Multifacético por donde se lo mire, Carlos Flores no sólo está esperando la publicación de su tesis "Excéntricos y Astutos" por parte del Departamento de Teoría de las Artes y que debería estar lista en un mes y medio, sino que también se prepara para volver a actuar, esta vez en una película que están haciendo sus ex alumnos, egresados de la Escuela de Cine de Chile.
Además de académico y actor, este hombre se ha paseado por más de una carrera, dejando varias sin terminar. Veterinaria, teatro, cine y literatura son algunas de sus pasiones que, en el plano académico, dejo inconclusas: "Siempre he estado alrededor de muchas cosas y jamás podría ganar un concurso porque no soy especialista en nada, salvo ahora que terminé la licenciatura en Teoría e Historia del Arte. Soy una mezcla de varias cosas y de alguna manera he cultivado esta cuestión. Me gusta la idea de no ser, profesionalmente, algo", señala Carlos Flores.
La única carrera que terminó -en veterinaria dejó su tesis de grado inconclusa- fue la Licenciatura en Teoría e Historia del Arte y a pesar de que no era alumno hace bastante tiempo, obtuvo un siente tanto en su tesis como en el examen de grado, "lo que no tiene ninguna gracia a la edad mía", agrega Carlos.
Esa sensación de no terminar las cosas lo llevó a ingresar por una vía especial a la Licenciatura en Teoría e Historia del Arte -"entré por el artículo 20", señala Carlos-, donde le convalidaron ramos y, además, le permitieron acreditarse institucionalmente. Como él mismo cuenta, "yo soy Director Académico de la Escuela de Cine de Chile y hago clases de cine. Yo con bastante soberbia he funcionado con la idea de que todo el mundo me conoce, pero no todo el mundo te conoce y de repente se preguntan oye, ¿y este gallo de dónde salió?, ¿por qué enseña esta cuestión?. Entonces, yo ahí saco mi título de licenciado. Tiene esos dos roles. Uno, cerrar un capítulo y otro, acreditarme institucionalmente".
La calidad de sus tesis "Excéntricos y Astutos" permitió que el Departamento de Teoría de las Artes se interesara en publicarla y debería aparecer "en un mes y medio más", cuenta Carlos Flores, agregando que "estamos en el proceso de edición". En ella, analiza cinco películas "que han hecho directores jóvenes en estos últimos cuatro años, podríamos decir. Tiene que ver con el modo en que la conciencia de la materialidad, del uso del material, de las operaciones, ha ido influyendo en el nuevo cine chileno para mejorar su calidad", aclara su autor.
-Usted se define como un hombre inconcluso, pero ¿no será que se ha nutrido desde diferentes áreas?
-La verdad es que la palabra inconcluso manifiesta error o falla, pero yo creo que tiene que ver más con la idea del placer porque lo que ya ha ocurrido se acabó. Yo hace un tiempo atrás estaba arrendando una casa y llegó un señor y me dijo: "hola, buenas tardes, yo soy abogado". Ese señor es concluso, el actúa como abogado. Mucha gente te responde "yo soy ingeniero o yo respondo como economista". En mi caso, yo no sabría cómo responder. Y eso, yo creo, lo trasforma a uno en alguien que tiene una curiosidad por la vida y eso es lo interesante, lo placentero. Yo he escuchado en entrevistas "estoy en la cúspide de mi carrera, ahora que terminé mi carrera", como si la vida fuera un especie de ginkana. Tengo la impresión de que estoy en el medio de la ginkana y que no voy a terminar nunca la carrera.
-Entonces, ¿qué lo llevó a estudiar en el Departamento de Teoría y terminar la carrera?
-Porque siempre he estado con la sensación de que no termino las cosas, porque toda esta teoría que yo te desarrollo, es producto también de una cierta negligencia de no finiquitar las cosas. Entonces dije, "bueno, en algún momento tengo que finiquitar algo". Hay un momento en tu vida, como ahora, en que te piden acreditar. Entonces, yo ahí saco mi título de licenciado y me acredito institucionalmente. Tiene esos dos roles. Uno, cerrar un capítulo, una de las inconclusiones y otro, acreditarme, acreditarme institucionalmente.
-¿Cómo fue volver a ser alumno después de ejercer como docente tanto tiempo?
-Es que fui poco alumno porque tenía que hacer trabajos más que ir a clases. Pero no me complica ser alumno, me encanta. Pero no tenía que ir a clases, tenía que cumplir porque yo entré por el artículo 20 a terminar la licenciatura. Entonces, se me convalidó una buena parte y en la otra me pidieron una serie de trabajos para complementar los ramos. Entonces, no tuve un régimen regular convencional de alumno.
-¿De qué se trata su tesis "Excéntricos y Astutos"?
-La hipótesis es que estamos ante una generación que tiene noción de los materiales que usa, que trabaja sobre un material. A diferencia de otra generación más adulta, que tenía noción de los contenidos, esta es una generación que trabaja sobre el material, haciendo que el material tenga sentido. Y en ese sentido -y esa es un poco la hipótesis de la tesis-, esta es una cinematografía que es excéntrica en el sentido que sale de la centralidad narrativa, se desplaza de la centralidad convencional narrativa, precisamente porque tiene nociones de la materialidad y trabaja operaciones, buscando operaciones y haciendo rendir esas operaciones. Y por otro lado, es astuta porque se desplaza hacia ese lado donde están sus ventajas, donde están sus poderes. Entonces, se descentran del cine clásico, pero al mismo tiempo se descentran hacia un lugar donde está su fuerza y en ese sentido es astuta.
-¿Cómo conjuga la parte teórica con la parte práctica al momento de hacer trabajos audiovisuales?
-Yo creo que ahí la frase que explica eso tiene que ver con la idea de aprender y olvidar, y esa es una frase que yo aprendí en las ciencias, estudiando veterinaria. En anatomía, en veterinaria, uno reclamaba porque tenía que aprender todos lo huesos del caballo, de la vaca, del conejo, entonces el profesor de anatomía decía "en anatomía más vale aprender y olvidar que no haber aprendido nunca". En teoría, yo creo que la teoría hay que olvidarla en el momento de la operación. Yo creo que la teoría se olvida en el momento de la clase porque la clase es un acontecimiento de improvisación finalmente, pero una improvisación que tiene un contexto que ha sido muchos días de estudio. Y la filmación de una película y la escritura de un guión también son eso, son momentos donde uno salta al vacío, pero salta con mejores o peores paracaídas y eso es la teoría. Pero la teoría se aprende para olvidar en el momento de la operación. Jorge Durán, un guionista, decía que en la secuencia estaba la pura pasión y en la estructura estaba la razón. Hay un momento de la teoría pero hay un momento de la pasión. Entonces, yo creo que uno improvisa distinto no más, pero son vertientes que se conjugan sin gran dificultad, al contrario, son súper productivas porque también sirven en el análisis. Y analizar es lo mismo que hacer pero al revés.
-Usted se hizo conocido haciendo documentales pero ahora va a estrenar una película de ficción con el profesor Vidaurre, ¿cómo fue ese proceso?
-Lo que pasa es que con Miguel ángel conversamos todo el día, tenemos oficina juntos y tenemos actividades juntos. Y conversamos de películas, de ciencia. Entonces, "imagínate una película, imagínate una película" y de repente, a mí se me ocurrió una idea -cuando estábamos en el Festival de Valdivia-, de un tipo que anda con un cadáver en el auto y de ahí partimos inventando situaciones de este personaje que anda con un cadáver en el auto. Y de repente empezaron a aparecer ideas y así se fue articulando la película. Fue un proceso de creación colectiva, sistemática y asistemática producto de un lanzarse al aire, cada uno con su buen paracaídas teórico también. Pero la película no está tratando de responder a una hipótesis teórica. La película es independiente, como es independiente el salto en el aire de un tipo con paracaídas.
-Y a usted que es un hombre inconcluso, ¿qué le estaría quedando por hacer?
-No sé, esa es la gracia de la inconclusión. Es que yo no tengo un manual o un listado de cosas por hacer. Uno lo que tiene es un gusto por hacer. De momento tengo ganas de actuar y eso es lo que me tiene entusiasmado. Voy a empezar al filmar una película con un grupo de alumnos que egresaron.
-¿Cómo actor?
Como actor. Y, no sé, me gustaría hacer teatro, me gusta adiestrar perros, me gustan los caballos, me gustan las mujeres. No tengo un listado de tareas por delante, pero la inconclusión es eso. Es algo que uno asume como una especie de motor, de curiosidad y de acción, porque si yo terminé lo que me había planteado en la vida, significa que sé lo que me había planteado en la vida y yo, francamente, no sé.
-¿Nunca lo supo?
No, ni lo sabré.
En "Excéntrico y Astutos", la tesis que Carlos Flores presentó para optar al grado de Licenciado en Teoría e Historia del Arte, analiza las películas El Baño, Play, Sábado y Sagrada Familia. El trabajo del egresado de la Facultad de Artes será publicado por el Departamento de Teoría de las Artes y estará listo a fines de agosto.