Eppur si muove, que se traduce al español como "sin embargo se mueve" son las palabras de Galileo Galilei luego del juicio que lo obligó a abjurar de su demostración de la teoría heliocéntrica en 1633, y en esta intervención se alza como una metáfora sobre lo absurdo que resulta la resistencia a los profundos deseos de cambios sociales y culturales de nuestra sociedad. Especialmente en un país, el nuestro, con una profunda historia de alteraciones sísmicas y culturales.
Asociado a Brantmayer y Flores, Francisco Brugnoli presenta esta obra siguiendo aspectos o líneas de trabajo como la iniciada en los años 60 con su obsesión por los intranscendentes objetos abandonados y en los 80 sobre intervenciones de ciudad, convergiendo ambas en una demanda por la memoria y la necesidad de explorar otra posibilidad para las significaciones convencionales. Así, los escombros del edificio del Goethe de calle Esmeralda al medio de la instalación se someten aquí a una mirada que los aleja de su origen y a toda posible añoranza o melancolía, en cuanto prevalecen sólo en su condición de desperdicios. Sin embargo su concurrencia en este espacio simultáneamente busca provocar la pregunta sobre su margen de desambientación.
A ello se suman las fotografías de Brantmayer de una casa taller abandonada que evoca historias pasadas y las imágenes del video de Flores del cementerio general dos días después del terremoto de 1985, configurándose una obra de elementos que dialogan en un edificio en el que, no obstante los escombros, se trabaja para su rehabilitación. El recorrido por la muestra finaliza ante un viejo y descompuesto gran televisor, cuya pantalla solo puede exhibir una delgada línea horizontal de luz.
Otro elemento que compone la instalación es el modo en que los espectadores llegan a ella. Sin nada que los advierta de su existencia, las personas que transitan por Esmeralda se encuentran con la obra en forma casual, situándolos en otra dimensión de mirada.
Texto incorporado a la exhibición.
1.- La historia. Dos días después del terremoto de 1985, Brugnoli invitó a Carlos Flores a realizar un video registro de los daños sufridos en el Cementerio General, produciéndose un extenso material que se guardó sin editar.
Durante el año 2010, fueron ofrecidas a Brugnoli las figuras de yeso existentes en el abandonado Taller Rocuant. La visita al lugar motivó un proyecto especial, en razón del cual Brugnoli invitó a Jorge Brantmayer, a participar con fotos suyas de ese lugar, y considerando además la presentación de la grabación anteriormente realizada con Carlos Flores. Sin embargo al momento de retirar las figuras ofrecidas, la oposición de un heredero clausuró el proyecto. El edificio del Instituto Goethe, por causa del terremoto de 2010 sufrió severos daños, lo que determinó su desocupación para iniciar una remodelación. Esto significó para Brugnoli la posibilidad de un nuevo proyecto que incluyera las asociaciones de trabajo ya mencionadas, el video de Carlos Flores especialmente digitalizado, manteniendo su estado original y cuatro de las fotografías de Jorge Brantmayer, según su propia selección. Todo esto en una operación sobre el hall del primer piso del Instituto, hecha por él mismo a partir de los escombros de la demolición ya iniciada y la re significación de algunos componentes arquitectónicos en su actual situación.
2.-Los antecedentes. Antecedentes de este trabajo se encuentran en máscaras, intervenciones en calles y parques de Santiago, 1980. Paisaje brugnoli/errázuriz, Galería Sur 1983. Cadáver Exquisito, Galería Ojo de Buey 1990. n+n+, Galería Gabriela Mistral, 2005. Etc.
3.- Eppur si muove, palabras de Galileo Galilei luego del juicio que lo obligó a abjurar de su demostración de la teoría heliocéntrica en 1633. Apropiadas ahora por constituir una posible metáfora sobre la emergencia de profundos deseos de cambios culturales y la resistencia que ellos provocan.
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