Con una emotiva ceremonia realizada el pasado miércoles 13 de enero, la comunidad de la sede Las Encinas de la Facultad de Artes despidió a los académicos y funcionarios que dejan la Universidad de Chile. Se trata de Eduardo Garreaud, académico del Departamento de Artes Visuales, Rebeca León, directora de la Escuela de Postgrado de la Facultad de Artes, Margarita Schultz, académica del Departamento de Teoría de las Artes, Ada San Martín, administradora del casino de la sede Las Encinas, Maximiliano Márquez, auxiliar de la Facultad de Artes, Sofía Navarro, secretaria del Departamento de Teoría de las Artes y Cristina Valenzuela, secretaria del Departamento de Artes Visuales.
Esta última, llevaba 37 años vinculada a la Universidad de Chile, institución a la que ingresó en abril de 1973 como secretaria del Departamento de Gráfica de la entonces Facultad de Bellas Artes. "Teníamos que dar exámenes de dactilografía, matemáticas, castellano y, en última instancia, la entrevista con el psicólogo. Así era el trámite para ingresar a la Universidad. Aprobados éstos, la Oficina de Selección formaba una terna para llenar algún cargo de alguna Unidad", recuerda Cristina Valenzuela, quien en esos años postulaba en terna al Departamento de Investigación y a la Facultad de Bellas Artes, en la que finalmente comenzó a trabajar, manteniéndose como secretaria hasta el 13 de enero del 2010.
Por ello es que esta mujer señala que "creo que mi destino era la Facultad de Artes. A mí siempre me gustó el edificio de la antigua Escuela de Bellas Artes. Cuando llegué, los talleres de escultura estaban en el subterráneo, en unas salas enormes, y en el primer piso estaban los talleres de pintura. En el tercer piso, los talleres particulares de algunos profesores, que muchas veces eran visitados por los estudiantes y colegas después que terminaban las clases", recuerda la señora Cristina sobre el poco tiempo que alcanzó a estar en el Parque Forestal porque, a los pocos meses de su llegada, la Facultad se trasladó hasta la comuna de Ñuñoa, en 1974.
Los cambios de la Facultad de Artes
Luego del golpe de Estado, la entonces Facultad de Bellas Artes no sólo cambio su sede en el Parque Forestal para trasladarse al Campus Juan Gómez Millas, sino que también sufrió una drástica reestructuración. A la reducción de personal administrativo -Cristina Valenzuela fue la única secretaria de las que trabajaba en la Facultad que continuó ligada a la Universidad de Chile- se sumó el despido masivo de académicos y su posterior reemplazo por nuevos profesores. "Quedaron ayudantes que actualmente ejercen como profesores titulares y/o asociados, pero sobre los estudiantes no tuve mayor conocimiento del destino de éstos, o si simplemente fueron eliminados de la carrera", cuenta.
Cuando académicos, estudiantes y funcionarios se trasladaron hasta la nueva sede que ocuparían (la sede Las Encinas de la actual Facultad de Artes, donde siguen ubicados hasta el día de hoy), se encontraron con edificaciones aún sin terminar. "Podría decirse que era horrible, porque esto era un pasillo abierto, como una casa de campo. Las oficinas estaban en el primer piso y los subterráneos, que estaban destinados a bodegas, pasaron a ser salas de clase para el Departamento de Teoría de las Artes. Todo lo que hoy ves como jardín, era solamente tierra. Incluso recuerdo que pasaba un caballo arando para poder ablandar el terreno y así poder plantar algunos árboles", cuenta María Cristina.
"Cuando los alumnos postulaban a las carreras, desde este pasillo, a viva voz, se llamaba a los estudiantes de la lista de espera. Era horrible y bien campestre, pero llegaban muchos alumnos", recuerda acerca de los antiguos períodos de postulación. Y agrega sobre otro de los cambios que vivió después del golpe de Estado: "En ese tiempo, yo compartía mucho con los profesores, en el sentido de amistad y respeto, y no olvidando que uno era el profesor y la otra persona el funcionario. Por ejemplo, si un profesor hacía un asado, iban todos porque había una familiaridad en la Facultad que ahora no se ve. El quiebre, creo yo, vino después del 11 de septiembre por circunstancias obvias de la época".
Ése no fue el único cambio del que Cristina Valenzuela fue testigo durante los 37 años que estuvo ligada a la Facultad de Artes, porque, según cuenta, la llegada de Pedro Félix de Aguirre al decanato el año 1980 "sí vino a representar un nuevo terremoto". La misión que se le había encomendado era fusionar la Facultad de Ciencias y Artes Musicales con la Facultad de Bellas Artes, labor que cumplió a cabalidad, haciendo jubilar a profesores y funcionarios. "Fue otra tragedia. Muchos profesores se fueron, otros fueron trasladados al Pedagógico y a otros, siendo buenos artistas y buenos docentes, simplemente les caducaron sus contratos", explica hoy sobre ese periodo.
"He aprendido aquí a ser lo que soy"
En sus 37 años de servicio, María Cristina ha sido testigo de muchas anécdotas y, de algunas de éstas, su protagonista. En 1983 conoció a un funcionario del Departamento de Teatro que había sido traslado hasta la sede Las Encinas para trabajar en el Departamento de Artes. "Fuimos amigos mucho tiempo, íbamos siempre invitados a las inauguraciones de las exposiciones y, sin darnos cuenta, la relación de amistad estaba formalizada", recuerda entre risas cómo comenzó la relación que terminó en un matrimonio que dura hasta el día de hoy. "Con todo lo complejo que fue ese tiempo, pude tener a mis hijas, feliz y tranquila; gocé de los pre y post natal de ellas; y pude volver a mi trabajo con tranquilidad", cuenta Cristina Valenzuela.
A días de haber dejado su lugar de trabajo como secretaria del Departamento de Artes Visuales de la Facultad de Artes de la Universidad de Chile, la señora Cristina señala que "me quedo con lo bueno que he vivido durante estos 37 años, porque la vida es un vaivén y hay que saber llevarlo con sabiduría, ser cada vez mejor porque tú nunca dejas de aprender. Yo he aprendido aquí a ser lo que soy. Tú vas creciendo y la experiencia te enseña a vivir con otras personas, con el grupo con el que le tocó recorrer estos años, feliz. He tenido la suerte de haber podido trabajar en esta Universidad, en esta Facultad y por ende, en el Departamento de Artes Visuales, que me vio llegar, crecer y desarrollarme como persona".
Y concluye sobre su paso por esta institución: "En resumen, soy una agradecida y me voy feliz de haber cumplido con la mejor etapa de mi vida; ver que los que fueron alumnos, ahora son profesores de las más altas jerarquías y algunos ya autoridades a cargo de Unidades Académicas dentro de la Facultad. Y quiero aprovechar esta instancia para agradecer muy sinceramente a todos los que hicieron posible esta gran e inolvidable despedida: a profesores, colegas de trabajo, alumnos que me alcanzaron sólo a decir tía y no abuelita, por suerte; y en particular a la Sra. Janet González, por compartir por más de 20 años el trabajo, la amistad y el respeto, haciendo de ésta, nuestra segunda casa. Gracias, muchas, muchas gracias".
