Las obras son manifestaciones críticas sobre una "vida de ciencia ficción", acciones que intentan sensibilizar sobre el mundo irreal construido y que engañosamente se percibe como normal. La artista define al estado del mundo como "tiempos ficticios", con sus espectacularidades y miedos, como el fin de una gran cultura que es por sí misma destruida, sin evolución posible.
De esta forma, Marcela Moraga alude a la "era del miedo" que se inicia con los actos terroristas del 11 de septiembre en Estados Unidos. Como a raíz de este hecho se inicia el control civil a través del miedo, se acentúan los conflictos xenofóbicos y la forma en que los gobiernos se valen de la tecnología para mantener el control de sus ciudadanos y de quienes pretenden ingresar al país. Por lo mismo, las personas van perdiendo poder frente a esta construcción mediática del terror.
Asimismo, la artista expone en sus obras la manera en que las culturas se destruyen debido al gran aceleramiento tecnológico que produce alto consumo de energía. Se pierde la conexión con lo real, la naturaleza, disfrazado de "vida moderna". De ahí el uso del término ciencia ficción.
Vida de ciencia ficción está compuesta de diez obras realizadas entre 2004 y 2008 en diferentes partes del mundo. Cuando las ideas desaparecen en los monumentos, es un video de tres minutos donde se ve el monumento a Marx y Engels en Berlín acompañado de una radio en la que se escucha en alemán parte del Manifiesto Comunista de 1848. Atrás se ven las grúas que destruyen el antiguo parlamento de la República Federal Alemana.
Estado de tregua es una fotografía tomada al monumento de Víctor, quien independizó a Serbia del Imperio Turco. De fondo, el edificio de una empresa privada.
Las acciones, Ich existiere nicht (Hamburgo, 2007), Epidemia de superproducción (Hamburgo, 2008), La vida es un gran cine (Hamburgo, 2007), y Mundo objetivo (Hamburgo, 2008), se trabajaron en relación a la crítica sobre el desarrollo que la industria digital ha generado en cuanto a una masificación de cámaras de todo tipo, desde las fotográficas caseras a las satelitales. Este hecho es lo que muchos autores han llamado la "cultura de pantalla", donde la imagen supera la experiencia real. De este modo el ser humano ha desarrollado una manera de ver como si estuviera siempre mirando detrás de un objetivo, desde su propia cámara, desde la mirada de una cámara de seguridad, o la imagen que le entrega la publicidad. Es una contaminación y superproducción de imágenes que está dañando no sólo el entorno estético urbano, sino que también la percepción hacia el otro, a través de un control, es el desarrollo de una subjetividad presupuesta que amenaza el discurso público y privado.
Ich existiere nicht / Yo no existo, es un video-acción de tres minutos en la que la autora pega stickers de papel sobre fotografías publicitarias de las calles de Hamburgo con la frase "yo no existo" en alemán.
En Epidemia de superposición se intervienen fotografías de publicidad en Hamburgo con la expresión "Epidemia de superposición" que forma parte del discurso de Carlos Marx en el Manifiesto del Partido Comunista. Frase que se puede escuchar en Cuando las ideas desaparecen de los monumentos.
La vida es un gran cine es el eslogan publicitario de la compañía de teléfonos Telecom. Esta frase inspira a la artista y realiza en Hamburgo una fotografía en la que aparecen una cámara de video y una de seguridad mirándose entre sí.
Infinito interno fue realizada en Hamburgo y es una fotografía en la que se observa pintura de tierra con los colores del arco iris derramada sobre nieve. También puede interpretarse como los colores que componen la imagen de una pantalla electrónica.
Anarquía es una fotografía tomada en Andorra donde aparece la artista con una camiseta con el símbolo de la anarquía. De fondo se observa una montaña nevada en la que, con los pinos y las canchas de esquí, se forma el mismo símbolo.
La instalación Árboles sin tierra, canelos consta de cuatro canelos colgados desde el techo que aluden al conflicto mapuche.
Persona y basura es una fotografía tomada en Kronstadt, Rusia, en la que se puede ver a un hombre quemando un paraguas en una playa plagada de basura. En este lugar la gente acostumbra a pasear, comer y quemar basura.
Radio performances fue realizado en Roterdam y está compuesto por tres videos que cuentan con la radio como hilo conductor. El primero de ellos es Domestic productions en el que Marcela Moraga trabaja con el tema de sacar a pasear al perro: la artista camina con una radio en la que se escuchan ladridos de perros, los que se suman a los de los animales con los que se encuentra en el camino.
En Like a Selknam se trata el tema de los espacios de naturaleza artificial de la ciudad. Bajo el pasto del parque en que se realizó este video hay una capa de cemento. El Selknam representa a los últimos habitantes (indígenas) que tuvieron relación directa con la naturaleza real. Moraga le da vida pintando su cuerpo a la usanza del indígena mientras en la radio se escuchan sonidos artificiales de la naturaleza.
The rebel buildings fue inspirado por la seguidilla de atentados terroristas a ciudades europeas mientras la artista se encontraba en Roterdam. Decidió realizarlo en esta ciudad por la grave destrucción que le propinaron los nazis, la cantidad de emigrantes y el reciente estreno de La guerra de los mundos de Spielberg. Todos los accesorios que usa la artista -desde su vestimenta hasta los sonidos que emanan de la radio- hacen referencia al tema de la ciencia ficción, en boga por esos días.
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