La experiencia de la estudiante que quiere especializarse en esta técnica:

Carolina Rivera: una bailarina tras los pasos de Martha Graham

Carolina Rivera: una bailarina tras los pasos de Martha Graham

Carolina Rivera tuvo su primer acercamiento a la Técnica Graham al comenzar su carrera de intérprete en el Departamento de Danza en la Facultad de Artes, hace siete años atrás. "Al principio no entendía nada, pero cuando la entendí me encantó", recuerda.

Con el tiempo, el interés de esta bailarina de 21 años por el característico estilo que creara Martha Graham a principios del siglo XX (basado en movimientos de contracción y relajación y controladas caídas al piso) no disminuyó, y luego de haber conocido otras técnicas, continuó interesada en el trabajo de la reconocida bailarina y coreógrafa norteamericana. "Siempre tuve ganas de volver a hacer Graham", dice Carolina.

Así, apenas tuvo la oportunidad no dudó un momento en viajar a un seminario intensivo de verano en la Martha Graham School of Contemporary Dance en Nueva York, donde estuvo desde junio hasta agosto de este año. "Me enteré por Internet de este seminario e inmediatamente quise ir para allá. No pude sacar visa de estudiante, así que finalmente fui con visa de turista. Además, es primera vez que viajo sola, por lo que fue una doble experiencia de aprendizaje, a nivel profesional y personal", cuenta.

La Martha Graham School of Contemporary Dance es el centro mundial de formación en repertorio y Técnica Graham y por allí han pasado estudiantes de todo el mundo, entre los que se cuentan algunos insignes como Rudolf Nureyev, Mikhail Baryshnikov, Madonna y Betty Ford.

"Me di cuenta de muchas cosas. Porque el problema es que yo tampoco conocía mucho, y eso a uno sí o sí le disminuye el rango de decisión de lo que quieres hacer, porque si no conoces lo otro es imposible que quieras hacerlo. Allá me dediqué a probar una ensalada de todo, porque si no pruebas todo nunca vas a saber si te gusta. De hecho, además del curso de verano, tomé otros seminarios, entre ellos un seminario de una compañía que basa sus coreografías en la técnica Graham, pero no solamente baila las coreografías de Martha Graham, sino que crea a partir de esa técnica otras cosas nuevas. Eso me gustó más aún", afirma la bailarina.

De esta forma, luego de haber probado distintas técnicas, se dio cuenta que realmente el Graham era lo suyo y decidió participar en una audición de la Escuela neoyorquina para poder integrarse a un programa de estudios más extenso. Y fue aceptada, por lo que luego de rendir su examen de título en la Facultad de Artes en diciembre, volverá a Nueva York a incorporarse a la escuela en enero.

Carolina Rivera relata: "Llegué allá y me sentí muy estimulada, vi que había tanto por aprender, pensaba ¡por favor háganme más clases! Ver como una profesora marca algo y decir `uy quiero hacerlo como ella´ te estimula un montón, entonces sientes que tienes tanto por entregar que no quieres parar".

Así, la bailarina estará en dicha escuela por cinco meses, de enero a junio del 2009, con posibilidades de extenderlo a dos años o de integrarse a una compañía norteamericana que trabaje con esta técnica.

¿Qué posibilidades ves de desarrollar en Chile la Técnica Graham?

No he conocido aquí ninguna compañía que trabaje el Graham, tampoco hay una compañía como las de allá que tomen el Graham y hagan algo nuevo. Aunque estudiar esto te ayuda no solamente para el Graham, también te ayuda en otras cosas, igual que el ballet clásico, no sirve para bailar eso y nada más.

¿Te gustaría fundar una compañía de Graham acá?

Sí, sería genial, pero habría que encontrar gente que le guste... En general los bailarines lo ven como algo sufrido y yo también tenía un poco esa mentalidad cuando fui para allá, del Graham asociado al sufrimiento. Hay muchas coreografías que son acerca del sufrimiento, porque también en el tiempo en que Martha Graham creó esta técnica justamente quería expresar sentimientos de dolor, contra la guerra y esas cosas. Entonces claro que hay dolor, pero también a mí me tocó bailar una coreografía satírica, y me moría de la risa con Graham, algo que yo tampoco sabía que se podía hacer. ¡Me tocó morirme de la risa a carcajadas con Graham!

Finalmente, ¿cómo ves el desarrollo del público y de los espacios para la danza en Chile?

En general el público ha ido aumentando, se ha ido masificando, hay mucha más gente que quiere hacer Danza, quizás no clásica, pero no importa, por algún lado se empieza. Está siendo menos mal visto el ser bailarín, antes tu decías: soy bailarín, y te preguntaban "ya, pero qué estudias". No se veía como una profesión sino como un hobby, pero de a poco está siendo mejor visto. Igual falta. Falta que haya más espacios, más trabajo, hay solamente tres compañías profesionales en que te pagan un sueldo. Una clásica, una contemporánea y una folklórica. Y ahora las universidades privadas también tienen carreras de danza -no estoy en contra de eso, no voy a ser peor ni mejor porque hayan más escuelas de danza-, pero tres compañías para tantos bailarines resultan insuficientes. Sólo quedan las compañías independientes, que trabajan muchas veces por amor al arte... pero tú sabes que uno no come arte.

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