Un ranking revelador
Un reciente ranking universitario (www.webometrics.info) ordena a más de 2500 universidades de todo el mundo de acuerdo a su visibilidad en el ciberespacio. Así, este ranking se basa en las páginas web, considerando tanto su accesibilidad, como asimismo visitas y otros caracteres técnicos. Sin lugar a dudas, se trata de un excelente criterio para medir el grado de modernidad de las universidades, en cuanto a que el diseño y difusión de información a través de las páginas web dice mucho respecto del caudal tecnológico desarrollado en cada institución. El nivel de consultas revela el grado de diseminación del trabajo académico de cada universidad, reflejando de modo determinante la credibilidad del mismo y su aceptación en los medios académicos y relacionados. Las páginas web son un cristal que transparenta el hacer de cualquier institución, ya que sus antecedentes, su información básica, sus proyectos y sus logros se retratan en ella sobre la base de datos duros que permiten la comparación y el análisis.
El citado ranking incluye a varias universidades latinoamericanas. La primera de ellas, sin embargo, aparece solamente en el lugar 108. La Universidad de Chile aparece en el lugar 270 en el mundo, mientras que la segunda universidad chilena está solamente en el lugar 678, mientras que la tercera se ubica como la número 1024. Las primeras cuatro universidades latinoamericanas corresponden al mismo grupo que aparece en el ranking de la Unión Europea de las 500 mejores universidades del mundo, y son la Universidad Nacional Autónoma de México, la Universidad de Sao Paulo, la Universidad de Campinas y la Universidad de Chile. Es decir, los rankings aludidos son plenamente coincidentes, aunque basados en parámetros de distintas naturaleza. Latinoamérica aparece siempre muy disminuida: por ejemplo, en el ranking de la UE figuran sólo 7 universidades de la región en el total de 500 universidades. Esto enseña que no estamos invirtiendo lo suficiente como países en un aspecto del desarrollo que es considerado vital: la investigación y formación de recursos humanos de alto nivel. El caso de Chile es muy revelador: somos número uno en entorno macroeconómico, pero en el entorno de 40 en educación superior, innovación y tecnología. La comparación internacional pone en perspectiva nuestros logros: lo mejor que tenemos está disminuido en comparación al mundo con el cual queremos integrarnos, y con el que estamos también buscando competir. Bien por la Universidad de Chile, por darle lucimiento al país en el contexto de nuestra región. Preocupación por el país, porque nuestra educación superior que busca tanta pasividad, todavía no rinde el resultado de calidad que se espera en un sentido amplio.