Este 8 de mayo:

Pablo Ferrer: "Hay imágenes que me obsesionan"

Pablo Ferrer: "Hay imágenes que me obsesionan"

"Para mí es un halago que exista interés por mi trabajo y es una buena oportunidad para intercambiar puntos de vista con otras personas", señala de entrada este artista y académico sobre la invitación recibida para encabezar una de las actividades más características del Departamento de Teoría de las Artes. Es por ello que, este 8 de mayo, a partir de las 14:30 horas, la obra de Pablo Ferrer se tomará la sala 2 de dicho departamento, ocasión en que el artista hablará, de primera fuente, sobre su trabajo en el marco del Seminario de los Jueves.

"Encuentro bueno eso de la 'primera fuente' porque aunque uno se equivoca mucho respecto a lo que dice de su trabajo, hay en ese modo de hablar algo conectado con la experiencia y la realidad que puede servir a algún estudiante, así como a mí alguna vez me motivó escuchar a otros artistas. Por otro lado, pueden darse diálogos en los que uno mismo pueda replantearse ciertos supuestos del trabajo propio", aclara este académico, quien más allá de definir su obra prefiere dar cuenta de sus intereses e intenciones a la hora de crear.

Y es que pese a lo característico que pueda resultar su trabajo, Pablo Ferrer se queda sin palabras a la hora de definirlo. "No sabría qué decir, no logro dar una definición", se apresura en contestar, y da algunas pistas para intentar comprenderlo: le interesa la pintura, la riqueza material de ésta, la resonancia de las imágenes, las escenas inmóviles -"he buscado formas de hacer de ese interés un asunto visual", explica-, y reunir elementos de la cultura popular con otros más eruditos, y agrega: "Los montajes han sido un gran regalo porque puedo trabajar como si contara con muchos modelos en un gran taller".

¿Cómo fuiste derivando en este tipo de creación tan característica de tu obra?

Partí complicado con el choque entre la pintura temática y la de género, y se me ocurrió hacer maquetas que eran a la vez bodegones y escenas. Luego vino el problema de la escala ¿Qué pasaba si los cuerpos (juguetes) tenían el tamaño de un cuerpo real? Eso me gustó porque ponía el asunto más inestable. Entonces me topé con que si mantenía los muñecos (Gi.Joe) tal como llegaban de la fábrica a mi mano, no podía escapar a la pregnancia de su estereotipo, lo que me obligó a modificarlos para neutralizarlos un poco. Luego, frente a estas maquetas, me di cuenta claramente de su poder fantasmático. Desde entonces me he ido independizando de la maqueta y le he dado espacio a esas imágenes fantasmales que flotan entre el ojo y el objeto. Hasta el momento, siempre he dejado huellas de la maqueta que me sirve de origen en la pintura. Esto lo dejo como factor desilusionante… Uno ve el bosque y podría entrar ahí, pero hay un artificio que te recuerda que hay montaje de por medio.

¿A qué imaginarios recurres?

Yo no los tengo fijados en una lista. Por alguna razón uno acepta algunos elementos y rechaza otros. Cada elemento escenográfico que ingresa a las pinturas, ingresa arrastrando el mundo de su estereotipo. Uso elementos que se repiten: los pinos, el bosque, la nieve, entre otros, y, a veces, entra algo nuevo. Quizá lo que más se repite sea una memoria de la pintura, de la Historia del arte que no se manifiesta directamente como cita pero sí en el ánimo de las escenas. Hay imágenes que me obsesionan y las repito parecidas sin darme cuenta al principio.

¿Podríamos decir que en tu obra hay un cuestionamiento a la historia del arte universal y a los arquetipos de la academia?

No sé si los cuestiono. Es verdad que utilizo estos arquetipos, como los llamas. Yo creo que al usarlos los tuerzo bastante, y en ese desajuste queda algo inscrito que es interpretado por el espectador.

¿Cómo recibes que cataloguen tu propuesta en diálogo con el universo de los cuentos infantiles?

Esta afirmación tiene algo que me halaga y algo que me incomoda. Desde el lugar común, un cuento infantil es una cosa "linda y pedagógica". Sabemos que no es así pero puede darse esta confusión. Yo acepto feliz este ánimo de cuento infantil que me asignan si se reconoce la sexualidad latente y lo siniestro a la vuelta de la esquina en los cuentos infantiles.

Hace un tiempo señalaste que el juego del niño es un "mundo cerrado donde ocurre lo que él quiera que ocurra". ¿Es lo que sucede en tu obra?

Ocurre en mi relación con los montajes porque en ellos sucede lo que quiero que suceda. En esto se parece a cuando, en alguno de los libros de Sade, los libertinos tienen su palacio después de capas y capas de obstáculos y, en ese lugar aislado, pueden imponer la ley de su perversión. La coherencia que impone esa perversión puede poner en duda la coherencia completa del mundo. No es menor la relación entre esta perversión y la perversión polimorfa de los niños. El mundo en miniatura es absolutamente manipulable. La imagen resultante está determinada por mi punto de vista y se muestra en toda su ambigüedad para que el espectador la complete con su fantasma.

Pablo Ferrer estará este jueves 8 de mayo, a partir de las 14:30 horas, en la sala 2 del Departamento de Teoría de las Artes (Las Encinas 3370, Ñuñoa) La entrada es liberada.

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