Siete cuadros, todos hechos con agua y tintas, conforman la primera exposición individual de Alejandra Ramírez, estudiante del taller de pintura de Gonzalo Díaz, Premio Nacional de Artes 2003. En el Bar Restaurant La Chimenea, la estudiante de la Facultad de Artes reúne parte de los trabajos realizados durante los últimos cuatro años, porque, como ella misma explica, "desde que entré a la Universidad que trabajo con la tinta".
La muestra no tiene nombre. Como señala Alejandra, esto se debe a que "las imágenes no fueron pensadas todas a la vez, pero si todas contienen la misma técnica. En realidad, yo le llamaría Agua y Tinta", agrega la artista.
La mayoría de los cuadros que presenta en esta exposición son en blanco y negro, aunque Alejandra agrega: "uso mucho el color. Lo que me gusta del blanco y negro es la simpleza que tienen. Con color la pintura se va volviendo más compleja y mas llena de información, lo que también me gusta".
-¿Cómo surgió la idea de exponer en La Chimenea?
-Este año entré como voluntaria a Crearte, una corporación que realiza actividades para niños de escasos recursos, y de pronto me llega un mail de esta corporación informando que los voluntarios que quieran exponer, que se comuniquen con el Bar La Chimenea para organizar la muestra colectiva. Finalmente, de la colectiva nadie más participó y quedé al final yo exponiendo.
-¿Qué diferencia hay entre exponer en una galería a hacerlo en un bar?
-El público es muy distinto. La gente no va al bar a mirar qué están exponiendo. Van a comer y tomar algo, y de pasada ven si les son agradables los cuadros. Digo agradables, porque no van a emitir un juicio objetivo. Es un juicio de si les gusta o no lo que están viendo. Al museo uno va porque le interesa ver arte y simplemente eso. El público en el museo es limitado, y en al bar puede ir cualquiera. Es una exposición distinta en ese sentido, en como se engancha la obra con el receptor.
-¿Es difícil que los artistas jóvenes encuentren espacios donde presentar sus trabajos?
-Depende de muchas cosas, porque de exponer en bares o centros así, no lo encuentro difícil, porque la cosa es moverse y cambiar un poco la idea que tiene uno de exponer. Uno tiene la idea sagrada de la exposición en museo, con gente docta que critique tu trabajo y no es así. En este caso, en realidad es al contrario porque tu obra pasa a ser un cuadro "bonito o feo", perdiendo casi la totalidad del sentido que tenía para uno. No creo que encontrar ese tipo de espacio sea difícil. Creo que lo difícil son espacios como galerías, museos, etcétera.
-¿Qué significa esta primera exposición individual?
-Muchas cosas. De partida por ser la primera exposición es algo nuevo para mí, en que uno saca sus cosas del taller para ver qué pasa allá afuera y por primera vez también te enfrentas a un público fantasma, en que no sabes quienes serán.
La exposición de Alejandra Ramírez, inaugurada este sábado 7 de julio, estará abierta al público durante todo este mes en el Bar Restaurant La Chimenea, ubicado en el pasaje Príncipe de Gales 90, Santiago Centro.