Residencia se extiende hasta el 1 de agosto:

Coreógrafa mexicana dicta talleres en el Depto. de Danza

Coreógrafa mexicana dicta talleres en el Depto. de Danza

Tiene tan sólo 24 años pero la bailarina y coreografa mexicana, Abigail Núñez, es una joven figura de la danza de su país. Además de participar como intérprete en múltiples espectáculos, ha dedicado tiempo para la docencia, la que realiza en la Universidad de Sonora (en la Licenciatura en Artes Escénicas) - en el norte de México- y ha sido distinguida en dos ocasiones por espectáculos que ha creado y dirigido en ese país.

Sus inquietudes artísticas y académicas la trajeron a Chile, donde se encuentra desde el pasado 21 de mayo. El motivo de su visita es un proyecto de residencia que le permite desarrollar un proyecto coreográfico con los alumnos del Departamento de Danza de la Facultad de Artes de la Universidad de Chile. Aquí estará hasta el próximo 1 de agosto, gracias al apoyo del Fondo Nacional para la  Cultura y las Artes de México (CONACULTA), y el Consejo Nacional de a Cultura y las Artes de Chile, CNCA.

¿Cómo surge la posibilidad que vengas a a Chile?
La oportunidad surge a través del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes en México, FONCA, pues ellos abren una convocatoria aproximadamente cada año y en ese llamado  te dan posibilidades y opciones ya sea para desarrollar un proyecto coreográfico o interpretativo, tomar clases en algún lugar, hacer una propuesta escénica con la gente de tu país y llevarla a otro y además te señalan los países con los que ellos están conveniados para desarrollar tu proyecto. La convocatoria se abre en  diferentes áreas, no sólo en el rubro de la danza también para las artes plásticas, música, composición musical, etc. Son convocatorias que se abren para artistas mexicanos para que puedan hacer una residencia artística en otro país y creo que el fin de este convenio es hacer un intercambio, que si yo en determinado momento vine para acá a desarrollar un  proyecto,  seguramente después algún artista chileno vaya a México, no necesariamente a mi estado, ni en la universidad  donde yo trabajo, pero la idea general es propiciar más apertura entre un país y otro.

¿Por qué decides venir a Chile?
Yo sabía sobre el movimiento dancístico de acá, sé que es un movimiento fuerte y Chile tiene un atractivo desarrollo cultural  que tiene raíces bastante cimentadas, tenía la noción de que manejaban la técnica Leeder y esta es una técnica que en la Universidad de Sonora  no conocemos tanto. Además a México han llegado maestros chilenos como es el caso del  profesor Jorge Olea, quien impartió un curso allá sobre técnica Leeder.

¿A través del profesor Jorge Olea se gestionó tu visita a la Facultad de Artes?
Fue una casualidad que yo conociera al maestro porque justamente yo ya había recibido la aprobación por el FONCA y del  Fondo Nacional de la Cultura y las Artes de Chile para desarrollar mi proyecto acá y resulta que cuando lo conozco él se entera de que estoy con esta iniciativa  y me sugiera que  gestionemos el proyecto para hacerlo en la Facultad de Artes de la Universidad de Chile. Como yo trabajo en la Universidad de Sonora, soy maestra allá, para mí fue mucho más familiar entrar a trabajar con estudiantes de un nivel casi profesional.  Personalmente fue mucho más interesante hacer esta reiterativa entre una universidad y otra y así saber como funciona esta escuela, cómo se manejan los alumnos, nutre mucho más el trabajo coreográfico.
Dicen que no existen las casualidades, nada más las causalidades, pero fue una serie de casualidades que se fueron dando y posibilitaron que hoy esté  acá .

Antes de que el profesor Olea te ofreciera la posibilidad de gestionar el proyecto en la Facultad, ¿cuál era el plan?
Yo quería hacer las gestiones para llevarlo a cabo en una universidad y tenía muy claro que tenía que hacerlo a través del FONCA, es decir, yo tenía que proponer algún espacio,  ver si lo permitían y pensar en cómo realizar el vínculo. En realidad yo no me había relacionado directamente con ningún organismo de la danza de acá de Chile. Había intentado entrar a algunos concursos de coreografía o a algunos festivales pero cuando salían las convocatorias me daba cuenta que era unicamente para gente chilena, creo que esto se debe ala falta de difusión de las convocatorias tanto aquí en Chile como en México. Pero yo seguía buscando, ya que tenía toda la intención de venir a trabajar acá porque hay mucha similitud entre una cultura y otra, entonces me parecía muy interesante probar ese mito de que realmente somos tan parecidos y ver en donde están los aciertos de esa semajanza y en donde se manifiestan las diferencias y realmente ha sido muy interesante.

¿En qué consisten los talleres que vienes a dictar a la Facultad?

El  proyecto consiste en montar dos obras que yo ya he desarrollado y girado en México con mi grupo Vorte 6. El montaje que estoy desarrollando aquí se compone de  obras que yo monté inicialmente para mi grupo y  casualmente son piezas ganadoras del Concurso Regional de Coreografía de Sonora. Estas son las obras que seleccioné para montar acá porque cuando llegué tenía un plan de trabajo muy específico y quería presentar una de las obras que estoy desarrollando ahora y otra, pero di cuenta que ésta no encajaba con el marco con el que me estaba enfrentando. Entonces opté por estas dos obras y quisiera montar una pieza nueva con ellos también.

¿De qué tratan las obras que finalmente presentarás acá?

Hablan de la percepción personal que uno tiene de la sociedad,  cuando caminas hacia casa, cuando vienes, cómo puedes pensar que una señal está dirigida en contra o a favor de un individuo cuando es el individuo quien codifica la señal y la transforma e interpreta a la manera que quiera. Trata un poco de eso, de voltear la moneda y a partir de uno pensar si realmente todo lo que me rodea es lo que yo pienso que estoy percibiendo o si no tiene nada que ver con lo que yo percibo y a lo mejor el mensaje va sobre un camino diferente. Una de ellas se llama "Señales de identidad" y la otra se llama "Juicios divididos" y son dos obras que están seleccionadas de un programa que se titula "Horas menores". Por las características del discurso de la obra me parece que a pesar de ser un remontaje, el interprete dirige el contenido a partir de las experiencias humanas que pueda aportar, de tal forma que la idea es que mi propuesta se vea trasformada por el entorno de los bailarines chilenos.

¿Esas piezas tú las creaste y también participaste como bailarina?

Sí, yo participé como bailarina en las dos piezas, pero también se han presentado con otros intérpretes porque se han seguido mostrando en México, pero son totalmente dirigidas por mí. Una de ellas tiene música original del compositor mexicano Lenin Peña, la otra obra tiene piezas compuestas y editadas por Isaac Peña. Puedo decir que son trabajos que ya están bastante maduros, pero pienso que al final de cuentas acá va ser otro montaje porque es otro espacio, otro tiempo, son otras personas, es otro marco, otra cultura, se va a abordar e interpretar de manera diferente. Seguramente va surgir algo bastante interesante sobre todo para mí, un crecimiento como creador pues tengo el parámetro de los dos puntos donde se han presentado.

¿Estás trabajando con algún curso específico del Departamento de Danza?

Los alumnos son de diferentes cursos. Cuando llegué hice una audición,  se convocó a la gente y llegaron aproximadamente treinta personas. Yo hice una selección de secuencias de la obra para hacerme una idea de donde están parados los alumnos, qué tipo de movimientos manejaban, quién se iba acoplar facilmente al movimiento. Audicionaron los treinta y después de una selección terminaron diez personas en el taller y con esas diez personas estoy trabajando en este momento.

¿Cómo se han desarrollado las sesiones del taller?¿Se han desarrollado como esperabas?
La verdad es que yo no tenía muchas expectivas, ya que siempre trato de no hacerme muchas ideas de nada porque me gusta  ir descubriendo y desmenuzando a la gente y me agrada mucho trabajar con personas tan desconocidas, eso es muy nutritivo y satisfactorio.
Me ha ido muy bien, los alumnos han recibido bastante bien el trabajo. Me parece que  son muy interesantes, muy analíticos y percibo mucha necesidad de hacer algo más, es algo que ellos estaban esperando, no  precisamente a una persona de México que viniera a montar, sino que se sienten agradecidos de que exista este tipo de instancias que les permite conocer otras cosas. A nosotros nos pasó lo mismo cuando el maestro Jorge (Olea) estuvo en México, él trabajó sobre las mismas bases que nuestros maestros pero que otra persona venga y te las diga con otras palabras, con otro acento incluso, cambia la percepción de personas que son sensibles. Yo creo que ellos están aprendiendo mucho y al mismo tiempo yo estoy aprendiendo muchísimo de ellos. Así como los alumnos están muy interesados en mi forma de hablar, en cómo se dice esto o aquello y también acerca de las formas de trabajar en México, pues igual estoy yo, enterándome por ellos de cómo funciona el medio dancístico aquí.

¿Durante cuánto tiempo vas a estar en Chile trabajando?
La residencia formalmente es de diez semanas consecutivas, yo llegué  el 21 de mayo y me voy el 1 de agosto. Las funciones de los espectáculos en los que estamos trabajando están pre agendadas para realizarse durante la última semana del mes de julio, antes de que yo me vaya. Específicamente el 24, 26 y 27 de julio, una de ellas en la sala Andes de la caja de compensación del mismo nombre (Alonso de Ovalle 1465, Santiago Centro) y las otras dos en la sala Agustín Siré del Departamento de Teatro de la Universidad de Chile (Morandé 750, Santiago Centro).

¿Las funciones serán abiertas?
Claro. Yo todavía no conozco bien los espacios, tengo que ir a verlos para saber si se va poder hacer todo lo que yo necesito de illuminación. Estamos empezando y al mismo tiempo ya vamos terminando, hay mucho trabajo por hacer.

¿Y cómo van con el proceso de montaje de los números? Diez semanas para desarrollar tres espectáculos me parece que es poco tiempo...
Es muy poco tiempo. Ojala y en el futuro las cosas mejoren y las residencias sean de seis meses. Eso sería maravilloso. Respecto a los plazos estoy haciéndome de estrategias para lograrlo, yo creo que sí es posible llegar. Me parece que si el proyecto continúa,  las obras siguen madurando y se siguen ensayando el trabajo va ser mucho más limpio y de mucha mejor factura, pero creo que sí lo podremos lograr. Para mí el método consiste en hacerse de estrategias, funcionar bien con los horarios, hacer el tiempo efectivo. Allá en México los tiempos de ensayo con los estudios están muy peleados, entonces uno siempre está acostumbrado a aprovechar al máximo los momentos de ensayo, sacarle jugo a la hora hasta el último minuto, entonces algo similar es lo que estamos tratando de hacer acá.

¿Están trabajando todos los días?
De lunes a viernes.

¿Te vas a quedar hasta que se realicen todas las funciones?
Sí.

¿Y en Chile estás sólo dedicada a estos talleres?
Tengo entendido que no es lo único que voy a hacer, creo que voy a impartir un taller para el Ballet Nacional Folclórico, BAFONA, pero eso aún se está gestionando. Yo estaría encantada de la vida que pasen más cosas a partir de esto, seguir aportando, ya que pienso que se debería de aprovechar que estuve aquí, que se montaron coreografías para propiciar más intercambios. Creo que la Universidad de Sonora está con las puertas abiertas y tiene la mejor disposición de apoyar a cualquier proyecto que resurja a partir de este, entonces vamos a ver qué sucede después de esto.

¿Tu visita es el primer acercamiento entre la Universidad de Sonora y la Facultad de Artes de la Universidad de Chile?
No. Yo no sé si había venido gente de la Universidad de Sonora para acá, pero sé que en algún momento vino David Barrón, que es un coreógrafo mexicano ganador del Premio Nacional. Él estuvo en Chile hace algunos años. Además el maestro Olea acaba de estar en la Universidad de Sonora hace muy poco, creo que en febrero o marzo. Entonces existe un vínculo, el que estaba un poco quebrantado porque en este medio de las artes es siempre difícil que se den los apoyos y uno siempre está luchando contra la marea, pero hasta donde tengo entendido el vínculo está.

¿Qué piensas que generará tu paso por Chile?
Al final de cuentas creo va ser muy nutritivo para la gente que trabaja conmigo allá e incluso también podía suceder que se aproveche el vínculo y que otra persona tenga la iniciativa o el interés de venir para acá y vuelva a postular al programa y se vaya haciendo más definido este vínculo y vaya y venga gente, eso sería padre.

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