"Como Colectivo VerdeViridian pretendemos, principalmente a través de la instalación, acercar el arte a las personas que habitualmente no tienen cercanía con estas manifestaciones para que puedan comprender e interpretar según su experiencia lo propuesto, en este caso, un muro callejero, algo cotidiano en el diario vivir de quienes habitamos la cuidad que es sacado de contexto para generar distintas reflexiones en el público", señalan Lía Caamaño y Camila Figueroa, Licenciadas en Artes Plástica de la Universidad de Chile que hasta el 13 de enero exhibirán Representaciones (sub)urbanas en el Sala de Arte Mall Plaza Vespucio del MNBA, una exposición en la que confrontan "lo vandálico, urbano y anónimo de las calles con lo pulcro de una galería o sala de arte, validando la cultura urbana desde lo clandestino como temática ante la cual reflexionar y hacer arte", agregan.
En ese contexto es que dieron forma a un muro que recoge los distintos imaginarios que suelen darse cita en las calles, temáticas que fueron surgiendo en los múltiples recorridos que hicieron para fotografiar los muros de Santiago y en las imágenes que recopilaron en internet y en redes sociales "con el fin de lograr una obra contingente en donde las personas vieran su memoria colectiva puesta allí", explica Lía Caamaño sobre esta propuesta que en primera instancia fue traspasada a rollos de papel hilado e intervenida con pintura para luego, una vez concretada la etapa de impresión, volver a intervenirla. "Finalmente montamos el mural que mide más de 18 metros de largo por 4 de alto, y pintamos nuevamente sobre él. Ahora sí se podía observar una continuidad, pero era necesario unir todas sus partes mediante el color y la mancha", añade.
En la búsqueda realizada por estas jóvenes artistas -cuyo trabajo como colectivo se caracteriza por el uso de técnicas provenientes del mundo gráfico y de la pintura-, encontraron la frase si la prensa es canalla que hablen las murallas, texto que da la bienvenida a esta exposición y que, al ser extraído de uno de los tantos muros que recorrieron, "dice mucho porque representa la expresión de una sociedad, su descontento en el mayor de los casos y su impotencia al no sentirse representada", señalan, concluyendo sobre el título de esta muestra que el muro "intervenido por sus habitantes, rayado y grafiteado, entre otras cosas, es algo que se trata permanentemente de esconder, de borrar, pero que siempre sobrevive y reaparece, convirtiéndose en una parte presente de nuestra cuidad que se hace notar a pesar de los intentos por mitigarla".
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Ése es el nombre de la propuesta que Camila Astaburuaga presenta en la librería Metales Pesados, muestra que bajo la curatoría de Ignacio Szmulewicz continúa el ciclo Matadero. 10 artistas jóvenes de la escena chilena. "Mi participación surge a partir de una conversación en torno a un tema que a Ignacio y a mí nos venía congregando hace ya un buen tiempo: el espacio público y específicamente la relación entre cuerpo y espacio urbano", dice esta Licenciada en Artes Plásticas de la Universidad de Chile que trabajó con la fachada de una casa ubicada precisamente en las coordenadas que dan nombre a esta exposición, una propuesta que comenzó a gestarse en medio de la investigación que realizó para su proyecto de título y que giró en torno a las tipologías arquitectónicas como una aproximación a la "escultura pública".
"No era más que una fachada, una especie de frontis hacia la calle, cuyo interior era un sitio totalmente eriazo", recuerda esta joven artista, añadiendo respecto a sus motivaciones que "la fachada, como objeto, constituía aspectos que me interesaban por su materialidad como también por su carácter simbólico, una extraña relación entre puesta en valor y permanente deterioro. Desde ahí surge entonces una necesidad irracional por obtener esa materialidad, ese objeto inamovible, monumental, porque fue la imagen de una fachada como pieza fija en estado ruinoso lo que me hizo pensar de qué manera podía trasladar o mejor aún obtener, desde alguna operación material ,un pedazo de aquello que se encontraba en vías de desaparecer".
Así, a través de la copia con alginato, Camila Astaburuaga comenzó a obtener los moldes de esa construcción ubicada en pleno Barrio Brasil, moldes de pequeños fragmentos de esa fachada que luego vació en yeso. "De esta forma obtenía una reproducción de ese mismo fragmento petrificado, logrando armar parte de este lugar, un retazo de ese frontis", explica la Licenciada en Artes Plásticas de la Universidad de Chile respecto a cómo dio forma a esta propuesta que permanecerá en exhibición hasta el próximo 6 de enero. "Con respecto al vínculo con la curatoría, creo que mi trabajo se articula bajo el concepto de ciudad pero en relación a su historia, a su memoria, a su política y/o a su estética. En definitiva, la ciudad como reserva para pensar lo público, la colectividad y lo masivo como reserva material que reúne memoria", concluye.