Gran expectación causó entre medios de comunicación y diversos profesionales ligados a la restauración y conservación del patrimonio, la apertura de una bóveda de seguridad ubicada en el Departamento de Teatro de la Facultad de Artes el pasado miércoles 4 de marzo, la que escondía en su interior latas de película europeas y nacionales, placas fotográficas francesas del siglo XIX y principios del XX y variados documentos administrativos pertenecientes al antiguo Gabinete de Kinesiología dependiente del Instituto de Educación Física de la Universidad de Chile, que funcionó durante años en Morandé 750.
Con el paso del tiempo, los diversos objetos que alguna vez formaron parte activa de la vida universitaria se convirtieron en un rico tesoro patrimonial de la Universidad, una puerta abierta para indagar sobre las prácticas médicas de la época y la historia de la Universidad de Chile.
Todo partió por un simple motivo: el Centro de Investigación y Documentación Teatral (CENTIDO) del Departamento de Teatro de la Facultad de Artes necesitaba con urgencia un lugar donde establecerse físicamente, y el único lugar disponible para estos fines era la antigua sala que ocupaban los centros de estudiantes que pasaban por dicho departamento. Gran parte del espacio de esa sala lo ocupaba una bóveda sellada herméticamente desde hacía décadas, y nadie sabía a ciencia cierta que escondía tras de sí.
La apertura de la bóveda y el descubrimiento de los valiosos objetos que contenía en su interior motivaron al profesor Hiranio Chávez a llamar inmediatamente a los organismos, instituciones y personas que estuviesen vinculados al área de la restauración y conservación del patrimonio, para que tomaran las acciones correspondientes según su ámbito de acción y respectivas profesiones.
Tras hacer el llamado, Hiranio Chávez declaró: "Nosotros queremos que la Universidad se haga cargo de este patrimonio que es nuestro, es de la Universidad. Si se pudiera rescatar algo de cine sería fantástico, al igual que los documentos escritos, que tienen que ver con la historia de kinesiología, con la historia de educación física y con la historia de este edificio, que comenzó a ser usado por la universidad en el año 1906".
Es así como representantes del Archivo Central Andrés Bello, la Cineteca de la Universidad de Chile, la Cineteca Nacional, la coordinadora del Postitulo en Restauración, el Archivo Nacional Histórico, la directora de Bibliotecas de la Facultad de Artes y diversos medios de prensa han visitado la bóveda desde su apertura.
Entre los variados objetos encontrados había múltiples latas de películas europeas y nacionales, que si bien tenían un alto valor patrimonial, la humedad a la estuvieron expuestas durante tanto tiempo las afectó irreversiblemente, deteriorándolas al punto de que sólo un porcentaje muy bajo pudo ser recuperado.
Según señaló Carmen Brito, restauradora y miembro de la Cineteca Nacional, dadas las malas condiciones en que se encontraba el material fílmico sólo se iban a poder rescatar extractos, "porque ya está cristalizado, está muy húmedo. Cristalizado quiere decir que ya es un material duro, y si yo lo empiezo a desenvolver esto se empieza a quebrar, entonces primero hay que realizar un proceso de secado y de limpieza exterior, para tratar de mover estos rollos. Es un trabajo bastante largo, pero lo que se puede salvar son extractos, pedazos de películas, los cuales tendríamos que ir pegando y copiando para sacar un negativo y de ahí sacar copias".
Debido a que los objetos son patrimonio de la Universidad de Chile, todas las latas fueron trasladadas a su cineteca con el fin de realizar allí el rescate y restauración del material. Pedro Chaskel, Director de la Cineteca de la Universidad de Chile señaló en esa oportunidad: "Lo valioso que habría en esto es si hay alguna filmación chilena. Eso sería tremendamente valioso y por eso vale la pena revisar y darse el trabajo. Creo que fue muy sabia la decisión de llamar inmediatamente a gente especializada, porque si esto tiene alguna salvación es a muy corto plazo, y en cualquier parte en que se encuentre material cinematográfico creo que el criterio a seguir es ese: llamar a las cinematecas que hay existentes en este momento, ya sea la Cinemateca Nacional o la de la Universidad de Chile, y que vengan de ahí los especialistas a tratar de salvar lo que se pueda".
A pesar del escaso material rescatado, aún así tiene un enorme valor patrimonial, pues como indica Carmen Brito "todos los hallazgos tienen un valor histórico increíble porque si son películas del año 49 o 50 quiere decir que ahí está la historia de cómo nos vestíamos. O si aparecen personajes importantes o edificios antiguos, todo tiene un valor, y aunque esté en mal estado, tiene un tremendo valor histórico".
Otro destino encontraron las cerca de 200 placas fotográficas de la Societé Lumière de París fechadas entre 1894 y 1900, las que fueron trasladadas al Archivo Central Andrés Bello de la Universidad de Chile. Alejandra Araya, historiadora y Subdirectora Archivo Central visitó la bóveda junto a Richard Solís, restaurador de dicha institución. Tras constatar el mal estado de la mayoría de los materiales a causa de la humedad, elaboraron un acta de levantamiento y salvataje de los materiales patrimoniales que rescataron bajo el formato de muestras representativas de cada uno.
Por el contrario, el buen estado en que se encontraban las placas fotográficas permitió que éstas pasaran a formar parte inmediatamente de la colección del Archivo Central Andrés Bello. Tal como indica Alejandra Araya, "las placas fotográficas son valiosísimas, independientemente de lo que contengan, porque son hoy en día material inexistente, que ya no se fabrica".
Y agrega: "A nosotros nos interesa tener una política patrimonial como Universidad, porque evidentemente en todas las facultades hay patrimonio, y en la medida en que las propias autoridades tomen conciencia de eso vamos a poder tener una política institucional sobre el patrimonio. En ese sentido, en cualquier cosa que el Archivo Central Andrés Bello pueda colaborar, estamos dispuestos a hacerlo", concluye Araya.
Y efectivamente, el interés por establecer una política patrimonial a nivel de universidad no nace solo del Archivo Central, pues la actual Dirección de Bibliotecas de la Facultad de Artes a cargo de Jessika Zuta ha jugado un rol fundamental en esta tarea. Tal como señala Zuta, "nosotros estamos trabajando desde hace alrededor de cuatro o cinco años en todo lo que involucra el rescate patrimonial, básicamente enfocado a la digitalización, y también en los campos de conservación y restauración de manuscritos de obras musicales y fotografías".
La importancia que su gestión ha tenido en la labor de rescate patrimonial ha sido enorme, y en efecto uno de sus mayores frutos fue la reciente digitalización de la Revista Musical Chilena. Conciente del rol que deben jugar las bibliotecas y las personas a su cargo en esta tarea, Jessika Zuta señala: "Esta es nuestra gestión en cuanto a lo que es colección, y tenemos harto, porque no hay que olvidar que son bibliotecas antiguas y únicas en el país. Todas las bibliotecas de la universidad tienen una parte patrimonial importante, entonces hemos tratado de sacar eso a la luz y difundirlo a la comunidad". Y agrega: "Nuestro Decano Pablo Oyarzún está muy preocupado de este tema, pero lamentablemente no se ha podido hacer mucho más porque no existen a nivel nacional políticas definidas relativas al rescate patrimonial".
La bóveda contenía documentos de tipo administrativo, placas de radiografía, latas con material fílmico y placas fotográficas de finales del siglo XIX y principios del XX.
Otra de las instituciones que visitó la bóveda fue el Archivo Nacional Histórico, en cuya representación asistió Gina Fuentes, miembro de la Unidad de Restauración y Conservación. Si bien el Archivo Nacional no se pudo hacer cargo de la custodia del resto de los objetos por el estado de deterioro en que se encuentran, su visita fue fundamental para dilucidar cual sería el destino final de los documentos que quedaban sin resguardo aún.
Tal como señalaron en el informe de su visita, "el Archivo Nacional es incapaz en términos de infraestructura y de personal para asumir la documentación en cuestión, sin embargo, valoramos la importancia que ella tiene para la reconstrucción de la trayectoria de la Universidad de Chile y sus facultades e institutos". En el mismo documento se sugirió que el Postítulo en Restauración de la Escuela de Postgrado de la Facultad de Artes de la Universidad de Chile se hiciese cargo de la custodia de los materiales restantes, lo que terminó por hacerse efectivo.
Luego de ofrecer su ayuda para recuperar los documentos restantes, Johanna Theile, coordinadora del Postítulo en Restauración del Patrimonio Cultural Mueble, señaló: "Creo que mi labor dentro de la Facultad de Artes, estando a cargo del Postítulo en Restauración, es también aportar si lo necesitan para conservar el patrimonio de la Facultad. Una de mis labores debería ser apoyarlos en lo que pueda, y si para el Departamento de Teatro o para la Facultad esta colección es importante, obviamente vamos a trabajar por ella".
Es así como cinco estudiantes del tercer semestre del Postitulo en Restauración serán contratados por dicho programa para hacerse cargo de los documentos que aún quedan en la bóveda, y que son principalmente archivadores, libros y recibos. La importancia de realizar este trabajo radica en que, tal como indica la profesora Theile, "la historia del Instituto de Educación Física está ahí", y por tanto, un trozo de la historia de la Universidad de Chile es el que está contenido en esos documentos. El trabajo de restauración que tomarán a su cargo los estudiantes del postítulo que coordina Johanna Theile tendrá una duración aproximada de un mes, y en su primera etapa se llevará a cabo al interior del Departamento de Teatro. En definitiva, todo queda en casa.
