profesores de la Facultad de Ciencias Sociales quienes presentaron este proyecto a estudiantes de la Licenciatura en Artes Plásticas, obteniendo el compromiso de Fernanda Padilla, Alejandra Ulloa, Eugenia Rojas, Nicolás Toro, Loreto Jiménez, Federico Levi, Macarena Irribarra, Paula Urizar, Laura Leyton, Cristian Inostroza y Francisco Espinosa para colaborar en la ejecución de esta iniciativa que "tiene muchos elementos que permiten pensar en un artista visual comprometido con causas sociales y que pueda aportar con sus conocimientos para fortalecer redes sociales y comunidades. En este caso, con un proyecto ligado a la interculturalidad que, como ser humano y no sólo como artista visual, todos deberíamos promover", dice Macarena Iribarra.
Así, la Prof. Laura Mendoza y el Prof. Leopoldo Muñoz del Departamento de Educación, con apoyo del Departamento de Sociología -a través de Claudia Acevedo- y en asociación con el Departamento de Artes Visuales -a través del Prof. Gabriel Uribarri, de los estudiantes de la Licenciatura en Artes Plásticas y del Colectivo Asamblea de Estudiantes de Arte-, la Sociedad Chilena de Intérpretes, Ceibo Producciones y Red de Maestros Proreggio, concursó el proyecto Necesitamos Vernos. Otra Mirada a la Diversidad al Fondo Valentín Letelier, iniciativa que se ejecutaría en el Jardín Intercultural Pewmayen de Peñalolén y luego en la Sala Cuna Aitue de La Cisterna y que finalmente se transformó en uno de los seis proyectos beneficiados por estos fondos que entrega la Vicerrectoría de Extensión de la Universidad de Chile con el objetivo de potenciar el vínculo de dicha casa de estudios con la ciudadanía.
Asimismo, se sumó a esta iniciativa el estamento de personal de colaboración a través de Paulina Celis, Paula Donaire y Sergio Gutiérrez, así como los estudiantes de Educación Antonio Chihuaicura, Fernanda Córdova, Catalina Ramírez y Camila Araya.
Necesitamos Vernos. Otra Mirada a la Diversidad
Centrado en la inmigración y los pueblos originarios, esta iniciativa propuso trabajar en comunidades en las que estudiantes de Educación Parvularia y Básica Inicial hacen sus prácticas profesionales para "promover desde expresiones artístico-culturales la integración desde la interculturalidad y el ejercicio de derechos ciudadanos de los inmigrantes y pueblos originarios en comunidades educativas, con foco en la primera infancia, que se localizan en sectores con menor acceso a este tipo de actividades", se señala en el proyecto, agregando que "lo anterior desde el espíritu de aprender y poner a disposición las capacidades de nuestros estudiantes, académicos, funcionarios y colaboradores para fortalecer iniciativas que estén trabajando la interculturalidad, especialmente en aquellos lugares en que la Universidad presenta una deuda".
La Prof. Laura Mendoza, Coordinadora General de Necesitamos Vernos. Otra Mirada a la Diversidad, explica que el "sentido del proyecto es el ejercicio del respeto a la diversidad y la valoración de los saberes que cada persona trae consigo desde su historia, su cultura, su experiencia. Vamos a aprender y a compartir una experiencia de creación conjunta". Respecto del proyecto, señala que se divide en cuatro etapas: "diagnóstico, que tiene el propósito de conocernos con la comunidad educativa, y desde allí ser un apoyo a sus actividades; realización de talleres artísticos que permitan un aprendizaje compartido e ir construyendo un camino que culmina con la generación de una fiesta intercultural donde tienen cabida las distintas expresiones artísticas latinoamericanas; y por último, la sistematización de la experiencia a través de una publicación, un registro audiovisual y un cd de cantos infantiles latinoamericanos".
De allí la participación de estudiantes de Artes Plásticas que, además de trabajar en la etapa de diagnóstico, deberán hacerse cargo de una actividad titulada Acciones de arte directamente con los niños, apoderados y educadores del Jardín Intercultural Pewmayen, la que implicará, a partir de la pintura y el dibujo, el ejercicio de mirarse a sí mismos y a los otros, respetando y valorando las diferencias. "Yo nunca había trabajado con niños y me complicaba un poco el tema, pero ha sido muy lindo ver cómo se acercan y te muestran su espacio cuando los hemos ido a visitar", dice Eugenia Rojas sobre ese desafío que, para Fernanda Padilla, tiene que ver con que "no sabes con qué te vas a encontrar porque los niños sorprenden, no tienen tanto prejuicio, miedos ni cargas, por lo que habrá mucha más libertad para enseñarles arte".
Desde sus orígenes que el jardín al que asisten esos niños trabaja una propuesta intercultural, puesto que el treinta por ciento de los niños que atiende forman parte de pueblos originarios y/o inmigrantes, pertenencia dada por su ascendencia y no por su lugar de nacimiento. En ese contexto es que la primera etapa de este proyecto busca reconocer las dinámicas culturales y estructuras de cada establecimiento y conocer cuál es su aprendizaje respecto de la interculturalidad, problematizando "la situación de derechos y de interculturalidad de los niños y niñas inmigrantes y de pueblos originarios en los establecimientos que se van a intervenir", se explicita en el proyecto sobre esta etapa que contempla la realización de entrevistas a representantes de todos los grupos involucrados para conocer sus experiencias sobre el tema.
"Las entrevistas hacen aparecer relieves sociales, sociológicos y sicológicos interesantes, pero también qué tipo de sociedad somos, aquella que discrimina, que rechaza o que integra. Entonces, tal como manifiestan las estudiantes, es una oportunidad interesante para hacer algo desde la actividad del arte, particularmente cuando uno conoce la realidad del jardín Pewmayen, que representa una gran esperanza de desarrollo", señala el profesor Uribarri sobre ese establecimiento educacional que, de acuerdo a lo que Eugenia Rojas ha podido averiguar por medio de las entrevistas, "le cambió la forma de vida a los papás por la manera de relacionarse con sus hijos, porque se sentían responsables de mantener las rutinas y de pasar más tiempo juntos, cuestiones que se han ido perdiendo por falta de tiempo, tiempo que ahora ellos optimizan".
Hacia la Feria Intercultural
Los antecedentes que recopilen en esa instancia permitirán saber cómo es la cultura participativa de niños, apoderados y educadoras, "lo que nos sirve mucho porque trabajaremos con esos tres grupos y necesitamos saber qué piensan respecto a que el jardín sea intercultural y cuál es la cantidad de religiones y culturas que cohabitan en el lugar, con el objetivo de generar lazos y comenzar a dar forma a la actividades que allí realizaremos", dice Fernanda Padilla, quien, como integrante del equipo de arte, trabajará en la creación de insumos mobiliarios para el jardín, juegos didácticos para los niños, instructivos para las pedagogas y "en los talleres de dibujo donde, a través del retrato, podamos mirarnos, reconocernos y aceptarnos tanto a nosotros como a los otros, respetándonos en nuestras diferencias", explica Macarena Irribarra.
"También queremos que se deshagan de prejuicios, de partida ante el dibujo, para que sepan que todos podemos hacerlo, y que ese mismo desprejuiciarse del dibujo los ayude a desprejuiciarse frente al otro", agrega Eugenia Rojas sobre este proyecto que tendrá su momento cúlmine en abril de este año, cuando se desarrolle la Feria Intercultural que además englobará otras actividades programadas en el marco de esta iniciativa que contempla el levantamiento de material audiovisual a cargo de Ceibo Producciones y una investigación musical en torno al mundo instrumental y sonoro de los pueblos originarios e inmigrantes que realizarán José Seves, integrante de Inti Illimani, y Leopoldo Muñoz, resultados que se presentarán en esta Feria piloto que luego se replicará en la Sala Cuna Aitue de La Cisterna.
El proyecto Necesitamos Vernos. Otra Mirada a la Diversidad finalizará con la producción de un disco digital con las canciones infantiles de inmigrantes y de pueblos originarios que se recopilen en el marco de la realización de esta iniciativa, con un folleto informativo respecto a aspectos legales y beneficios tanto para inmigrantes como para los pueblos originarios, un documental que recoja la experiencia y un libro con actividades que se puedan desarrollar en el tiempo. "En definitiva, es demostrarles que ellos tienen las capacidades para hacer este tipo de encuentros sin la necesidad de un equipo de profesionales detrás, así como la personalidad y la confianza para que en un futuro, si es que quieren replicar la experiencia, puedan hacerlo a partir de este libro que operará como guía", concluye Macarena Irribarra.
