"Con esta muestra, serían tres años consecutivos exponiendo en Ecuador", dice Patricio González, artista, académico del Departamento de Artes Visuales y Director de Escuela de la Facultad de Artes que ya en 2010 y 2011 había viajado a ese país para exhibir sus obras, primero en el Museo de Arte Moderno de Cuenca y luego en el Centro Metropolitano de Quito. "Esa última exposición fue muy grande e importante no sólo por la cantidad de obras sino también por el lugar en que se presentó. De hecho, pensaba cerrar este proceso creativo con esa muestra, pero cuando vi las imágenes fotográficas que habían quedado en bruto, decidí volver sobre ellas", recuerda el artista sobre el origen de las obras que exhibirá en Derivas del sentir, muestra que presentará a partir del 7 de agosto en la Galería de Arte Colectivo Cienfuegos, en Quito.
En un principio, este académico sólo quería experimentar con las imágenes que habían quedado rezagadas para seguir dando forma a nuevos fotomontajes digitales trabajados con softwares gráficos que respondieran "a la lógica de lo que he llamado pintura electrónica y que es lo que he estado haciendo en los últimos años", explica. Sin embargo -y sin la intención de que éstos se transformaran en obras definitivas, menos aún en una exposición formal-, el proceso iniciado le permitió "descubrir que había ciertas innovaciones y la clara posibilidad de girar y de darle otra vuelta a esas imágenes, emergiendo una serie de nuevos trabajos que terminaron transformándose en cuerpo de obra. Fue ahí cuando tuve la certeza de que podían constituir una nueva exposición que cerraría el ciclo de muestras relativas a este tipo de trabajos", señala.
De allí que Derivas del sentir contemple la exhibición de diecinueve obras en las que Patricio González vuelve a recurrir a herramientas digitales para construir las imágenes que en éstas se apreciarán, imágenes que a diferencia de los procesos que dieron origen a las muestras exhibidas en 2010 y 2011, fueron creadas a partir del concepto que da título a esta nueva exposición: "deriva". "Ese hecho me permitió jugar mucho más con el azar, con la casualidad y con el accidente, cuestión a la que se sumó una toma de conciencia respecto a la presencia de la luz como elemento protagónico en mi propuesta artística", explica este académico que trabaja con soportes digitales desde el año 2006, teniendo como principal antecedente un sistema de carpetas que había ideado para almacenar y archivar las imágenes que utilizaba a principios de los años ochenta.
"Eran datos visuales de diversa índole y tensión, factibles de ordenar casi aleatoriamente porque su condición de polaridad, distanciamiento formal y materialidad lo permitían; collages iniciales, modelos para armar y rearmar, un primer dato genealógico para Derivas del sentir", cuenta el artista, agregando que las fotografías empleadas como base del sustento visual de sus imágenes "no son particulares ni fotográficamente correctas porque responden a fragmentos y desechos, sin presentar indicios claros de lo representado. Son más bien imágenes trozadas y luego vertidas en la juguera que, después del mix, surgen transformadas, adquiriendo un renovado espesor semántico. Imágenes que vuelvo a construir capa por capa, tramando una textura intangible en la pantalla, una estrategia pictórica puesta en la lógica del fotomontaje digital".
¿Y qué rol juega el azar en todo este proceso?
Así como uno toma más razón de la presencia de la luz cuando la ve fulgurar en una pantalla que cuando la trabaja con el pigmento, lo mismo podría aplicarse al azar. Es decir, desde hace mucho tiempo que en las artes visuales existe la posibilidad de trabajar con el azar, porque es parte del pensamiento colectivo de los artistas el dejarse llevar, ser interrumpidos por el azar o tener lo aleatorio de su lado. Sin embargo, en el trabajo desde lo digital esto es mucho más evidente porque está siempre presente, entonces uno rápidamente puede hacer variantes de algo y esas variaciones finalmente terminan siendo pasos dados con la anuencia del azar. Con todo, la creación producida por las Artes Visuales es sinónimo de pensamiento crítico, por lo que el ensayo y la manipulación constante de materiales, expresiones y tecnologías, supone establecer un diálogo entre el arte y el ser humano, el lugar, la historia y la cultura, intercambios que van siempre a incorporar nuevos e insospechados potenciales, derivas impensadas. El arte no propende al levantamiento de una sociedad alternativa, sino más bien, a la inserción de una alternativa de sociedad formada por personas más conscientes. Esta construcción requiere de la observación y registro de los indicios de rituales contingentes, nuestra visualidad de cada día y sus nuevos trazados del espacio público y el privado. Podemos y debemos evidenciar, registrar las huellas de la miseria y la grandeza de la condición humana. Éste es para mí el rumor del mundo, un rumor que presenciamos en su cotidiano perecer para luego asistir a su persistente y presurosa reinvención mediante signos y sistemas que delatan la inmediatez y erotismo propios del "un ritual de lo habitual", en palabras de Jane´s Addiction.
Profesor, ¿esta muestra efectivamente será la última relativa a este tipo de trabajos?
Sí, Derivas del sentir, esta muestra que he denominado de cámara, cerrará este proceso creativo. De hecho, ya inicié un nuevo proceso que, aunque no del todo diferente, permitirá la aparición de imágenes digitales vinculadas a imágenes más bien físicas. Es decir, reuniré en un soporte distinto lo digital, lo físico -representado por elementos vinculados a la pintura más tradicional, como los pigmentos- y lo gráfico para dar forma a nuevas propuestas. Finalmente, buscar y experimentar representan un desafío que implica dejar atrás, porque la costumbre debilita y hace rutinario el trabajo artístico. Entonces, es necesario volver a tirar los dados, escarbar una vez más la superficie para que emerjan nuevos atractores, otros desconocidos puntos cardinales, habilitar un espacio donde depositar lo encontrado.
¿Y por qué decidió exponer estos trabajos nuevamente en Ecuador?
Por sus características. Quito, por ejemplo, es un lugar muy atractivo donde además hay mucho interés por las artes, con un extenso público que participa de las exposiciones y que se siente interpelado por éstas. Junto a ello, su circuito de galerías también es muy interesante. De hecho, la galería en que expondré en esta oportunidad proclama un marcado énfasis por el arte latinoamericano y no sólo ecuatoriano, algo que parece difícil de lograr en nuestro país, donde la mayoría de los espacios están dedicados a los artistas locales. Entonces, uno se podría arriesgar a decir que es un poco más internacional lo que se exhibe normalmente en Quito, fomentando a su vez el diálogo con artistas extranjeros en instancias como la bienal internacional alojada en la ciudad de Cuenca.
Derivas del sentir se inaugurará este martes 7 de agosto, a las 19:30 horas, en la Galería de Arte Colectivo Cienfuegos, en la ciudad de Quito, en Ecuador, espacio en el que permanecerá en exhibición hasta el próximo sábado 25 de agosto.