Para la Compañía del Departamento de Teatro de la Universidad de Chile, DETUCH, 2008 fue por decir lo menos, un excelente año. Varios meses atrás, un grupo de profesores y estudiantes se propusieron el desafío de presentar un proyecto para participar en el Primer Festival de Dramaturgia Norteamericana Contemporánea organizado por el Instituto Chileno Norteamericano y la Embajada de Estados Unidos en Chile. Con Marco Espinoza como director artístico invitado, Jorge "Chino" González a cargo del diseño integral y un elenco formado por Víctor Montero, Carolina Larenas, Annie Murath, Gabriel Urzúa y Alejandra Díaz, la Compañía DETUCH dio vida a "Como aprendí a manejar" ("How I learned to drive") de la dramaturga norteamericana Paula Vogel, quien ganó un premio Pulitzer por esta obra.
El desafío no era fácil, y es que "Como aprendí a manejar" pone en escena temáticas complejas como el abuso sexual y la manipulación a través de una narración desarticulada y no lineal, conteniendo a la vez una dimensión política al plantear un análisis crítico de la sociedad de consumo actual. En el montaje dirigido por Espinoza se hace hincapié en la idea de las lecciones de conducir como una metáfora que alude a las relaciones afectivas como objeto de consumo.
El primer éxito de la compañía con esta obra fue no sólo ganar el Festival de Dramaturgia Norteamericana Contemporánea al obtener el reconocimiento al Mejor Montaje, sino que también se llevó los premios a la Mejor Dirección de Arte y al Mejor Actor. Hoy tras cumplir nueve meses desde su estreno "Como aprendí a manejar" sigue rindiendo frutos, y es que el viernes 16 de enero comienza su cuarta temporada en el marco del Festival Internacional Santiago a Mil.
DETUCH: Una instancia de creación colectiva
En cada uno de los proyectos que emprende, el DETUCH tiene por objetivo trabajar con alumnos, profesores y egresados del Departamento de Teatro de la Universidad de Chile, generando así una instancia de encuentro y creación colectiva. El hecho de que los estudiantes tengan la oportunidad de trabajar con actores profesionales y académicos posibilita no sólo una manera distinta de hacer docencia -ya no desde la pedagogía, sino desde el arte- sino que también genera una siempre fructífera instancia de diálogo transgeneracional respecto al teatro.
"Como aprendí a manejar" es el segundo proyecto del DETUCH al cual el académico Marco Espinoza era invitado a trabajar. El resto de la compañía se conformó con profesores y estudiantes, creando un grupo sólido y muy afiatado. Juntos se embarcaron en un proyecto que a muy poco andar se transformaría en uno de los montajes más exitosos que esta compañía haya realizado, y es que esta obra de la dramaturga norteamericana Paula Vogel sólo ha cosechado éxitos en Chile: bajo la dirección de Espinoza, fue ganadora del Primer Festival de Dramaturgia Norteamericana Contemporánea, gracias a eso tuvo una primera temporada en el Teatro Lastarria 90, posteriormente tuvo otra en la sala Agustín Siré, y meses más tarde, realizaron una temporada de extensión en la Universidad Finis Terrae.
Además de esas tres temporadas, el DETUCH pudo viajar al sur de Chile a mostrar esta obra, pues gracias a una invitación fueron los encargados de abrir el Festival de Teatro Contemporáneo organizado por la Universidad Mayor en Temuco, y tiempo después participaron en la XIX versión de los Temporales Teatrales de Puerto Montt. Lejos de agotar sus energías, este viernes 16 de enero comienza su cuarta temporada, la cual se llevará a cabo hasta el 25 de enero en la sala Sidarte ubicada en Ernesto Pinto Lagarrigue 131.
Las razones para el éxito de "Como aprendí a manejar" pueden ser muchas, pero entre las que destaca su director está el hecho de que atrae la atención de muchos públicos, abarcando tanto a la gente de teatro, a los habituales de este arte y a los que no acuden frecuentemente, "precisamente porque la obra toca una temática transversal a toda la sociedad que tiene que ver con el abuso. Por otro lado, es esta temática la que permite que la obra pueda itinerar".
A eso hay que agregarle el gran atractivo estético del montaje, las actuaciones bien logradas, las canciones en vivo a cargo de los mismos actores y el cambio de roles entre las figuras de víctima y victimario, demostrando a través de la dramaturgia que no hay víctimas exclusivas ni victimarios exclusivos.
Por otro lado y considerando el punto de vista de la compañía, a pesar de las múltiples funciones realizadas pareciera que su repetición no los agota, porque tal como señala Espinoza "es una obra que nos permite siempre reencantarnos con ella".
En definitiva, la lucidez de la dramaturgia de Paula Vogel, los aciertos en la dirección de Marco Espinoza y el destacado desempeño del DETUCH tanto en las actuaciones como en la puesta en escena, convierten a "Como aprendí a manejar" en un imperdible de la nutrida cartelera teatral estival, y a la compañía del Departamento de Teatro de la Universidad de Chile en un grupo sólido con amplias proyecciones para el futuro.
