¿Qué tienen en común Juan Lemann, Nino García, Cirilo Vila, Francesca Ancarola, Guillermo Rifo, Fernando García, Boris Alvarado, Federico Heinlein y Miguel Chuaqui? Todos son compositores chilenos que han accedido al mismo trato: entregar obras originales a un ensemble que se compromete a interpretarlas por el mundo. Un trueque musical.
Carmen Luisa Letelier (1943) es, desde 1985, la voz del particular Ensemble Bartok. Hace pocos días, la contralto sumó un nuevo título: el Premio Nacional de Artes 2010, mención Música. A juicio de la intérprete, la creación nacional "está en una tremenda desventaja, tanto la folclórica como la docta. Si tú oyes las programaciones de los conciertos, muy de vez en cuando hay una obra chilena. Simplemente no se conocen". En línea con su discurso, aprovechó la reunión del miércoles para pedirle al ministro Joaquín Lavín que en la próxima ceremonia oficial del Gobierno no canten el "Aleluya" de Haendel, pues repertorio nacional hay de sobra. "El arte es una de las expresiones del alma de un país: escuchen nuestra música, vean nuestros pintores, lean nuestra literatura y verán cómo son los chilenos", afirma con seguridad la madre de cinco hijos y abuela de diez nietos.
Música desde siempre
Carmen Luisa Letelier alcanzó a trabajar poco tiempo como profesora de Castellano. Tras titularse decidió seguir su vocación por el canto. Años después, obtuvo el título de intérprete superior con mención en canto en 1979. Cursó estudios vocales con Lila Cerda y Violeta Parra. "Yo me he dedicado siempre a la música vocal de cámara. He cantado música antigua, medieval, colonial latinoamericana, barroca, romántica, música moderna, contemporánea chilena, cantatas, oratorios", dice hilando una gran enumeración.
"Mi padre era compositor, mi madre cantaba, en mi casa siempre se hizo música. Los músicos chilenos de mi edad comenzamos a ir al Conservatorio a los seis años, seguimos la carrera superior de música y luego pasamos a ser profesores en la Universidad de Chile. Nos conocemos desde chicos, el Conservatorio es nuestra casa (...) El repertorio que yo canto es el que le oí a mi madre desde que tengo memoria", dice refiriéndose a la concertista Margarita Valdés.
"La experiencia de enseñar ha sido fantástica. En Chile hay un talento musical extraordinario, a pesar de que la educación musical en los colegios prácticamente no existe", enfatiza la integrante del directorio del Teatro Municipal y del comité consultivo del Consejo Nacional de la Cultura y las Artes.
Obstinados embajadores
La creadora del Ensemble Bartok fue, paradójicamente, la norteamericana Valene Georges. El grupo está compuesto por seis personas provistas de voz, violín, cello, piano y clarinete, y su misión es estimular la creación latinoamericana, especialmente la nacional. Les ha ido bien: acumulan 30 giras internacionales y se han presentado en escenarios tan diversos como el Carnegie Hall de Nueva York, la sala de la OEA en Washington o el Museo de Bellas Artes de San Fernando en España. "En el exterior se sabe que Chile es un país productor de vinos y de cobre, se conoce algo de la música popular, pero de la música docta no se conoce nada. Y causa gran impresión que haya música de esta calidad", cuenta Carmen Luisa Letelier.
El New York Times calificó al Ensemble Bartok, en 1992, como un "grupo musical alerta, experto en muchos estilos". El espíritu itinerante ha cruzado los años del grupo, que tiene a su haber cinco festivales internacionales de música contemporánea, 30 giras internacionales y más de 100 estrenos mundiales de obras especialmente encargadas. El ensemble también ha incursionado con autores argentinos, ingleses, daneses, y norteamericanos. Por estos días, el conjunto prepara su presentación en el Festival Internacional de Música Contemporánea que se realizará en octubre en el Teatro Municipal de Santiago.
Carmen Luisa no sólo es el tercer premio de la familia, también figura como el tercer Premio Nacional que ha integrado el Ensemble Bartok a lo largo de su historia. "Sucede a Elvira Savi y a Cirilo Vila", cuenta Valene Georges, quien lidera el plan de grabación de 40 obras inéditas para celebrar los 30 años del conjunto.
"Carmen Luisa ha cantado la música chilena por todo el mundo. Ha hecho una contribución incalculable a la difusión y preservación de la música nacional. Los músicos en general no quieren tocar música contemporánea, porque es difícil o desconocida. A nosotros nos encanta, porque es una gran aventura", finaliza la intérprete de clarinete.
Compañeros de edificio
El compositor Eduardo Cáceres, Premio Altazor 2005, dicta clases en el edificio Alfonso Letelier Llona de la Facultad de Artes de la Universidad de Chile. No se olvida en apuntar que la gestión de la construcción emplazada en Compañía 1264 fue iniciativa del padre de Carmen Luisa, ex decano de la Facultad. El autor de "Epigramas mapuches" (1992) y de "Suite pehuenche" (1995), ambas obras interpretadas por Ensemble Bartok, ha compartido ensayos, conciertos, pasillos y giras con Carmen Luisa: "Ella siempre ha sido muy optimista, llevando adelante sus proyectos. También ha sido muy crítica en el sentido de construir cosas, especialmente en lo académico. Es una persona de espíritu muy joven, muy cálida", dice Cáceres.
De un sillón a otro
El sillón número 7 de la Academia Chilena de Bellas Artes está reservado, desde 1996, para Carmen Luisa Letelier. Santiago Vera Rivera, presidente de la Academia, destaca su vocación por interpretar música docta chilena. Ambos se conocen desde fines de la década de 1970. Vera ha editado, a través de su sello SVR, alrededor de seis producciones en las que participa la nueva poseedora del Premio Nacional. El artista destaca la pronta reedición de "Cantos del Amor Mistraliano" en el que Letelier y Elvira Savi interpretan musicalizaciones de poemas de Gabriela Mistral realizadas por diversos compositores. El DVD "La ciudad hermosa" (ver ficha) incluye obras de Rolando Cori y de la contralto, quien participa como una de las intérpretes.
Miguel Letelier, su hermano, es hombre de pocas palabras (al menos por teléfono). El organista recibió el Premio Nacional de Artes Musicales en 2008. Recuerda que en la casa de su infancia "se escuchaba música romántica barroca, contemporánea y neoclásica". El compositor está plenamente de acuerdo con los dichos de su hermana que titulan este artículo: "Ya no se está formando público en los colegios. La música chilena docta prácticamente no existe, no solamente a niveles masivos, sino a nivel de altas esferas culturales y del Gobierno mismo. No se les otorgan oportunidades a los chilenos para que muestren su música y puedan trabajar en el país. Eso habría que cambiarlo con un nuevo programa educacional".