Proyecto de Creación e Investigación Artística VID 2009:

Luis Montes Becker emplazará "Ensambles Monumentales" en La Pintana

Luis Montes Becker emplazará "Ensambles Monumentales" en La Pintana

El Memorial de Villa Francia fue la primera obra de gran formato que Luis Montes Becker, escultor y académico del Departamento de Artes Visuales, emplazó en el espacio público junto a su hijo Luis Montes Rojas, también escultor egresado de la Universidad de Chile. Esa experiencia produjo un giro en su propuesta artística -generalmente ligada a la creación de obras "más intimistas, para espacios internos", dice-, cuestión que hoy lo tiene trabajando en un proyecto de similares características que emplazará, transitoriamente, en el Parque Mapuhué de la comuna de La Pintana, ubicado entre los paraderos 39 y 40 de la Av. Santa Rosa. Ello, tras obtener financiamiento del Concurso de Creación e Investigación Artística VID 2009 de la Vicerrectoría de Investigación y Desarrollo de la Universidad de Chile.

"Tenía la intención de hacer una obra de gran formato, pero sin el interés de exponerla en una sala de exposiciones o en un museo, porque quería que estas obras tuviesen un diálogo con el entorno y con el observador, y me pareció interesante emplazarlas en el lugar donde normalmente habito, que es La Pintana", explica al respecto el académico del Departamento de Artes Visuales, quien desde mediados de la década de los 80 tiene su taller en esa comuna. "Cuando llegamos a ese lugar, Santa Rosa tenía sólo dos vías. Hoy se construyen ocho. Nosotros habitábamos en un sector de parcelas y en el sector oriente de Santa Rosa había fundos. Y, de repente, llegaron camiones municipales y de militares, y lo que nosotros creímos un allanamiento, no era otra cosa que el traslado de personas", cuenta.

Luis Montes Becker fue testigo del cambio que sufrió La Pintana con la llegada de sus nuevos vecinos, pobladores que llegaron hasta esa comuna cuando los campamentos en que vivían fueron erradicados durante la dictadura. "No tenían una escuela, no tenían parques, las casas que se les entregaron tenían un baño de uno por uno y una cocina de dos por uno, pero, poco a poco, se fueron estabilizando. Una de las primeras cosas que se hizo con el retorno de la democracia fue la construcción del Parque Mapuhué, porque los espacios que tenían eran tan mínimos que apenas podían dormir, entonces, todo el mundo estaba en la calle. Y ese parque se ha conservado como uno de los más interesantes que existen desde el punto de vista del paisajismo", cuenta.

Será justamente en ese lugar, que todos los fines de semana se llena de niños y adultos, donde Luis Montes Becker emplazará "Ensambles Monumentales", obra conformada por cuatro esculturas de cuatro metros de alto cada una que hará en planchas de acero, y para cuya creación volverá a utilizar color. Como él explica, "desde el punto de vista conceptual, trabajo con un guiño al minimal. Son formas muy puras que tienen que ver con el lenguaje que siempre he utilizado, la síntesis, pero que debido a su emplazamiento y cambio de escala integra al espacio circundante y, con ello, al espectador. También hay un juego en el rompimiento de la materia a través del encuentro de los volúmenes, pero donde lo geométrico, las formas puras y limpias, se suman al color como elemento distintivo y, por tanto, remiten al imaginario del juego infantil. Espero que los niños los vean como juguetes grandes".

Luis Montes Becker tiene programado emplazar en mayo de 2010 las cuatro esculturas que conforman "Ensambles Monumentales", proyecto escultórico que permanecerá alrededor de tres semanas en ese lugar. Luego de ello, sus esculturas podrían trasladarse hasta La Bandera, la población Santa Adriana o Pudahuel, por ejemplo, puesto que el Programa de Parques Urbanos, dependiente del Parque Metropolitano de Santiago -entidad que autorizó instalar dichas obras en el Parque Mapuhué de La Pintana-, le propuso hacer uso de otros espacios con el objetivo de hacer una exposición itinerante. "Todos estos parques están en zonas marginales, y lo que a mí me interesaba era justamente generar un polo de exposición en un lugar que está estigmatizado", explica al respecto el académico.

Es decir, ¿no es coincidencia que su primer proyecto escultórico para el espacio público fuera en Villa Francia, ni que ahora emplace esta obra en La Pintana?

Yo tengo un compromiso social muy fuerte y me siento más cómodo en esos lugares que en otros. No es una postura, es una vivencia, y pese a que tengo la posibilidad de acceder a otros espacios expositivos con cierta facilidad -por el medio profesional en que me desempeño-, la verdad es que no me parecen tan interesantes, no llaman particularmente mi atención. Creo que este es un espacio muy significativo, en términos de cómo dota de sentido a la obra. Lo que me interesa es la generación de un lugar donde se produzca una relación entre la obra y el público, un diálogo y una reacción de las personas al enfrentarse a estas esculturas, personas que habitualmente no suelen tener la oportunidad de acceder al arte contemporáneo, ni menos ver este tipo de obras incluidas en su entorno más próximo.

¿Cuál son las inquietudes y desafíos que tiene usted como escultor al comenzar a crear obras de gran envergadura pensadas para el espacio público?

La escultura que yo generalmente hacía tenía un carácter más intimista, por lo tanto, estaban más bien destinadas a galerías. Pero a las galerías va un público reducido, una élite, y la gente común va a los museos sólo ocasionalmente. Por lo tanto, en este ejercicio, cambia el observador y cambia la mirada. Y para mí eso es particularmente importante. Desde el punto de vista de la obra, el problema que a mí me interesa es este ensamble que se produce, un encuentro entre la obra y el paisaje, sin intervenir definitivamente el espacio mediante una instalación permanente de la obra. Más que la escultura quede instalada ahí para siempre, a mí me interesa lo que ocurre en ese encuentro entre la obra, el paisaje y el espectador, y por eso es que dentro del proyecto no sólo propusimos hacer un catálogo, sino también un folleto que permitiera entregar ciertas señales al público, más aún si carece de experiencia en la vivencia de obras de arte, para que así logren descifrar de qué se tratan las obras o cómo acercarse a ellas. El folleto tendrá un sentido educativo para que comprendan aquello que verán. Después, cada uno hará su propia interpretación dependiendo de su propio imaginario, y eso es justamente lo que me interesa.

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