"Acepté la invitación porque consideré que las obras que estaba haciendo podían emplazarse y funcionar bien en ese espacio", dice Luis Montes, escultor y académico del Departamento de Artes Visuales, sobre las razones que lo impulsaron a ser uno de los artistas que exhiben sus esculturas en los jardines del Palacio La Moneda. Y agrega sobre las obras que presenta en el marco del ciclo de exposiciones "Escultores en La Moneda": "Éstas producen un contraste con este edificio neoclásico. Además, hay un giño al minimal, tanto en la forma como en el color, que indudablemente produce un choque".
"Columna de silencio" y "Ensambles" son los nombres de sus obras, ambas hechas en fierro, un material que, según cuenta, calza a la perfección con sus intereses actuales. "Las obras tratan el tema del encaje, de la cuña, y eso viene de un trabajo anterior en bronce pulido. Por formación o deformación, no lo sé, voy a la pureza de las formas, a la esencia, porque me interesa la forma y la contraforma, el negativo", explica este escultor que incursionó en el uso del color para dar forma a estas obras. "El color es un atrevimiento de mi parte, pero siento la necesidad de manejarlo para acentuar este encuentro de dos elementos que se complementan", agrega.
¿La misma lógica del ensamble?
Claro, la misma lógica del ensamble se produce a través del color, porque éste lo acentúa. La verdad es que trabajé muchos años en fundición en aluminio y después en bronce -siempre rescatando la calidad matérica por expresar lo que me interesa-, pero el formato y el material no me satisfacían. Entonces, empecé a trabajar con el fierro y de ahí surgieron estas obras en las que estoy trabajando ahora, donde también me interesa que el espacio participe como un elemento más dentro de la obra. Pero ese interés viene de mucho antes, del trabajo en greda donde uno modela, golpea, fractura, penetra, y todo eso permite que la materia se extienda. Esa operación quedó en el subconsciente hasta que pude visualizarlo como obra.
¿Cuándo pudo visualizarlo?
Soy un personaje que va manejando su obra, reciclándola y cambiándola. Esta idea del ensamble y la cuña estaba presente en mi subconsciente, pero sólo comenzó a definirse hace aproximadamente un año y medio.
Y a materializarse concretamente, ¿no?
Sí, y aparece el concepto de la ruptura, esta necesidad de convivir a pesar de los opuestos, armonizar a pesar de que los colores son contrarios. En el fondo es cómo conformamos una unidad. Es como la vida, porque hay algo que nos permite comunicarnos, ensamblarnos, relacionarnos, convivir pese a las diferencias. Y en estas obras conviven el color, la forma y la contraforma, en un espacio que justamente debería ser el lugar en el que convergen todas las ideas.
Luis Montes Becker lleva sus obras al espacio público
La misma temática del ensamble que caracteriza las obras que exhibe en los jardines de La Moneda es la que Luis Montes utilizará para crear cuatro obras de cuatro metros cada una que proyecta instalar en un parque que queda a pasos de su Taller Montes Becker, en la comuna de La Pintana. "Me parece que es importante poder mostrar mis trabajos a la gente con la que uno normalmente cohabita, y en espacios donde las personas normalmente no conviven ni tienen la posibilidad de encontrarse con la cultura", cuenta Luis Montes acerca de este nuevo proyecto escultórico que presentó al Departamento de Investigación de la Universidad de Chile.
"Me interesa el parque de La Pintana no sólo por lo anterior, sino porque, a pesar de que son piezas posiblemente no comprensibles para el espectador común, lo que me interesa es que se produzca una interrogante de parte de ellos. Estas esculturas indudablemente interactuarán con el parque, tal como quiero que interactúen con el observador. Tienen mucho color, por lo tanto, también hay cercanía con los juegos infantiles sin serlo realmente, algo que los va a atraer", señala Luis Montes, y agrega: "Será un exposición transitoria, y no tengo ninguna duda de que la gente va a cuidar y respetar las obras".
Pero ésa no será la primera obra que el académico de la Facultad de Artes emplazará en el espacio público. En agosto de 2008 inauguró el Memorial de Villa Francia, obra escultórica de gran formato que creó junto a su hijo Luis Montes Rojas, también escultor egresado de la Universidad de Chile, en memoria de los detenidos desaparecidos y ejecutados políticos de ese lugar. "Fue la primera obra en espacio público que hicimos, y nació por la necesidad de los pobladores de Villa Francia de dejar un testimonio acerca de lo que pasó. Es una obra que se gesta a partir de su experiencia, sus dramas, sus vivencias", cuenta Luis Montes, quien agrega que "nuestro objetivo fue dejar una obra escultórica, no un memorial militante".
El gran problema que enfrentaron ambos artistas fue crear una obra que pudiese no sólo dejar un testimonio sobre lo que vivieron los pobladores de Villa Francia en la dictadura, sino también una obra que resistiera físicamente en un espacio que está en constante conflicto. El hormigón armado fue el material que utilizaron en la creación de esta obra escultórica de gran formato -siete metros de altura y cinco metros de diámetro- que conformada por siete columnas que son atravesadas por figuras humanas, funciona a modo de faro durante la noche. Una obra realizada enteramente en el taller de Luis Montes, y en cuyo proceso de creación se hicieron partícipes los pobladores.
"Tras las conversaciones que tuvimos con los vecinos de Villa Francia, optamos por el deseo de seguir viviendo como concepto que da forma a la obra, por esa fuerza que ellos tienen para seguir con sus vidas a pesar del dolor. Pero es un herida que uno percibe y sabe que no está cerrada, entonces, la obra también tenía que hacerse cargo de ello", explica Luis Montes sobre el Memorial de Villa Francia que, instalado en pleno bandejón central de Avenida 5 de Abril, no ha sufrido ningún daño desde que fue emplazado en ese lugar hace más de un año.
"En la inauguración de la obra participaron los vecinos, los pobladores y los curas obreros que vivían y trabajaban con ellos, como el padre Puga. Fue muy emotivo porque si bien no representamos a nadie como figura, ellos reconocían a sus familiares en las personas que atravesaban las columnas. Sólo en ese momento pudimos comprender la magnitud del Memorial", cuenta Luis Montes. Y concluye sobre esta obra financiada por el programa de Derechos Humanos del Ministerio del Interior: "Lo interesante fue crear una obra que de testimonio de esto y, al mismo tiempo, sea una obra de arte. Creo que logramos ese equilibrio".