Fue en 1977 cuando Jaime Ferrer egresó de la Escuela de Bellas Artes de la Universidad de Chile, emigrando, en 1982 hasta Estados Unidos, donde vive hasta el día de hoy creando e impartiendo clases.
El arista visual, quien ha expuesto en Canadá, Japón, Estados Unidos y Chile, entre otros lugares, presenta el proyecto "Héroe Plástico", utilizando el formato del libro como contenedor de su obra. El artista transita a través de imágenes y comentarios por el mundo cotidiano de una ciudad, que pierde su ordinariez al ser observado por un artista que denuncia el compromiso estético, social y político que tiene con su obra.
"Héroe plástico" es una edición limitada de 500 ejemplares que fue creada en Miami, realizada e impresa por Taller Arte Dos Gráfico de Bogotá y es una obra para ser revisada de manera global, ya que ésta no se detiene en la especialización de las técnicas utilizadas, ni de parámetros académicos, con el fin de que "triunfe la nueva idea".
El concepto del Libro de Artista se ha definido como un soporte más, "como un lienzo para el pintor o como la piedra o el bronce para el escultor", pero sus especiales características hacen de él un medio con unas posibilidades mucho más amplias: el juego con el tiempo, al poder pasar sus páginas, retroceder, desplegarlas y leer un discurso plástico en secuencias espacio-temporales.
Todas estas múltiples combinaciones proporcionan un sentido lúdico y participativo a la obra, ya que el libro de artista se puede ver, tocar, oler, hojear, manipular y sentir.
Este carácter interdisciplinario, permite al Libro de Artista ser el medio de expresión de cualquier movimiento del Arte Contemporáneo, convertirse en poesía visual, en happening, en soporte subversivo, en cuento infantil, en escultura móvil...hasta en novela de ciencia-ficción.
"Mi proyecto con el libro de artista es utilizarlo como un formato diferente al que normalmente invita a un artista plástico. No se trata de una historia con ilustraciones sino también de la concepción de dos tapas que prensan una experiencia, en donde el proceso es irrelevante, dejando de lado la academia con el fin de que triunfe la Nueva Idea", explica Ferrer.
El artista agrega: "Sin pretender ser un Fotógrafo, un Escritor, un Ilustrador o un digitalizador, utilizo todas estas técnicas para construir una obra que no se detiene en la especialización sino en resultado global de ella. "La obra comienza el día que le compro un muñeco de plástico a un vendedor ambulante, y termina el día en que veo el libro salir de la prensa. Es una obra que necesita de la imagen, texto, observador y la privacidad que nos brinda un formato con dos tapas, para su existencia".