"Me atrae participar en estos encuentros de escultores o simposios porque son situaciones especiales, diferentes de lo rutinario. Es muy grato el ambiente que se genera al reunir a un grupo de artistas en un mismo lugar, por un determinado periodo de tiempo y con un fin común: realizar cada uno una escultura, generalmente, de gran formato", señala Patricia del Canto, escultora y académica del Departamento de Artes Visuales que participó en el VI Encuentro Internacional de Escultores en Madera. Organizado por la Municipalidad y la Corporación Cultural Ciudad de Llanquihue, este Encuentro reunió a doce escultores chilenos y a tres argentinos, siendo otorgado el primer lugar a la obra "Viaje ancestral" de Patricia del Canto.
Para la académica del Departamento de Artes Visuales fue bastante sorpresivo este reconocimiento y aunque se siente agradecida y feliz por el premio, no duda en aclarar que lo más importante en este tipo de iniciativas "es lograr superar el desafío de crear y construir una escultura de gran formato en el tiempo establecido, en este caso, en sólo 6 días", señala Patricia del Canto, agregando que para ella también es fundamental que dichas obras "se dejen instaladas en un espacio público, generalmente un Parque de Escultura de la ciudad donde se realiza el Simposio, refrendando así el tipo de escultura que me interesa: la escultura social al alcance de todos, integrada de manera natural a la comunidad y al diario vivir".
Y es que la totalidad de las esculturas realizadas en el marco de esta iniciativa forman parte del Parque de las Esculturas que este municipio construyó en la entrada sur de Llanquihue, y además comparten el hecho de haber sido creadas de acuerdo a la temática de esta versión del Encuentro: la biodiversidad y la ocupación humana del río Maullín. De allí que para dar forma a su obra -una escultura de talla directa desde un tronco de ciprés de 1.60 mt. de largo y 1.30 mt. de diámetro- Patricia del Canto haya elegido "la forma de un bote muy rústico para representar esta temática, como una manera de vincular el presente con épocas pretéritas en las que existieron los primeros habitantes que navegaron por el Maullín", señala.
¿A qué responde tanto el título de su obra como los signos que en ella se pueden apreciar?
El concepto de "Viaje Ancestral" remite a un trayecto onírico, simbólico hacia el pasado, hacia los orígenes, como un reencuentro simbólico con quienes nos antecedieron en este rincón del planeta, con nuestros ancestros en un sentido genérico. De esa manera, el viaje está simbolizado en la forma de una barca y como es un viaje hacia atrás, hacia el principio, esta barca recuerda la forma del huevo y también tiene algo de cuna de recién nacido; acoge y contiene como un cuenco, como un útero primordial.
En cuanto a los grafismos tallados en la escultura, el que está en el centro, en el interior, es el símbolo con que los mapuches (primeros habitantes del río Maullín) representan al sol en sus cuatro fases del día y también las cuatro estaciones; el centro abierto representa la conexión del cielo con la tierra de gran relevancia en la cosmovisión mapuche; y los signos de los costados aluden a la clava araucana o bastón de mando, signo que se funde con la representación de la luna. De esa manera se logra la integración de los opuestos: día-noche, sol-luna, cielo-tierra, etc., y así también se relaciona metafóricamente pasado y presente.