“La restauración que se está desarrollando tiene por objeto construir un modelo de trabajo en colaboración con entidades de carácter público, y desde ahí, claramente nuestro objetivo es consolidar un programa que nos permita asumir nuevos desafíos, tanto en la misma área de la restauración como en otras en que podamos ir consolidando nuestra presencia. Esto es muy importante no sólo en la perspectiva de generar proyectos de Facultad, sino de enriquecer áreas de potencial desarrollo académico que son de interés para los Departamentos y la Facultad misma”.
Así responde Luis Montes Rojas, vicedecano de la Facultad de Artes, al preguntarle por la relevancia del trabajo de restauración que la Facultad está llevando a cabo en "El Sitio de Rancagua", mural de gran formato de las artistas Natalia Babarovic y Voluspa Jarpa ubicado en la estación de trenes de Rancagua. Bajo la coordinación general de Erika Valdés, gestora cultural de la Facultad de Artes, dicho trabajo inició en julio, con el traslado de la obra hasta los galpones facilitados por EFE en la comuna de Estación Central y el consiguiente inicio del proceso restaurativo liderado por la restauradora Karina González.
“Dada la relevancia de la obra -por lo que representa, como por la reconocida trayectoria de sus autoras, la importancia para la Empresa de Ferrocarriles del Estado y para los habitantes de la región de O'Higgins- era necesario trabajar con una institución que entregará seguridad respecto de los conocimientos requeridos para la restauración; otorgando diagnósticos precisos, definiendo procedimientos apropiados y ejecutándolos según lo planificado, por esto el trabajo idóneo se ha desarrollado junto con la Universidad de Chile”, señala Tatiana Gatica Navea, gerenta de Medio Ambiente y Sostenibilidad de EFE, sobre lo que motivó a EFE a concretar este trabajo junto a la Facultad de Artes.
Antecedentes
Fue en 2023 cuando comenzó a gestarse el vínculo entre la Facultad de Artes y EFE, el que buscó “fortalecer las relaciones entre entidades públicas y desarrollar proyectos en conjunto”, recuerda Erika Valdés. A partir de esa relación, añade la gestora cultural de la Facultad de Artes, “se inició el desarrollo de un convenio de colaboración, y en marzo de 2024 surgió la oportunidad de restaurar el mural de Natalia Babarovic y Voluspa Jarpa , ubicado en la estación de trenes de Rancagua, donde dos trípticos de esta obra serían parte de la exposición organizada con el Centro Cultural La Moneda para conmemorar los 140 años de la Empresa de los Ferrocarriles del Estado”.
De los trípticos mencionados, uno forma parte de la exposición “Por la línea corre el tren. 140 años de la Empresa de Ferrocarriles del Estado” desde la inauguración de esta muestra en el Centro Cultural La Moneda el pasado 14 de agosto, y se proyecta que el segundo sea entregado a fines de octubre para sumarse a esta exhibición que propone una mirada al impacto cultural que este medio de transporte ha tenido en la construcción de la identidad de la sociedad chilena.
“El mural destaca por su escala: es la única pintura de gran tamaño presente en la muestra, y se impone visualmente a la entrada de la exposición, inaugurando el recorrido”, comenta Amarí Peliowski, académica de la U. de Chile, y curadora, junto a José de Nordenflycht, de esta exposición. “Su posicionamiento en la sala también funciona en diálogo con una serie de pinturas contemporáneas como las de Mauricio Álvarez, Mara Santibáñez y Roberto Geisse, mostrando la actualidad del motivo ferroviario en el arte chileno”, añade. Respecto a la inclusión de parte de este mural en la muestra, la curadora explica que se vincula, por un lado, a la tradición del muralismo aplicado en estaciones de trenes a lo largo de Chile, y por otro, al que “las artistas usaron como modelos a los trabajadores de la maestranza San Eugenio, que por tener galpones amplios sirvió de taller de pintura para Jarpa y Babarovic”.
De hecho, en la exposición, que se podrá visitar hasta el 17 de noviembre, el tríptico “está acompañado de fotografías que registran el proceso de elaboración y traslado del mural, dando cuenta de cómo el valor de una obra no se define solamente por su materialidad, si no también por los procesos que implica su producción”, afirma Amarí Peliowski. Para la curadora, “el mural se imbrica con el patrimonio tanto cultural como social de la Empresa de los Ferrocarriles del Estado: mantiene la tradición de "embellecer" las estaciones y abultar el patrimonio material de la empresa, y se gesta en relación estrecha con las comunidades ferroviarias que tanto caracterizan la presencia del tren en Chile”.
Proceso de restauración
Para dar curso a la restauración del mural, desde la Facultad de Artes se convocó a especialistas en la materia, conformándose un equipo de once personas cuya organización se basó “en criterios tanto técnicos como académicos, teniendo en cuenta la complejidad y relevancia histórica de la obra. Se seleccionaron expertas en conservación y restauración con experiencia previa en pintura al óleo sobre tela. Además, se integró a estudiantes avanzadas del postítulo de restauración como practicantes profesionales”, explica Erika Valdés, añadiendo sobre este trabajo que finalizará a fines de este año, que “este enfoque no solo garantiza la preservación de la obra, sino que también fortalece el desarrollo académico e institucional”.
Para Karina González, coordinadora de restauración del proyecto, “es importante destacar la obra en sí, ya que corresponde a quince pinturas que fueron realizadas por dos artistas mujeres, Natalia Babarovic y Voluspa Jarpa, en 1994, marcando un precedente en la incorporación femenina joven en espacios públicos con obras de gran formato. Y ahora, treinta años más tarde, están siendo restauradas por un equipo formado y liderado también por mujeres, lo que lo vuelve muy simbólico a mi parecer, contribuyendo en la línea de la incorporación, cada vez mayor, de presencia femenina en la esfera del arte”, señala.
Ella es la encargada de liderar al equipo conformado por otras dos restauradoras profesionales y seis practicantes, entre ellas, cuatro vinculadas al Curso de Especialización de Postítulo en Conservación y Restauración del Patrimonio Cultural Mueble de la Facultad de Artes. “Con las obras en Santiago, lo primero fue llevar a cabo un examen exhaustivo del estado de conservación de los paneles, pues se encontraban expuestos en un espacio público de mucho tránsito, por lo que presentaban serios deterioros. Además, se hicieron diversos análisis científicos a cargo de Marcela Gómez, biotecnóloga patrimonial, a fin de conocer materialmente su composición”, comenta sobre la primera parte de este trabajo iniciado en julio de este año.
“Con este acercamiento más profundo de las pinturas, comenzamos la limpieza mecánica y química de los reversos y de los bastidores, luego procedimos a fabricar e incorporar las bandas perimetrales a las obras cortadas, para devolverle las dimensiones originales al soporte y permitir su tensado en el bastidor, y ya con todas las obras en sus bastidores empezamos los procesos restaurativos: limpieza química del anverso, utilización de parches en las obras que presentaban quemaduras, estucado en las zonas con pérdida de estratos, reintegración cromática con acuarela en los faltantes y estucos, para finalmente incorporar una capa de barniz de protección”, explica la coordinadora de restauración, especificando que “estos procedimientos se han realizado en paralelo en las ocho obras que se encuentran en el taller, priorizando los trípticos destinados a la exposición del CCLM”.
Al respecto, la gerenta de Medio Ambiente y Sostenibilidad de EFE comenta que “con la primera escena de este mural, exhibida en la Sala Pacífico del Centro Cultural La Moneda, queda en evidencia la importancia de las labores de conservación y restauración realizadas. Además de posibilitarse la recuperación de los colores de la obra en su estado original y de proteger la capa pictórica para posibilitar su resguardo, la reacción positiva de quienes han visitado la muestra ferroviaria da cuenta del alto impacto que genera en quienes tienen la posibilidad de conocerla”, añade en referencia al tríptico que se encuentra actualmente en exhibición como parte de la muestra “Por la línea corre el tren. 140 años de la Empresa de Ferrocarriles del Estado”.
Para la coordinadora de restauración, “siempre es un gran desafío cuando hablamos de arte contemporáneo, porque tiene una dimensión matérica diferente al arte clásico”. Por ello es que “el equipo debió ser especialmente cuidadoso al momento de aplicar procedimientos de limpieza que no alterasen las piezas, ya que algunos componentes químicos funcionaban muy bien en ciertas zonas y no en otras, que deberían tener el mismo comportamiento. Por otra parte, nos enfrentamos a una obra con productos comerciales que tienen un envejecimiento diferente y no siempre existe compatibilidad entre ellos, lo que requiere de una constante evaluación, sobre todo cuando hablamos de dos artistas que, aunque trabajaron en conjunto, tienen técnicas diferentes y que es necesario respetar para salvaguardar el sentido de la obra”, afirma Karina González, agradecida del trabajo que han realizado las restauradoras “no solo por su aporte profesional, sino también por su compromiso en la preservación de esta pintura mural”.
Trabajo colaborativo
“Este primer proyecto ha sido una experiencia muy positiva, y aunque aún no hay nada concreto, ya estamos explorando nuevas oportunidades para futuros proyectos en conjunto”, señala Erika Valdés sobre este trabajo colaborativo que la Facultad ha llevado a cabo con la Empresa de los Ferrocarriles del Estado. “Desde EFE esperamos continuar trabajando con la Facultad de Artes de la Universidad de Chile, para lo cual proyectamos prontamente contar con un convenio de colaboración entre ambas instituciones”, adelanta Tatiana Gatica Navea, gerenta de Medio Ambiente y Sostenibilidad de EFE.
“Esperamos poder seguir colaborando con EFE y otras empresas del Estado, con las cuales compartimos una misión pública. Creo que es de suma importancia superar las distancias que hemos tenido en tiempos anteriores, y darle mucho valor a aquellas asociaciones que van siempre al interés común, la ciudadanía”, señala por su parte el vicedecano Montes . Y concluye: “Entonces, estamos a disposición de EFE para colaborar en los ámbitos que estimen pertinentes, especialmente los que tienen que ver con la difusión y extensión de la gran actividad cultural que produce nuestra Facultad”.