Desde la lejanía, vaya mi emocionado agradecimiento a aquellos músicos, creadores e investigadores que tuve el honor y el agrado de acompañar en su formación profesional. En especial deseo que alcance mi gratitud a aquellos que han concebido y realizado este evento. Su estructura muestra un programa que contiene obras que representan varias épocas de mi labor creativa.
Así, su apertura con "Versos sueltos", texto de Nicanor Parra, es una obra reciente, hecha para servir de repertorio en un concurso, que no sólo se puede presentar en cualquier orden, sino que también se puede reducir el número de sus componentes según las necesidades y preferencias de los ejecutantes.
La segunda obra, "Variaciones" para Ariadna Colli, simboliza mi convicción sobre la importancia de la infancia y la juventud en el desarrollo de nuestro arte. Ariadna era una niña cuando le dediqué esta obra la que, en mi contribución a la lucha por darle el nombre del mártir del fascismo Carl von Ossietzky, a la universidad en que trabajé hasta mi jubilación, en los años 90, cobró valor de combate. En este contexto pasó a ser Preludio y Postludio de mi oratorio "Carl von Ossietzky", que se estrenara en medio de la lucha por darle su nombre a esta universidad, uniendo para ello a coros sindicales, progresistas y universitarios. Así se pudo ayudar a darle la denominación deseada, pese a la contraria opinión oficial y a su lamentable intervención policial represiva.
La obra siguiente, "Sonata para Flauta y Piano" que, junto a mis dos conciertos para flauta y orquesta de cuerdas, documenta mi constante labor por desarrollar sistemas cromáticos y seriales capaces de cadenciar. Para ello buscando métodos similares a los de la monodia histórica y aquella local, de tradición indígena.
Se continúa en este mismo sentido, tal vez con menos énfasis, en la "Sonata para Contrabajo y Piano". En realidad una Sonatina, especialmente si se la compara con una Sonata posterior, también para Contrabajo y Piano.
La obra que sigue, "Durme Durme", de la tradición sefaradí, documenta mi cercanía y cariño por esta tradición, la que anima muchas obras más de mi repertorio. Entre ellas mi 6to Cuarteto de Cuerdas.
Antepenúltima obra de este programa, "No me lo pidan", encarna, con énfasis y afecto, gracias a la decisiva ayuda del texto de Pablo Neruda, mis convicciones políticas.
Precede el término de este programa "Cascada en sequedal" la que, junto a mis otras canciones "Pan" y "El Aire", dan cuerpo sonoro, con ayuda de los versos de Gabriela Mistral, a muchos de mis recuerdos imborrables de la tierra que nos viera nacer.
Termina este concierto y homenaje, que siempre trataré de merecer, con "Canciones de Altacopa" sobre textos de Andrés Sabella, que estrenara mi querido colega Hanns Stein y que ejecutara en versiones inolvidables, en su versión original, junto a Víctor Jara, nuestro grande y valiente bardo, tocando esta vez la guitarra. Sólo imaginar esta versión, coronando este concierto, me llena de emocionada gratitud y me mueve, con creciente fuerza, a desear que este mensaje, al que se une mi música, motive a nuestros músicos, especialmente a los jóvenes, para seguir creando y descubriendo caminos que cumplan con su misión de integrarse a la sociedad que los cobija, entregándole su mejor obra.
Muchas gracias,
Gustavo Becerra-Schmidt