Una constante en la carrera de Mario Mora -compositor, investigador y académico de la Facultad de Artes ligado a la música contemporánea y el uso de las nuevas tecnologías en la creación- ha sido la búsqueda de nexos, ya sea entre diferentes lenguajes y plataformas creativas, como la música y la imagen, como entre el artista, su obra y el público. Siguiendo esas ideas, y utilizando los elementos de la electrónica en tiempo real y la generación de imagen a través del sonido, creo las obras "CaLMA" y "You don't wanna know", las que estrenará el próximo jueves 22 de octubre en el Goethe Instut gracias al financiamiento del Departamento de Música de la Facultad de Artes de la Universidad de Chile.
El concierto se iniciará a las 19:30 horas con la interpretación de "CaLMA". Compuesta durante su estancia en el CCRMA (Center for Computer Research in Music and Acoustics) de la Universidad de Stanford en Estados Unidos (donde fue presentada parcialmente) "CaLMA" es una obra para piano, electrónica y visuales, que en esta oportunidad contará con la participación del pianista Fernanda Ortega. Por su parte "You don't wanna know" fue creada en el marco del proyecto de Creación e Investigación Artística presentado por Mario Mora ante el Departamento de Música durante el año pasado. En esta obra también es posible encontrar elementos de la electrónica en tiempo real y generación de imágenes, acompañados por dos violonchelos, a cargo de Cristián Gutierrez, Roberto Becerra, y el piano de Fernanda Ortega; en la dirección del estreno absoluto de "You don't wanna know" estará Lautaro Mura.
"Quiero que la gente tenga un goce estético"
- Tanto "CaLMA" como "You don't wanna know" son obras audiovisuales, ¿que importancia tiene la imagen en tus creaciones?
- El trabajo con la imagen es fundamental para mi. El utilizar la imagen va en función de entregarle al espectador otra sensación a parte de la sensación sonora. Es una manera de buscar una integración entre ambos elementos, sin que exista un detrimento de lo musical. En las películas la música está al servicio de la imagen, en cambio acá la música interactúa con la imagen, es la fuerza sonora la que define la imagen. Lo que busco es la interacción de la imagen con el sonido y además de que la gente pueda percibir a través de esa interacción la pieza de una manera más limpia. Mi objetivo es que la gente pueda disfrutar cuando vaya a este tipo de conciertos.
- Específicamente, ¿a qué te refieres cuando te pones como meta que la gente disfrute de estos conciertos?
- Yo creo que la gente no se debe quedar con un concepto equivocado de la música contemporánea. La música contemporánea puede ser perfectamente un show gozable. Para eso hay que tratar de incorporar el lenguaje de lo que estamos viviendo y actualmente todo es multimedia. Por otra parte un artista, en el fondo, proyecta la visión que tiene del mundo que está viviendo. De alguna manera el integrar la imagen tiene que ver con esto de integrarse al mundo multimedia que estamos viviendo.
Estamos en una network constante, conectados todo el tiempo y rodeados de celulares que siempre están enviando imágenes, recibiendo imágenes, sacando fotos... estamos rodeados de toda estas cosas y uno tiene que incorporar eso en su creación. Esta integración hace que se amplíe el concepto de lo que estas haciendo y logra que una persona con un gusto normal por la música pueda disfrutar. A lo mejor no entenderá al todo lo que sucede con la música, pero al menos le va a dar un sentido coherente desde su perspectiva.
- ¿Qué buscas provocar en el público con estos trabajos, generar un espacio de reflexión o de exaltación?
- El espacio de reflexión está siempre; cualquiera sabe que en un concierto de música contemporánea no va a escuchar música de la radio. Yo quiero ir más allá. Además de que la persona llegue para escuchar algo que lo inquiete o le agrade, quiero que en la persona que vaya se produzca una sinestesia, que tenga una sensación y una percepción frente a lo que está pasando y que con ello tenga un goce. Como músico quiero que el público disfrute, quiero que la gente tenga un goce estético. Cuando eres un artista tienes que mostrar tu trabajo abiertamente a todo el mundo y tratar de que llegue, sin dejar de lado tus ideas.
Por ejemplo la gente no va a un concierto de Madonna sólo por el bombardeo publicitario, sino que porque disfruta, porque tiene una catarsis emocional, una catarsis que tiene que ver con el goce. Entonces mi pregunta es como lo hago producir algo semejante, para que la gente se conecte con lo que estoy haciendo sin que tengan que leerse un libro de la música del siglo XX antes de ir a un concierto. Para mi la visualidad es una de las conexiones más inmediatas. La imagen es fundamental en nuestra cultura. Creé estas imágenes para que la gente tenga un nexo mas inmediato con el sonido. No sé si lo estaré haciendo bien o mal, pero eso es lo que busco. Además busco que el público pueda hacer o vivir una conexión interna, una proyección perceptiva con lo que están escuchando y que entren en la abstracción de la música que se les presenta.
- Desde tu perspectiva, ¿existen muchas barreras entre el público en general y la música contemporánea?
- Hay muchas barreras producto del anquilosamiento de algunos métodos y sistemas que la gente aprende desde muy niños y que tiene que ver con el bombardeo de los medios oficiales. El público especializado ya cuenta con una capacidad de abstracción, pero el común de la gente carece de ello. Pero creo que eso se puede lograr al ofrecerle al público un show que le sea atractivo y que lo mantenga concentrado. Es importante el concepto que hay detrás de la presentación, que sea atractivo para el público y que la gente sienta que hay algo ahí; que le saquen algún rollo a lo que presento y que se sientan especiales. La mayor recompensa es cuando una persona que no está dentro del mundo de la música contemporánea se acerca y me dice "me gustó lo que hiciste", esa es la confirmación de que esa persona percibió algo. Yo sólo trato de mostrar lo que hago y que llegue.
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