Leslie Narváez, Lorena Alarcón y Estefanía Bravo son amigas, compañeras de generación y están prácticamente egresando de la Licenciatura en Artes Plásticas de la Universidad de Chile. De allí que, desde hace un tiempo, trabajaran en la idea de exponer juntas sus trabajos en un espacio que tuviera buena visibilidad y les permitiera exhibir sus obras ante un público amplio y heterogéneo. La iniciativa se concretó el pasado 20 de abril cuando inauguraron la muestra "El 3er acto" en la Sala de Exposiciones del Teatro Municipal de Maipú.
"En ese lugar se realizan variadas actividades, y el interés de la gente por lo que se muestra allí surge, principalmente, mientras van de paso en la segunda esquina más concurrida de la comuna de Maipú. A ello se suma la estructura transparente del edificio que permite ver lo que está ocurriendo adentro, así como el estar alejado del circuito artístico de la zona centro y oriente de Santiago, lo que es una ventana interesante para nosotras", señalan las expositoras sobre este espacio que exhibirá sus obras hasta el próximo viernes 15 de mayo.
En la exposición, que concibieron como una muestra retrospectiva y se inscribe en una etapa de experimentación ad portas de terminar la Licenciatura en Artes Plásticas, se exhiben pinturas al óleo de mediano y gran formato -una serie de Lorena Alarcón, y un tríptico de Leslie Narváez-, así como un proyecto fotográfico que se inserta en el proceso de investigación escultórica que lleva a cabo Estefanía Bravo, quien enmarca sus fotografías en la experimentación interdisciplinar.
"Mi trabajo es parte de un proceso de registro del trompo, un objeto milenario costumbrista que tiene aproximadamente 6 mil años", cuenta Estefanía Bravo, agregando luego que "tomar un objeto como éste significa encontrarte con un contexto muy distinto al actual. Para la generación de mi padre, por ejemplo, jugar al trompo era tan común como jugar a las bolitas, y él es quien tira el trompo para las fotos. Por eso el trabajo tiene una carga nostálgica y sentimental bien importante".
La serie fotográfica de esta estudiante de Licenciatura en Artes Plásticas "da cuenta de la descomposición del movimiento, como sucede con el Op Art o lo que hizo Muybridge, tema que estoy trabajando actualmente", dice. El trabajo de Lorena Alarcón, en tanto, consta de una serie de pinturas que muestran el resultado de un proceso creativo donde trabaja con los fantasmas de la pintura, utilizando a esta última como el medio predilecto para recuperar un imaginario propio, e incitar uno colectivo.
"Al traspasar un referente a la pintura, las figuras y objetos se convierten en híbridos produciendo un escenario de formas latentes", señala la joven artista que también comparte espacio con Leslie Narváez, quien presenta un tríptico de gran formato seleccionado para esta muestra "no porque sea el mejor ni porque haya pintado sólo esta obra, sino por su importancia en mi formación. Creo simplemente que hay trabajos que no debieran terminar en el olvido y el polvo por el gasto de energía que significan para uno", explica.
Leslie, ya que Lorena y tú presentan pinturas al óleo, ¿cuáles son las similitudes y diferencias formales entre ambas?
Ambas trabajamos con figura humana, aunque las desviaciones que sufre el procedimiento en cada una son distintas. Tanto Lorena como yo tomamos imágenes fotográficas para la pintura, pero lo que hace que tenga sentido es el permiso que nos damos de que los soportes se contaminen porque, a no ser que exista todo una observación de problemas capturados en la fotografía que te interese reproducir de manera más o menos fidedigna en la pintura, para nosotras no tiene ningún propósito la sujeción monotemática que produce el reproducir un modelo fotográfico. Cuando uno se obsesiona con una problemática observada en la fotografía y selecciona ciertas imágenes para pintar, ya condiciona un traspaso de discurso de la imagen de origen que no nos interesa remedar. La pintura tiene para nosotras una riqueza material que no puede ser pobre por estar sujeta a ese fin. Es un lenguaje independiente.
¿Por qué titularon la muestra como "El 3er acto"?
El 3er acto, aludiendo también al teatro, para nosotras significa exponer un proceso individual que parte con alguna inquietud ciertamente visual, que quiere o necesita tener un cuerpo material donde ser explorado, un proceso que no deja nunca de ser conflictivo aunque existan certezas. El título no apunta a la resolución necesaria de un problema inicial, como en la estructura clásica de guión, sino a la manifestación de una causa en permanente conflicto que es el acto de creación, el cual llega a un punto determinado de evolución y se fija en una pintura o en una fotografía.
"El 3er acto" se podrá visitar hasta el próximo 15 de mayo en la Sala de Exposiciones del Teatro Municipal de Maipú, ubicada en Avenida Pajaritos 2045. El horario de visita es de lunes a viernes, de 10:00 a 14:00, y de 15:00 a 19:30 horas. La entrada es liberada.