Tras jubilar después de veinte años de trabajo:

Emotivo y multitudinario homenaje de despedida al "chico Bernardo"

Emotivo y multitudinario homenaje de despedida al "chico Bernardo"

La Sala Agustín Siré de la Escuela de Teatro de la Universidad de Chile se empapó de lágrimas el pasado martes 30 de octubre. Egresados, estudiantes, funcionarios y profesores se daban cita a la despedida del "chico Bernardo", quien tras veinte años de servicio al interior de la Facultad de Artes, colgaba su azulado delantal para descansar tras cumplir 65 años de edad.

A las 13:30 hrs. y cuando ya no había ningún asiento disponible, el director de la Escuela de Teatro, profesor José Pineda, se paseaba ansioso pidiendo cerrar la puerta e iniciar el acto, lo que suscitó la risa de Mauricio Diocares, quien asistió al acto al igual que los egresados Héctor Morales, Manuela Oyarzún y Begoña Basauri.

A través de una carta leída por Natalia Bronfman, presidenta del Centro de Alumnos de la Escuela de Teatro, Bernardo Vilches señaló: "Durante mi vida, he tenido que sortear sacrificios, luchar con mi familia, pilar fundamental de mi existencia, y en este proceso que voy a concluir, no puedo dejar de expresar la emoción y el agradecimiento por todo el cariño, respeto, atenciones y consideraciones de ustedes para conmigo. Quiero que sepan, que en mi memoria, quedarán grabados todos los momentos en que he compartido con los alumnos de esta escuela, con los que ya salieron y con los que están".

"Créanme, ustedes hacen la escuela, son el pulmón y el corazón. Cuando me necesiten, ahí estaré, recuerden que soy su confidente, su espía encubierto, su consejero sentimental, su banco personal, su compañía en la once, su crítico y lo más importante, su amigo, entre las mil y otras cosas que he tenido que hacer por ustedes. Hago extensivo este agradecimiento, para todas las generaciones que he visto circular por este escenario", concluía Vilches a través de una carta.

Los estudiantes de Actuación Teatral se hicieron presentes con la presentación de tres breves puestas en escenas, entre ellas, un extracto de la ópera Mahagoni, de Bertolt Brecht, a cargo de estudiantes de primer y tercer año, mientras que los estudiantes de Diseño Teatral proyectaron una selección de fotografías para despedir a Bernardo Vilches, quien asistió a la ceremonia acompañado de su pareja y de sus cuatro hijos, quienes al igual que él, estaban visiblemente emocionados.

Uno de los momentos más conmovedores de la despedida, fue cuando Bernardo Vilches, en lágrimas, fue ovacionado por los asistentes, esto, cuando se despidió de sus compañeros una vez finalizado el espectáculo realizado por ellos, el que incluyó la proyección de imágenes de Colo Colo, equipo de fútbol del cual Vilches es hincha.

Tras el homenaje realizado por los funcionarios de la sede Pedro de la Barra de la Facultad de Artes, fue el turno de la presentación de los profesores Marco Espinoza, Nelda Muray, Igor Pacheco, Verónica Navarro e Hiranio Chávez, quienes, con el Director de la Escuela de Teatro, profesor José Pineda, a la cabeza, se sacaron la chaqueta para vestirse de delantal y así leer un texto escrito en verso por ellos.

"Soy una persona de bajo perfil"

En entrevista realizada en una de las salas del Magíster en Dirección Teatral ubicada en el zócalo de la Escuela de Teatro y un día antes del homenaje realizado por estudiantes, funcionarios y profesores, Bernardo Vilches habló de su paso por la Facultad de Artes, de las anécdotas que no olvidará, entre ellas su participación en un programa que conducía Don Francisco, de los papeles que le tocó interpretar, de su rol como crítico de teatro y del cariño por sus "locos lindos", como llama a los estudiantes de la sede Pedro de la Barra de dicha facultad.

Bernardo Vilches, quien está casado hace treinta años "con la misma señora", como aclara, tiene cuatro hijos y es abuelo "del regalón de toda la familia".  "Estoy súper contento por cómo crié a mi familia, me saqué la cresta por ellos. Si bien, no es mucho lo que voy a sacar de mi jubilación porque estoy en una AFP, me voy tranquilo porque sé que cumplí mi ciclo y mis hijos ya no dependen de mí económicamente".

Fue en 1987 cuando el entonces jefe de tramoya del Teatro Nacional Chileno y cuñado del "chico Bernardo" le ofreció ingresar a la Facultad de Artes, después de que quebrara la fábrica de confecciones en la que trabajó Vilches durante veinte años. "Estaba pasando un período súper difícil, ya que con el golpe de estado se me vino abajo mi situación financiera y en la fábrica en la que trabajaba quebró, por lo que quedé sin nada".

"En ese período estaba de Director de Escuela Sergio Aguirre y cuando ingresé, me encontré con un lugar muy distinto en infraestructura al de ahora. En ese minuto trabajaba como repartidor del diario La Época, dormía un par de horas en mi casa y venía a trabajar a la Chile", recuerda Vilches.

De mimo, de jorobado y de otros personajes tuvo que hacer "el chico Bernardo" durante su paso por la Universidad de Chile. "Yo pude ver harto teatro, me gustaba ver los montajes de los alumnos y a veces me invitaban a participar en las obras. Estuve haciendo algunas cosas pequeñas cuando estaba la Compañía de Teatro La Puerta con Luis Ureta. Mi primera experiencia fue en la obra Los Monstruos de esa compañía, donde me ofrecieron ser el acomodador vestido de jorobado".

Pero no sólo de actor ha hecho Bernardo Vilches, ya que en reiteradas ocasiones fue consultado por su opinión en los montajes que se estaban preparando al interior de la Escuela de Teatro de la Universidad de Chile. "Siempre he tenido mi forma de ver el teatro. En las primeras funciones que empecé a ver me preguntaban si me gustó o no; yo opinaba y parece que le daba justo en el clavo o a veces no, entonces yo participaba dando mi opinión, algo que me sale natural. Pensarán que soy un buen crítico porque les digo si encuentro si algo me pareció malo".

Entre risas, el "chico Bernado" recuerda: "Cuando estaba de Director de Escuela el profesor Abel Carrizo, iban a presentar un montaje. Lo empecé a ver y encontré que no estaba como para que se estrenara. Me preguntaron mi opinión y les dije que no encontraba que la obra estuviera lista. Don Abel y una comisión hicieron una reunión y vieron la obra, rechazándola. Pero era sólo la opinión de un auxiliar de mantención nomás, pero parece que le achunté".

"Recuerdo que hubo una presentación de Vicente Ruiz, donde se hicieron algunas cosa que nunca se habían hecho, cosas de nudismo, obscenas y quedó la escoba. En otra oportunidad, don Abel Carrizo hizo una performance con una prostituta, donde al parecer tuvo sexo con ella, pero se hizo para llamar público al Festival de Nuevas Tendencias. En ese entonces estaban todas las autoridades de la época, los que se tapaban la cara cuando vieron la escena. Al otro día vino la prensa. Yo pienso que era bueno que pasara eso, ya que don Abel Carrizo movió mucho la parte del pregrado, haciéndose como treinta funciones en el festival", señala el "chico Bernardo". 

Muy emocionado se encontraba Bernardo Vilches y su familia, quienes lo acompañaron en este homenaje.

Fue el actor y egresado de la Escuela de Teatro de la Universidad de Chile, Héctor Morales, el que invitó a Bernardo Vilches al programa que conduce don Francisco, "Quien quiere ser millonario". "Yo no tenía idea de esta invitación, cuando llegó un móvil del canal a mi casa. Yo fui con lo que tenía puesto. Se portaron súper bien conmigo, me llevaron a almorzar y me atendieron muy bien. Nunca pensé que iba a estar sentado ahí, hasta que me vi frente a don Francisco. Es una cosa que me cayó del cielo, no fue mucha plata, pero no importa, porque el sólo hecho de yo haber estado con ellos y que hayan hablado tantas cosas bonitas de mí, me emociona mucho".

Sobre el porqué cree que marcó a tantas generaciones al interior de la Universidad de Chile, "el chico Bernardo" explica: "Soy una persona a la que le gusta conversar con los alumnos, escuchar sus problemas o darle mi opinión cuando me la piden, ya que me gusta la comunicación con ellos. Me gusta levantarles el ánimo, o de repente tomarnos una taza de té, entonces hay una cosa de persona a persona, de hogar y yo mezclo mi casa donde vivo con mi familia, con mi segundo hogar, que es esta escuela. Si les puedo pasar cualquier cosa, exponiéndome a que me reten, se las paso, y por eso me han retado varias veces. Mi manera de pensar es esa, ya que yo pienso que si en la escuela no estuvieran los alumnos, no habrían funcionarios ni profesores, ya que los alumnos son la parte medular de una escuela".

"Los estudiantes de esta escuela son lo que yo he dicho siempre, unos locos lindos, porque el teatro en este país no se paga. Encuentro que es un sacrificio enorme para los muchachos que no tienen cómo montar una obra, se sacan la cresta por hacerlo y resulta que después no viene gente y eso me entristece, ya que lo hacen por vocación. Se los he dicho, yo me saco el sombrero por los estudiantes de teatro, no sólo por los de esta escuela, sino que por las otras también, porque pucha que es sacrificado", reflexiona Bernardo Vilches.

"El chico Bernardo" concluye: "Me voy con los recuerdos de haber estado veinte años acá sin haber tenido un roce con nadie. Siempre he tenido el cariño de los estudiantes y de mis pares. Me voy contento del ambiente, y el haber establecido los vínculos que establecí, yo creo que no lo voy a encontrar en ninguna otra parte".


 

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