"La verdad es que no me lo esperaba, no pensé que sería una de las seleccionadas. Aún estoy sorprendida y algo nerviosa, pero muy contenta", dijo María Victoria Bravo, estudiante de primer año de la Licenciatura en Artes Plásticas de la Universidad de Chile, días antes de partir a Marsella, ciudad en la que actualmente se está desarrollando el proyecto "Cine e Intercambio", el que le permitirá formar parte de un taller de creación cinematográfico en 16 mm y Súper 8 y compartir con jóvenes europeos y latinoamericanos en el marco de esta iniciativa de la asociación Apatapela y que cuenta con financiamiento de la Comunidad Europea y el programa PEJA.
Todos los jóvenes que participarán en este taller de creación tienen algún tipo de experiencia audiovisual, y fueron seleccionados por la propuesta de guión y de tratamiento cinematográfico que enviaron a los organizadores de esta actividad. María Victoria Bravo, por ejemplo, fue seleccionada con el guión de una breve historia "que narra la vida de los niños de algodón en Ciudad Maniquí; una ficción vista desde una perspectiva infantil y metafórica. Plantee la idea de trabajar escenarios precarios y la utilización de títeres como protagonistas, predominando la importancia de la narración por sobre la manera de llevar a cabo la realización del cortometraje", explicó.
Y es que lo que le interesa a esta estudiante de Artes Plásticas es narrar a través de imágenes en movimiento, cuestión que la ha llevado a investigar sobre las técnicas de video, de stop motion y de animación, y que la motivó a postular a "Cine e Intercambio". Esto, no sólo por la posibilidad de adquirir mayores conocimientos respecto al uso de cámaras y procesos de edición, sino porque también representaba una oportunidad para "proponer una visión diferente en torno al cine y para estimular a los participantes y/o seleccionados a no ser tan restringidos a la hora de crear", señaló María Victoria Bravo, quien participará en esta actividad junto a otros 24 jóvenes.
Ella y el resto de los seleccionados, todos de entre 18 y 25 años de edad, estarán alrededor de tres semanas en Marsella cursando este taller de creación cinematográfico -que está dirigido a jóvenes de diferentes nacionalidades, grupos sociales, culturales y étnicos-, donde compartirán experiencias y conocimientos con los instructores que guiarán y coordinarán el taller para concluir con la realización de un cortometraje. "Me encantaría poder trabajar en relación a lo que a mí principalmente me interesa hacer, ocupando el video de una manera plástica y expresiva, y acudiendo al análisis narrativo, pero no es algo que dependa de mí", contó María Victoria Bravo.
"Hay que regirse por un programa. Tengo entendido que trabajaremos en equipos para la realización del film, por lo que no es necesario que lleve algo planeado. Probablemente habrá que discutir e intercambiar ideas para llegar a algo concreto, por lo que no me atrevería a afirmar nada sobre qué es lo que haré particularmente", agrega acerca de lo que realizará durante su estadía en Francia esta estudiante de la Licenciatura en Artes Plásticas, quien en el año 2005 comenzó a hacer stop motion y animación tradicional, presentando su primer trabajo -"Detectives de Gatulandia", un cortometraje animado- en la muestra "Alcances de la nueva animación" presentada en 2008, en el MAVI.
María Victoria, ¿qué es lo que te interesa particularmente de esa área?
Me interesa la forma de poder narrar a través de imágenes en movimiento. Siento que al ocupar este lenguaje, no directamente desde el cine, se abren un mundo de posibilidades al momento de llevar a cabo una filmación. No se requiere una gran producción para lograr lo que te propones, es ahí cuando aflora tu lado creativo. Es un proceso lento que permite errores e incluso trabajar a partir de ellos. No tiene reglas, no hay formatos ni técnicas especificas que lo hagan competir con el mundo cinematográfico y, aunque son dos códigos muy parecidos, se emanan por caminos diferentes.