"Simplemente suena como: El desquiciado, el enigmático, el pornográfico, el astrofotosilábico, el rituálico, el desalmado, el ansioso, el andrajoso, el cavernario, el metafísico, el enmarañado, el tecnológico, el aristocrático, el desperfilado, el antojadizo, el desalmado, (...) tecladístico y guitarrístico y computín pero siempre amable DOCTOR EQUIL�?TERO".
Así se define en su sitio myspace este nuevo proyecto musical, que reúne a tres destacados compositores contemporáneos: Oscar Carmona, Andrés Ferrari y Ramiro Molina, todos académicos de la Facultad de Artes de la Universidad de Chile, que se presentarán el viernes 20 de junio a las 19:30 hrs. en la sala Isidora Zegers.
"El triángulo equilátero somos los tres, que tenemos la misma importancia en el grupo. La palabra trío está muy manoseada, por eso decidimos excluirla... Y le pusimos Doctor porque es una sola entidad, además que nos pareció simpático que el doctor fuera siempre algo: el enigmático, el desquiciado, el mitológico... Un doctor excéntrico pero amable", dice Oscar Carmona, quien también reconoce en el nombre un guiño cinematográfico al Doctor Caligari o al Doctor Mabuse, esos inquietantes personajes de la década de 1920.
"Tuve la necesidad de tocar, de salir de las cuatro paredes de la composición", cuenta el músico, quien entusiasmó a Ferrari y Molina a embarcarse con este conjunto que funciona desde agosto del 2007 y se presentó al público por primera vez la semana pasada en el Goethe Institut y ahora realizará su primer "ritual" en la sala Zegers.
Electrónica en vivo, piano, teclados intervenidos, guitarra eléctrica "normal" y preparada e imágenes que se transforman en tiempo real dan forma a la materia sonora y visual del Doctor Equilátero. "Estamos desprejuiciados totalmente, con espacio para todo estéticamente hablando. La gracia es que es música total y absolutamente improvisada, sin el más mínimo vestigio de preparación", dice Carmona.
El compositor cuenta que ya tienen grabadas cerca de 40 sesiones (entre ellas "La sombra del Doctor Equilátero", "La marcha del Doctor Equilátero", "La milonga del Doctor Equilátero" y "Tres por uno cuatro") y que lo único cercano a una estructura dentro de su presentación es que en un momento cada uno improvisa solo por un minuto, siendo interrumpido por el otro para luego fusionar las distintas visiones.
"Más que una estructura es un comportamiento", acota Carmona, quien viaja a Francia en agosto a participar de un curso de composición y música electrónica en el prestigioso instituto IRCAM (Institut de Recherche et Coordination Acoustique/Musique). "Pero el grupo sigue, puede tener invitados y cuando vuelva me reincorporo", concluye.