Última creación del colectivo TorresRojas CuerpoCreativo:

"Móvil": Más allá de las fronteras de la danza

"Móvil": Más allá de las fronteras de la danza

Nacido en el año 2007 por el impulso de Andrea Torres y José Rojas, TorresRojas CuerpoCreativo es un colectivo que fusiona la danza contemporánea y la música en propuestas que van desde lo más narrativo hasta la abstracción pura.  

Con dos grandes piezas a su haber, "Móvil" constituye su última propuesta, y según sus creadores, es "una obra de danza que busca plasmar reflexiones en torno al concepto mismo de obra relacionando situaciones y temáticas contemporáneas que le atañen como tal, volviéndose su propio tema. Es así que genera una mirada interna observando al creador, al intérprete y al público como sujetos que integran obra, y a su vez a la creación, la interpretación y la percepción, como procesos metódicos que la construyen". 

En esta oportunidad, el colectivo decidió abrir los márgenes disciplinarios con que habían estado trabajando anteriormente, incorporando así las artes visuales a su nueva propuesta. "Móvil" es entonces una apuesta interdisciplinaria en la que convergen cuatro bailarines, una artista visual y un músico, los que a su vez interactúan con el espectador en relaciones espaciales, kinéticas, rítmicas, visuales, sonoras y plásticas en su acontecer como obra. 

Llevado a cabo por un grupo de egresados de la Universidad de Chile, "Móvil" cuenta con el patrocinio del Departamento de Música y con el auspicio del FONDART 2009, del Departamento de Danza de la Facultad de Artes de la Universidad de Chile y Balmaceda Artejoven, entre otras instituciones. 

Luego de comenzar su temporada el pasado jueves 3 de diciembre, este fin de semana se realizarán las últimas funciones de "Móvil", de jueves a domingo a las 21 hrs. en el Centro Profesional de Creación Coreográfica ubicado en Matta Oriente 525. El valor de las entradas es de $2.500. En esta entrevista, Andrea Torres explica los fundamentos de esta creación y los objetivos que se propone como singular apuesta estética. 

"Móvil" es una obra de danza que busca plasmar reflexiones en torno al concepto mismo de obra. ¿De qué forma intentan lograr ese objetivo? 

A través de los procesos y los roles que para nosotros hay en una obra, es decir la interpretación, la percepción y la creación como procesos; y el público, el intérprete y el creador como roles. La reflexión más concreta a la cual nosotros llegamos es que estos roles y procesos son móviles en sus márgenes, porque finalmente el creador, el intérprete y el público a su vez crean, interpretan y perciben. No es que yo como directora diga esta es la verdad, sino que el público también crea su propia obra, la interpreta y se la lleva a casa. A través de esta reflexión, lo que buscamos es que el público sea más activo y que a partir de este campo visual, kinético y sonoro que se abre y se le entrega, haga sus propias relaciones y entienda la obra según su propia historia y subjetividad.  

¿Qué los motivó a realizar una obra interdisciplinaria? 

Durante el trabajo teórico de fundamentación de este proyecto llegamos a la conclusión de que la obra es una imagen, una visión que se presenta: Es la objetivación de una imagen subjetiva. Nosotros estamos convencidos de que ante una obra, uno como público no solamente se enfrenta a ella sino que también se enfrenta a sí mismo, a su historia, y es que uno interpreta la obra según cómo uno es y lo que ha vivido. En ese sentido encontramos que era muy pertinente trabajar con lo audiovisual para así poder incluir al público de una manera concreta, y lograr que estuviese dentro de la obra ya sea a través del uso de espejos -por la idea del reflejo- como de una manera más simbólica con la idea de la imagen proyectada.  El público entonces es parte de la obra, y puede verse ya sea en los espejos, en una proyección o en una fotografía. 

¿Por qué les interesó como colectivo abordar el concepto de obra? 

Antes de "Móvil" hicimos "Lecturas de un crimen en tercera persona", pieza que era muy narrativa pues trataba de un hecho histórico, entonces a partir de esa obra surgió como problemática interesante de abordar como colectivo el de qué manera la obra significa o es referencial, y la materia con la que uno trabaja es significante, referencial o es solamente abstracta. Si bien con "Lecturas de un crimen en tercera persona" estábamos tratando un tema súper narrativo y queríamos que se entendiera como tal, esa pieza planteó la problemática acerca del cómo uno se enfrenta a una obra y cómo la obra permite ser enfrentada. Desde ahí llegamos al concepto de obra: cómo se trabaja artísticamente, cómo se desarrollan temáticas, cómo se presentan problemáticas y cómo uno las enfrenta no solo como público, sino que también como creador, cómo uno abre esos caminos y genera o no esos códigos. En definitiva, nos interesó el proceso a través del cual se crea ese diálogo entre el creador, el intérprete y el público.  

Por sus características, ¿podría decirse que "Móvil" es una obra que se reescribe cada vez? 

Sí, cada función es diferente. Si bien yo no hice una coreografía fija, la estructura de la obra está basada en ciertos hitos, y en cada función está la posibilidad de que los intérpretes desarrollen de un modo diferente su lenguaje. Lo mismo ocurre con la música y lo visual: no hay un banco de imágenes o de sonidos que esté fijo, o un significado que sea inequívoco. A decir verdad, la obra no significa sino que trata ciertos hitos, y éstos son: la memoria, porque uno al enfrentarse a una obra desde el lugar que sea (creador, intérprete o público) siempre está presente la historia personal. Luego viene el presente, que es el cotidiano y donde nosotros queremos incluir al público por medio de ciertos recursos. Después viene la mirada, que es la manera como uno ve el mundo y llega a formarse ciertos juicios u opiniones. Luego está la mirada en la creación, que es algo más abstracto y que nosotros entendemos como una imagen de lo que es la creación. Después viene el proceso para llevarlo a cabo, y finalmente la obra, que en el fondo es todas las  fases anteriores.  

Nosotros lo planteamos como un diálogo abstracto de las materialidades, y en cada función, según la sonoridad, las proyecciones o como se mueven los intérpretes es que se da este diálogo, y como se trata de una obra abstracta, creo que le provoca más sensaciones a la gente que si fuera narrativa. En "Móvil" todo está sujeto a cambios, y es que la idea es que a partir de estas tres disciplinas -música, danza y artes visuales- el diálogo se de en base a estos hitos, y cada vez resulta algo diferente.  

¿Se podría pensar esta obra dentro de los márgenes del concepto de instalación? 

Sí, aunque teóricamente no me he metido mucho en ese concepto, de todas formas yo siento que es así porque se trata de una obra que es diferente cada vez, y esa diferencia se da a partir de una relación tripartita entre creador, intérprete y público, a pesar de que tiene propuestas visuales, sonoras y kinéticas en torno a los hitos definidos como aspectos importantes a abordar. En ese sentido yo creo que en cada función esta obra se instala, y la gente tiene la libertad de moverse libremente alrededor de ella. En "Móvil" no hay un solo foco de atención y siempre están pasando cosas diferentes en lugares diversos, entonces para verlo todo hay que moverse.

La idea también es que más que interpretar a un personaje,  el intérprete le hable al cuerpo del público desde su propio cuerpo. Aquí no hay personajes ni un carácter específico: lo que importa es provocar al público desde lo visual, lo sonoro, lo lumínico, el cuerpo del intérprete y la espacialidad. La obra se completa con el público y la idea es relacionarse con él. 

¿Por qué les interesaba involucrar tan activamente al público? 

Porque estamos en una época en que la pasividad, sobre todo frente a la televisión, es excesiva, entonces la idea es que así como nosotros como creadores e intérpretes nos observamos y nos dejamos observar, el público también lo haga. No se trata de incomodarlo, sino de plantearle cuestionamientos, y por otro lado tampoco se trata de tratar de entender la obra, sino de entenderse, conocerse y reconocerse a través de ella.  

La idea de incluir al público tiene que ver con el deseo de mostrar una visión y dejar que el público la complete. En ese sentido, el proceso no termina con los aplausos. La idea era abrir ese espacio de complementariedad porque nos interesa ese diálogo, y es que nosotros no somos solo creadores, sino que también somos público. Nuestro objetivo es que el público no se sienta solo como tal, sino que también como intérprete y creador: la idea era jugar con esos roles y con esos procesos.  

Muchas personas dicen no entender la danza contemporánea. Yo creo que no se trata de entenderla, sino de abrirse a ella y percibir cómo lo afecta a uno. En el caso de "Móvil", nuestra idea no era definir lo que es la obra, sino presentar un campo semántico que habla de la historia, del presente, la mirada y el proceso, y que en ese campo semántico, uno haga las relaciones que tu historia y tu presente te llevarán a hacer. No se trata de imponer significados, sino de abrir un campo democrático en el que la gente pueda hacer su propia obra, y es que este no es un momento de verdades sino de relatividades. Yo siento que la danza contemporánea se enmarca en eso, y de ahí surge su riqueza: cada cosa es un mundo diferente y se presenta como tal, y la gente tiene que ir dispuesta a aprehender ese mundo.  

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