En Biblioteca de Santiago:

Constance Chambers presenta "Carrying the cross"

Constance Chambers presenta "Carrying the cross"

Dos videos, titulados "El abismo" y "El estado de gracia de Rodrigo Orias" y una serie de telas cocidas y pintadas que integran técnicas mixtas como el acrílico, la tinta de impresión y el tejido, conforman la muestra que Constance Chambers presenta en la Sala+18 de la Biblioteca de Santiago, hasta el próximo 30 de noviembre.

"Cuando estaba preparando mi viaje desde Europa, tenía la idea de hacer una serie de obras en Chile y exponerlas. No sabía qué iba a producir, ni dónde lo iba a mostrar porque era un proyecto abierto. Por suerte, llegué a Santiago y mis deseos se cumplieron. Antes de producir cualquier cosa, logré un espacio en la Biblioteca de Santiago donde podía exponer mi trabajo realizado en Chile, y nació la siguiente misión: producir altiro para armar la muestra", recuerda la artista.

Y así fue. Durante los últimos tres meses, Constance trabajó en el taller de pintura del Departamento de Artes Visuales para realizar estas obras. A pesar que continuó con las mismas temáticas, medios y preocupaciones, integró un nuevo soporte: la lona. "Era importante trabajar sobre lo que me pareció como una tela bien chilena. Sé que la lona es un soporte funcional que sirve, por ejemplo, para hacer carpas de circo, entonces elegir un material duro y fuerte como la lona devela un desafío estético: domar este soporte bruto y teatral e integrar Chile a mi trabajo".

¿Qué caracteriza tu trabajo en general?

Mi práctica está dictada por dos elecciones. Se trata primero de salir del cuadro y de apropiarme de la tela libre en forma muy maneable, produciendo así un cruce entre la vestimenta y el fenómeno pictórico. Lo que me interesa es dar presencia al cuerpo ausente en la representación visual. En una segunda mirada, es un intento de exploración del tema de la repetición. Repitiendo el mismo volumen cruciforme, trato de dar una dimensión lúdica a mi práctica y encuentro así un sistema de obediencia que se plantea como un pilar para mi obra. La forma se transforma bajo mis manos en una especie de osamenta. Mi trabajo se sitúa en una intersección donde la pintura cruza el volumen, lo que me lleva a recurrir a la costura que, durante un tiempo, reemplaza el pincel. La costura es un procedimiento que me permite delimitar mi espacio pictórico, permitiendo así una construcción estética rigurosa. En mis videos me preocupo también del espacio pictórico y del encuadrado.

¿Te parece importante exponerlo en Chile?

Es un gran aporte y la mirada de los demás es muy diferente. En Europa, el ambiente es tan cargado de imágenes y referencias artísticas que, a veces, los espectadores se precipitan a compararte con alguien antes de empezar a considerarte como un artista que tiene una propuesta individual. Acá, siento que a un artista joven que tiene una motivación real, la gente le abre la puerta y lo escucha. Exponer mi trabajo acá me ha recargado de fe en lo que hago, me han dado ganas de ir más lejos en mis proyectos porque siempre se puede hacer más y ha reforzado la motivación que siempre he tenido. Además, desde Francia, veía Chile como un país de mucho fervor religioso. Como mi trabajo tiene que ver con lo sagrado, me pareció atractivo exponer acá y compartir mi perspectiva. Quería enfrentar cómo yo veía la religiosidad de Chile con mis propios medios creativos. Por eso, por ejemplo, realicé un video inspirado en el crimen de Rodrigo Orias, cometido en la catedral de Santiago. Se puede decir que he abierto mi trabajo al país en que me encuentro ahora y volveré a Europa con un trabajo que refleja lo que he podido observar en Chile.

¿Qué te motivó a venir a Chile?

En mi círculo familiar parisino, tengo a Alejandro Jodorowsky. Fue una lectura de tarot con él hace dos años lo que me impulsó el deseo de venir para acá. En esta lectura, apareció que mi realización artística tenía que inaugurarse fuera. Además, me encontré con muchos artistas chilenos en París, lo que me hizo querer saber qué onda en Chile.

¿Y a la Universidad de Chile en particular?

Es muy chistoso porque al principio estaba programada para quedarme en otra universidad, pero lo que vi me horrorizó y me di cuenta de que era necesario cambiar de ambiente urgentemente. No puedo criticar esa universidad en cuanto a los profesores y a las clases, y no tengo duda de que la facultad de arte de allá es buena. Lo que no soporté era el ambiente elitista y cómo me recibieron. Asistí a una presentación donde el discurso era "somos los mejores" y la sala estaba llena de extranjeros. Me sentí aislada de la realidad chilena. Lo que estaba buscando era un lugar donde pudiera mezclarme con los demás, y eso lo encontré en la Universidad de Chile. Me felicito cada día por haber abierto mis ojos afuera de la otra universidad porque encuentro que en Las Encinas la gente se mira menos y trabaja más. Es una gran suerte haber podido mezclarme en el taller de pintura de Arturo Cariceo porque he podido desarrollar mi trabajo en un ambiente muy positivo, donde se trata de ayudar el otro y avanzar en su propio camino. Lo que he podido intercambiar con los compañeros de curso y con Arturo Cariceo y Francisco Brugnoli ha sido un gran aporte.

¿Qué te ha parecido el trabajo de los artistas chilenos que has podido ver hasta ahora?

Me han llamado la atención, en el arte visual chileno, las figuras femeninas. Pienso en artistas chilenas de distintas generaciones, desde la década de los 70, como Lotty Rosenfeld, hasta hoy, con artistas como Nury González y Maria Victoria Polanco. Me interesa porque reflexionan sobre el cuerpo de la mujer, el uso del objeto y la figura humana en una práctica experimental. Por ejemplo, la Lotty Rosenfeld, quien trabajó en el espacio público con sus cruces, me inspiró en el primer video que muestro en la exposición. El trabajo de Maria Victoria Polanco me interesa porque habla de un desplazamiento de la pintura tradicional, problematiza el medio y el soporte convencional. Y me acerco al trabajo de Nury González porque incorpora a su obra el textil, el bordado y, especialmente, el punto cruz. En fin, me interesa la participación de la mujer en la cultura y encuentro que la producción realizada por ellas refleja mucho el contexto histórico y el desarrollo del arte.

Comparado con Francia, ¿cuáles son las falencias y fortalezas de la creación artística en nuestro país?

Para hacerme una opinión al respecto, me pareció muy importante ver lo que estaba pasando en la escena santiaguina más allá de la producción misma. Por ello, voy a muchas inauguraciones, es una manera muy interesante de dar una mirada a cómo se vive el arte acá. He ido a pequeñas galerías, a otras más grandes, a museos como el MAC, Bellas Artes, el MAVI, etc. La creación artística está en plena expansión y la programación de los museos es bastante activa y abierta. Pienso en el MAC, donde vi, en poco tiempo, una muestra de fotógrafos franceses, una de arte coreano y, ahora, una exposición del grupo Cobra. Es esencial que se vean obras extranjeras en vivo, dar una mirada a lo que está pasando afuera. Por otro lado, creo que el círculo artístico chileno es bien cerrado en cuanto a la gente que se mueve al interior de él. Me parece que falta el público para que la creación se extienda más y noté que poca gente no artistas ve arte. Para que se produzca un boom creativo en Chile, creo que falta un impulso humano. Por ejemplo, me quedé muy sorprendida de ver una inauguración en el mismo MAC, donde la muestra era muy interesante pero faltaba gente para llenar y calentar el frío de la presentación. Creo que cuando los eventos artísticos se transforman en eventos humanos, se demuestra que el arte está en plena expansión. Quizás sea falta de comunicación de parte de los museos y galerías, o quizás también que a los chilenos les falta interés por el arte. Pese a ello, la creación misma en Chile me parece muy potente, de hecho me sorprendido. Parece que lo único que falta para que se desarrolle es que las capas sociales y culturales del país se unan y den más apoyo al arte.

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