Director de "Experimento Delantal Blanco":

Eduardo Díaz: "En esta obra, el cliché es una posición política"

Eduardo Díaz: "En esta obra, el cliché es una posición política"

"Experimento Delantal Blanco" es el cuarto proyecto de la compañía Teatro Material. Dirigida por Eduardo Díaz, el montaje basado en la obra corta "El Delantal Blanco" del destacado dramaturgo chileno Sergio Vodanovic es una sátira sobre el abuso de poder. Recurriendo a la exageración exacerbada y con un lenguaje pleno de ironía y sarcasmo, esta obra nos presenta a un científico obseso que desea exponer didácticamente su tesis de cómo el chileno sucumbe negativa e ineludiblemente ante las ansias de poder.

Recurriendo al acto teatral, el científico instala a dos actrices que representarán una situación cotidiana y cliché entre una empleada y su patrona en la playa. En esta operación, cada actriz enfrenta y lleva a cabo su rol tal como está establecido tácitamente en una sociedad altamente jerarquizada: a través del uso y abuso del poder de uno sobre el otro.

Más allá de la ironía y el humor negro, la crítica se instala al plantearnos nada más que un reflejo de lo que somos: una sociedad arribista y ansiosa de poder, instalando la pregunta sobre la naturalidad de esta práctica y otra vez, el poder de decidir si se continúa o no reproduciendo el modelo establecido.

"Experimento Delantal Blanco" estará presentándose en la Sala Sergio Aguirre hasta el sábado 20 de junio con funciones los días jueves, viernes y sábado a las 20:30 hrs. En esta entrevista, su director, Eduardo Díaz, señala entre otras cosas su interés por llevar a escena un lenguaje que funde su eficacia en la transparencia de su mensaje, incentivando a la reflexión por medio de reflejar al espectador en la escena.

¿Por qué decidiste trabajar con Sergio Vodanovic?

De algún modo tiene que ver con la poca experiencia en la escritura. Siempre es rico tener algo propio desde el nacimiento de la obra misma hasta el montaje, es algo especial y ojalá fuera siempre así, porque de ese modo se estaría renovando y abriéndose distintas escrituras dramatúrgicas en el país, pero es algo difícil, y en ese sentido empiezas a buscar lo que más te representa. Esta obra parte de diversos lugares. También nos interesaba trabajar con "Woyzeck", una obra de Georg Büchner con la cual armamos un proyecto que denominamos "Experimento Woyzeck". Esa obra tenía que ver directamente con la experimentación del ser humano, entre comillas, entendiendo el juego de la experimentación con el cómo el ser humano está expuesto a diversas variables dadas por el entorno y la personalidad, y cómo reaccionas y decides frente a eso. En ese sentido, y en la búsqueda de obras que representaran esas decisiones trascendentales del ser humano, llegamos a esta obra.

"Experimento Delantal Blanco" es una obra súper sencilla, súper clara y súper precisa en su mensaje. En base a esa situación súper concreta que expone el dramaturgo, nos sentimos identificados en torno a lo que queríamos mostrar: el hombre frente a esas decisiones trascendentales. En la obra de Vodanovic se plantea la decisión que toma una empleada que ha sido sometida por mucho tiempo por su empleadora, cuando tiene la opción de intercambiar los roles con ella, lo que es expresado simbólicamente a través del intercambio de vestimenta. En ese momento y vestida con la ropa de la señora, la empleada se ve con el poder de decisión de hacer lo que quiera con ella. Lo que nos interesa representar como compañía es ese momento preciso en que se debe tomar una decisión trascendental: o seguir maltratando como me maltrataron a mí o no hacerlo para tratar de construir una nueva realidad.

La obra de Vodanovic era súper clarita, precisa y potente en eso, porque es una obra demasiado cotidiana, demasiado sencilla a primera vista, pero esconde una profundidad en torno a las relaciones de poder, a las relaciones humanas, al clasismo, el arribismo, en definitiva, abarca muchos temas a partir de una situación ínfima, y es hermoso cuando se puede producir eso.

¿Hay alguna intervención de ustedes como compañía en el texto original?

Nuestra intervención en la obra consiste en incluir el personaje de un científico que analiza esta situación. En otras palabras, en hacer evidente ese proceso de poder, y en ese sentido es súper peligrosa la obra en el sentido de lo evidente que puede ser en algunos momentos, pero es una evidencia que es rica, porque devela al ser humano.

En general no somos muy perceptivos en torno a las relaciones sociales, en torno a cuando estamos siendo sometidos o cuando estamos sometiendo a otra persona, es súper delgado ese hilo, y muchas veces no nos damos cuenta. La idea con este montaje es exponer precisamente eso, y para eso metimos a ese personaje que es un científico que realiza un experimento de cómo el hombre sucumbe negativa e ineludiblemente ante las ansias de poder, y para eso recurre a este experimento teatral. En el mismo montaje, el científico dice "vamos a presentar la obra de Vodanovic" porque lo que quiere comprobar es que da lo mismo el medio utilizado: al final es la actriz la que termina sometiendo a la otra actriz, y después la otra actriz se desquita con la primera, entonces el montaje trasciende la teatralidad y eso es también lo entretenido de la obra: los distintos planos de realidad que expone. Quisimos tomar el abuso de poder en el sentido físico y literalizarlo en escena como una visión más amplia del poder en general.

Este es el cuarto montaje de la Compañía Teatro Material. ¿Tienen alguna línea de trabajo definida como compañía?

De a poco va apareciendo, al principio partimos a pura fuerza de empuje, queriendo hacer lo primero que se pusiera por delante, pero a las conclusiones que llego ahora, el querer exponer las decisiones del ser humano radica en la visión que tengo de los trabajos anteriores, que siempre han sido obras cuyo personaje protagónico ha debido tomar una decisión trascendental que lo  construye o lo destruye como ser humano, socialmente hablando.

Nuestro primer trabajo fue súper emocional. "Por mi pobreza" fue un berrinche existencial, dramático, melodramático, que tenía que ver con todo el proceso de estar saliendo de la escuela de teatro, que te quieres reventar haciendo una obra, y en ese sentido ese montaje es súper personal. De ahí en adelante, quizás por la dificultad en escribir hemos tenido que buscar textos que de alguna manera nos representen, y en ese sentido nos hemos ido centrando en estas decisiones del ser humano, margen en el que caben una gran variedad de obras, pero lo importante es lo que tu potencias en ellas. Así se ha generado la línea de la compañía, no tanto por las obras que ha escogido sino por lo que expone escénicamente, lo que se materializa escénicamente, que tiene que ver con el acto de decidir. Es muy movilizante, porque siempre tienes dos opciones o más, y la idea es exponer esas dos opciones, ver qué construyen y hacia donde se dirige el ser humano. En nuestros montajes las posiciones son categóricas: está la opción de construir o de destruir.

Quizás eso es también lo que le gusta al público de la obra, que ve muy clara cuál es la anécdota, y eso está relacionado con la necesidad de contar una historia en el teatro y a partir de ese relato sacar una reflexión profunda, no verborrear y volverse confuso, sino que ser incluso a veces literal para que quede claro el mensaje, y a partir de esa claridad uno pueda estar absolutamente de acuerdo con lo que se está diciendo o no, pero que sí sea capaz de tomar una posición concreta con respecto a la obra.

La obra se hizo acreedora de un Fondart  regional, ¿no?

Sí, ese es otro objetivo de la compañía: descentralizar la cultura. En Santiago la oferta está muy saturada porque no hay tanto público. Muchas veces el público prefiere lo que está vanagloriado por la crítica o por los nombres de los actores, por lo que nosotros preferimos abocarnos a otros lugares. Por ejemplo, a Coquimbo hemos ido dos veces con proyecto Fondart a hacer una itinerancia, y ahora hicimos una temporada, lo que se ve muy poco allá. Las temporadas regularmente son de tres a seis funciones, pero nosotros fuimos a hacer doce funciones durante el verano, lo que fue súper rico porque el público se sorprende al ver que un espectáculo no va a hacer una pasadita solamente por allá, sino que va a instalarse y quiere instaurar un espacio de reflexión en torno al acto teatral, a la obra, o al poder del público en relación al teatro.

El abrir otros espacios nos sirve no solo a nosotros sino que también sirve a la construcción cultural del país,  y como compañía eso nos permite también encontrar un nicho en donde ingresar, porque aquí es muy difícil meterse al circuito si no cuentas con las variables del rostro, de una crítica favorable o por otro tipo de manejo de poder que te impide llegar a donde quieres en términos de masividad. Por otro lado el público de regiones no sólo es muy agradecido, sino que la pureza que tiene es muy rica para sorprenderlo y también para sorprenderse uno.

¿Cuál crees tu que son las principales cualidades de "Experimento Delantal Blanco"?

Que a pesar de ser una pieza súper didáctica y súper sencilla propone un tema muy potente que es el tema del poder. Si me preguntas por qué recomiendo la obra, es justamente por lo que te he dicho, porque vemos a dos personas que son súper reconocibles que participan en secuencias de poder que aquí están exacerbadas, pero que son cuestiones que en la vida cotidiana también las vemos. Todos hemos experimentado la sensación de ser subordinado o dominador, tener a un subalterno al que tú le puedes dar órdenes es algo súper común y se da mucho en este sistema de mercado compuesto por relaciones súper jerárquicas.

En ese sentido la obra es súper cercana al público y súper reconocible, por lo que se pueden sentir muy identificados y tomar posición en relación a lo que se les plantea, si sucumben o no ante el poder, o como lo manejan. Esta obra tiene harto humor negro, harto sarcasmo, nosotros la denominamos como una obra sarcástica. Al público le gusta gozar y es medio morboso cuando ve a alguien sufriendo, y después nosotros nos reímos de que les guste eso y esa es la idea: estar todo el tiempo jugando con la idea de "este no eres tú pero al final si lo eres" y "puedes cambiar la situación pero no lo haces". Ese juego permanente entre tensión y distensión en el espectador, los vuelve súper activos dentro de la obra.

El texto de Vodanovic  es súper coloquial y eso permite que el público entre directamente en la anécdota. Creo que si la historia que se cuenta es trascendente, profunda y tiene diferentes aristas en torno a la realidad de un ser humano, es importante. La gracia es que esta es una historia bien contada que tiene un peso y una profundidad que permite reflexionar en torno a algo muy preciso que es el poder, que está presente en cada acción que tomamos.

¿Te interesa especialmente trabajar con el sarcasmo?

Yo en general soy bien satírico (risas). La ironía me resulta bastante bien, pero es por una cosa de personalidad, y eso mismo conduce a que las cosas que he dirigido siempre tengan cierto grado de ironía. Esta obra más que nunca, porque es súper cursi, súper cliché, y súper odiable por cualquier persona de teatro en el sentido de lo cliché que es: no hay personajes con tridimensionalidad, no hay sufrimientos sinceros, no hay organicidad ni se busca la conmoción en el espectador. Acá todo pasa porque al mismo tiempo que esté riéndose, el público pueda verse reflejado en el escenario. Yo creo que esa es la ironía: poder decir cosas agresivas de una manera sutil, y en ese sentido la obra es una ironía absoluta con respecto a la teatralidad, a las relaciones entre los seres humanos, a las relaciones de poder y al sistema que estamos viviendo. La ironía me resulta súper fácil pero a la vez es difícil ponerla en el escenario, porque puede resultar burdo. En ese sentido la obra es súper jugada, porque rescata el chiché del teatro y lo profundiza. Si se quedara solamente en el cliché sería terrible para los actores y para el público, pero al tener un subtexto es cuando se vuelve más interesante. El cliché es una posición política y no un efecto de lo que no pudimos lograr.

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