Profesores Pablo Oyarzún y Tito Ureta distinguidos con Medalla Rector Juvenal Hernández Jaque 2010

El 18 de agosto el jurado -compuesto por Víctor Pérez Vera, Rector de la Universidad de Chile; Rosa Devés Alessandri, Prorrectora; Patricio Aceituno Gutiérrez, Vicerrector de Asuntos Académicos; Marino Pizarro Pizarro, Presidente de la Corporación Cultural Rector Juvenal Hernández; y José Amat Vidal, galardonado 2009 con esta distinción, en la mención Ciencia y Tecnología eligió a los Profesores Pablo Oyarzún y Tito Ureta como representantes del simbólico legado del Rector Juvenal Hernández Jaque.

Extractos de dos entrevistas dan cuenta de la vocación que ha guiado el accionar de ambos galardonados. A continuación parte de sus logros y expectativas respeto del rol que debe cumplir la educación:

Investigación como estilo de vida

El Profesor Pablo Oyarzún ha tenido un rol preponderante en la gestión universitaria. El ex Decano de la Facultad de Artes estudió Filosofía, Historia y Literatura en la Universidad de Chile entre 1970 y 1974. Realizó estudios de postgrado en Filosofía en la Universidad de J. M. Goethe de Frankfurt (1980-1981). Desde 1974 ha ejercido la docencia en diversas instituciones de educación superior en Chile y como Profesor Visitante en Venezuela y Argentina. Fue miembro electo de la Comisión Normativa Transitoria entre 2000 y 2002, instancia que tuvo a su cargo la elaboración del nuevo Proyecto de Estatuto de la Corporación. Asimismo, ha sido parte del Comité de Filosofía e Historia de la Comisión Nacional de Acreditación de Postgrado (Conap) y del Grupo de Estudios de Filosofía del Fondecyt.

En el marco de la inauguración del año académico 2009 de la Facultad de Artes, dio a conocer sus reflexiones sobre la incidencia de las políticas públicas en arte y cultura. "Tenemos que pensar qué significa que la Universidad de Chile y el Estado de Chile hayan concebido la importancia de incluir a las artes en el contexto universitario, lo que es una característica del modo en que éstas han tenido curso histórico en el país, a diferencia de lo que ocurre en otras latitudes. Esa inclusión ha dado frutos de primera relevancia para la cultura nacional, y somos responsables por su continuidad en el tiempo", expresó el académico.

Fue así como convocó a un cambio de la comunidad hacia un accionar proactivo y positivo donde prime "la idea de que hay deberes y derechos solidarios, la disposición abierta a la convivencia amable, respetuosa y mutuamente generosa, el resguardo de los marcos institucionales, la receptividad a la crítica constructiva y, por cierto, el constante celo por la calidad. Son ingredientes principales de lo que yo llamaría la definición de una ciudadanía universitaria".

La Iniciativa Bicentenario para la Revitalización de las Humanidades, las Artes, Cs. Sociales y de la Comunicación -en la que ha participado activamente- "constituye una oportunidad vigorosa en este sentido (...) abriendo la perspectiva de país mucho más allá de las orientaciones economicistas dominantes, y la proyecta al desarrollo humano; al fortalecimiento de la cultura, de la conciencia política y social; y al ejercicio de la reflexión crítica y de la voluntad fundada de cambio".

El pensador, ensayista, traductor y profesor de generaciones de filósofos suma entre sus publicaciones De lenguaje, historia y poder, Entre Celan y Heidegger y La letra volada.

En tanto el Profesor Tito Ureta en el último tiempo se ha desempeñado como académico de la Facultad de Ciencias y Ciencias Físicas y Matemáticas de la Universidad de Chile.

Sus numerosas publicaciones incluyen investigaciones de Enzimología Comparada, Evolución Molecular y Regulación Metabólica. Ha sido Presidente de la Sociedad de Biología de Chile, de la Sociedad de Bioquímica y Biología Molecular de Chile y ha participado en varias otras sociedades científicas de Europa y Estados Unidos.

Mantiene vínculos científicos y docentes como profesor visitante de la Universidad de Konstanz en Alemania y la Universidad de Barcelona en España. Es Miembro de Número de la Academia de Ciencias del Instituto de Chile y ex integrante del Senado de la Universidad de Chile.

En el marco del Encuentro Darwin 200 años en la Universidad de Chile realizado en 2009 compartió parte de las áreas que han inspirado su quehacer: "Cuando fui estudiante me gustó mucho todo esto de la evolución. Desde primer año de Medicina me fascinaron las clases sobre el tema. En mis primeras investigaciones empecé a pensar en cómo estudiar enzimas desde el punto de vista evolutivo".

"Durante mucho tiempo mi laboratorio perecía más un zoológico (con ratas, ranas y serpientes) que un laboratorio de bioquímica. Incluso fui a Brasil porque quería estudiar cocodrilos y boas, todas esas experiencias resultaron en muchas publicaciones sobre las enzimas que fosforilan glucosa. Posteriormente siempre mantuve un ojo evolutivo sobre las cosas que investigaba", detalló.

Contó que "me ha vuelto el entusiasmo por la evolución gracias a los estudios genómicos -orientados a conocer la secuencia de las bases- que permiten hacer análisis evolutivos muy lindos. Para esos estudios uno no necesita laboratorio, necesita computadores de buena calidad, para buscar y comparar las secuencias de las enzimas. Yo, entonces, volví a mi primer amor, a las enzimas que fosforilan glucosa para estudiarlas buscando las secuencias en los genomas de las especies que están disponibles".

En el ámbito docente aseguró que "los cursos con componentes evolutivos son fundamentales. Los estudiantes de biología, por ejemplo, necesitan conocer muy bien la Teoría de la Evolución".

La Teoría de la Evolución de Darwin es el paradigma biológico más importante de los últimos 150 años. No obstante su capacidad explicativa ha crecido exponencialmente con el desarrollo de la Bioquímica y la Biología Molecular. Tal situación ha sido estudiada por Tito Ureta en Estrategias Moleculares de la Evolución. Origen y Evolución de Proteínas y Enzimas, uno de sus últimos libros bajo el sello de Editorial Universitaria. "Este texto hace un recorrido por la evolución a través de lo molecular. Es el resultado de toda una trayectoria. Está dirigido a estudiantes y científicos interesados en evolución".

Espíritu humanista e ideario ético

Esta distinción fue instituida por Decreto Universitario del 4 noviembre de 1983 y modificada el 26 de septiembre de 2001. Su creación coincide con la conmemoración de los 50 años del nombramiento del profesor Juvenal Hernández Jaque como Rector de la Universidad de Chile.

Su figura es símbolo de la calidad humana, profesional y de vocación de servicio que la Universidad inculca a quienes en ella se forman. La Medalla se entrega en forma anual a los ex alumnos que, en el ejercicio de sus respectivas labores profesionales, hayan prestado servicios distinguidos a la Casa de Estudios y al país, caracterizándose por identificarse con el espíritu humanista y el ideario ético que encarnó el Rector.

Condecorados con la Medalla Rector Juvenal Hernández Jaque