Daniela Nicoletti, sobre alimentación en contextos de aislamiento:

"En este momento el foco debe ser cuidar nuestra salud y olvidarnos del tema de hacer dieta"

"En este momento el foco debe ser cuidar nuestra salud"

Las restricciones de movilidad, la incertidumbre y el cambio en las condiciones de vida que ha provocado la pandemia del CPVID-19 sobre la población de nuestro país, sin duda han impactado en nuestras rutinas cotidianas y salud mental. En este contexto, la forma cómo nos relacionamos con la comida, se ha vuelto un ámbito de transformaciones y preocupación para muchos.

¿Qué comemos? ¿Cuánto comemos? ¿Cómo influye nuestro estado de ánimo en nuestra alimentación? ¿Cómo podemos resolver nuestra ansiedad sin que esto implique excedernos con la comida? Fueron algunos de los temas que la psicóloga Daniela Nicoletti trató en los cerca de 40 minutos de la transmisión online hecha vía Facebook Live.

"La alimentación es un elemento fundamental en nuestra existencia, y además de cumplir un rol nutricional cumple un rol psicológico y social. Hay teorías que postulan que este vínculo entre la alimentación y los estados anímicos parten desde que nacemos, porque en el fondo la primera relación importante a nivel afectivo que tenemos es con la persona que nos alimenta. Un bebé recién nacido busca alimentación para satisfacer todas sus necesidades: la de cercanía, de sentirse protegido y abrigado, y desde ahí se genera una impronta que nos acompaña el resto de la vida, y se van generando un montón de situaciones, unas positivas y otras negativas, para las personas en relación a la comida", expresó la profesional, introduciendo al tema de la salud mental y la alimentación en la vida de la población.

A continuación se dio inicio a las preguntas de quienes se conectaron a la transmisión, y que se sintetizan aquí:

Considerando las restricciones de desplazamiento, y que algunos se encuentran en cuarentenas más estrictas, teletrabajando y tele estudiando, ¿es normal que en este período podríamos subir de peso?

Sí, es normal. Ahora, tenemos que tener en cuenta que los chilenos ya veníamos con unos niveles de sedentarismo bien importantes, entonces,  no es que haya un impacto relevante en términos de la actividad física que estuviéramos acostumbrados a hacer en algún momento a quedarnos quietos en la casa. Lo que me parece relevante al respecto, es que en este momento el foco debe ser cuidar nuestra salud y olvidarnos del tema de hacer dieta. En ese sentido tenemos que cuidar las expectativas y los objetivos respecto a nuestro peso y nuestra apariencia física. No es un momento para preocuparnos por subir o bajar de peso, pero la respuesta es sí, podríamos llegar a subir un poco de peso entre las personas que mantienen rutinas de alimentación similares a la cuarentena, pero no debería ser un aumento muy significativo, es decir, no un aumento que no se consiga bajar al retomar una rutina normal.

¿Qué hago si la ansiedad me provoca ganas de comer?

Aquí hay que hacer una precisión súper importante. En general, las personas tendemos llamar ansiedad a las ganas de comer, a ese impulso que tenemos por ir a abrir el refrigerador, buscar alguna cosita. Y este momento de aislamiento social, es súper oportuno para empezar a mirarnos a nosotros mismos, y hacer un ejercicio de auto observación para ver qué me está pasando: tengo ganas de comer porque efectivamente me siento ansioso, o estoy aburrido, o efectivamente tengo hambre.

Un primer ejercicio es poder identificar de dónde viene ese impulso por ir a comer algo. Porque claro, si estoy aburrido, la verdad es que comer me puede entretener un ratito, pero después voy a seguir aburrido, entonces, lo más probable es que necesite otro tipo de estrategias para resolver el aburrimiento. Si lo que tengo es hambre, eso lo voy a resolver. Y si me siento ansioso, la comida puede resolver hasta cierto punto la ansiedad, pero también podemos echar mano de otro tipo de estrategia para resolver eso.

En ese sentido, ¿hay estrategias más precisas para sobrellevar esos episodios en que la ansiedad me lleva a comer?

Hay una serie de estrategias cuando esta ansiedad se enfoca sobre la comida, porque la ansiedad se puede enfocar en otros ámbitos también. Una de estas estrategias tiene que ver con la cantidad y la calidad de los alimentos que uno compra y tiene disponibles dentro del hogar. Controlar eso es una súper buena estrategia. Y ahora que no es tan fácil salir a comprar, si en mi hogar yo tengo disponible alimentos más bien saludables, va a ser difícil que aumente mi consumo de azúcares o gracias. Hay técnicas de relajación también, que ayudan bastante. Ahora, cuando ya hay una patología instalada, y el tratamiento farmacológico es fundamental, y sobre todo en este contexto.

Pensando en contrarrestar estos episodios que terminan en la búsqueda de comida por razones distintas a tener hambre, ¿es aconsejable, por ejemplo, que nos enfoquemos en otras actividades o hobbies en que podamos enfocarnos?

Sí, especialmente si pensamos que en estos tiempos hay personas que tienen menos actividad que antes y el aburrimiento se les instaló en la vida, este es un buen momento para retomar algún hobbie o empezar algo nuevo. Hacer algo que sea grato para la persona, ayuda a disminuir los niveles de ansiedad, a tranquilizarse y a enfrentar la vida de una mejor manera. Esto también es importante para los que hoy se ven sobre demandados de cosas, para ellos es importante disminuir los niveles de exigencia, ajustar expectativas con lo que se puede lograr y darse espacios de relajo.

¿Hay alimentos o algún tipo de bebida como té o mate, recomendado para pasar la ansiedad?

Las infusiones no hacen mal, el agua caliente genera la sensación de saciedad más que el agua fría. Pero al final del día es agua, y si lo que tenemos es hambre, el hambre va a volver igual. No existe mucha evidencia sobre el efecto calmante de algunas hierbas, sí hay personas en que hierbas como la melisa les funcionan, y no está contraindicado usarlas, así que no habría problema en ese sentido.

¿Por qué la comida y especialmente los dulces, nos sirven para calmar la ansiedad? Y vinculado con esto, ¿existen alimentos saludables que nos entreguen esta misma sensación de mayor tranquilidad cuando estamos ansiosos?

Efectivamente el azúcar opera a nivel cerebral como una droga, nos pone contentos, nos tranquiliza y uno busca eso. Opera como una droga también porque cada vez uno requiere más dosis y cada vez dura menos el efecto. Entonces, es súper complicado, y en especial en estos momentos, salirse de ese circuito. Más allá de algún elemento que probablemente los profesionales de la nutrición podrán aconsejar, mi recomendación es que la actividad física produce un efecto muy similar pero no es inmediato, pero si a la semana o a los diez días de hacer una actividad física más o menos permanente, ya me voy a empezar a sentir con menor ansiedad y más activo. Bajo condiciones ideales, que sé que no son las actuales, es aconsejable ir cambiando paulatinamente los dulces por un poquito de actividad física.

Si en general este momento puede impactar nuestra relación de la comida producto del estrés y la incertidumbre, ¿qué pasa con quienes ya tenían previamente algún trastorno alimenticio? ¿Puede intensificarse? ¿Deben tomar algún resguardo especial?

Los trastornos alimentarios, pensando básicamente en anorexia, bulimia y obesidad, tienen un componente ansioso bastante importante, y aquí me voy a detener en lo que es la ansiedad, que es una sensación normal para todas las personas.

El organismo entra en un estado de activación para resolver un problema, y esto surge desde la incertidumbre. Entonces, si uno lo piensa, esta crisis nos plantea frente a una incertidumbre enorme. No sabemos qué va a pasar, no sabemos cuánto tiempo vamos a estar encerrados o teniendo que trabajar desde casa, entonces es normal que sintamos ciertos montos de ansiedad, ahora, esto tiene ciertos niveles. Hasta cierto punto la ansiedad es normal, y es normal sentir un poco de inquietud durante el día, pensar reiterativamente en lo que nos está pasando. Ahora si la ansiedad aumenta a niveles en que nos sudan las manos o sentimos que el corazón se nos acelera, es importante buscar ayuda médica. Si bien el llamado en general es a no saturar los centros de salud es importante que continuemos nuestros tratamientos o iniciemos tratamientos cuando corresponde. Quienes ya venían con trastornos de alimenticios o problemas de salud mental tienen que cuidar con mucho énfasis sus tratamientos porque estamos en un escenario que genera ansiedad, entonces, es algo que se puede disparar cuando ya están presentes ciertos cuadros clínicos.

¿Qué hábitos nos pueden servir durante este período para mantenernos saludables en términos generales y en particular respecto a la alimentación?

En general, siempre la idea es poder conservar rutinas. Nuestro organismo necesita rutinas de sueño, de descanso, de alimentación, de actividad. Y en la medida que nosotros vamos cumpliendo esas rutinas en el encierro, le vamos mandando mensajes nuestro organismo. Si en la mañana iluminamos la casa, le estamos mandando un mensaje a nuestro organismo que es hora de activarse, si nos movemos un poquito vamos a tener mayor disposición incluso a nivel cerebral para realizar actividades. Y si mantenemos un cierto orden en la alimentación, nos ayuda a que no nos llegue a dar mucha hambre, porque cuando uno ya tiene hambre es capaz de comer mucho en poco tiempo.

Es aconsejable seguir una rutina deportiva diaria o al menos mantener una frecuencia semanal para mantenernos activos? ¿Con que frecuencia esto nos podría servir también para mantener nuestro ánimo?

Sin duda la realización de actividad física ayuda en la salud mental, hay una relación bastante estrecha en la práctica de actividad física y la salud mental de las personas. Ahora, hay que considerar que no es fácil, muchos estamos encerrados en espacios pequeños con nuestros hijos u otras personas, los tiempos se acortan también porque hay que hacer un montón de actividades entonces tampoco hay que ponerse una expectativa tan alta.

Insisto con las expectativas que uno se impone a sí mismo: este no es un momento de establecer rutinas nuevas, ya nos cambió la vida, agregar un momento más es agregar más estrés y más ansiedad. Hacer actividad física sin duda siempre es recomendable. Ahora que muchos no se trasladan al trabajo, puede reemplazar ese tiempo que antes era de traslado para realizar alguna práctica física, en redes sociales hay un montón de actividades que podemos hacer en la casa, si tenemos niños podemos poner música y bailar, eso ya nos ayuda. Entre 20 a 30 minutos diarios es una súper buena frecuencia de actividad física o una hora tres veces a la semana, también es una muy buena frecuencia. Pero esa recomendación no debe estar por sobre la recomendación de no agregarnos más estrés a nuestras rutinas.

En general en nuestra vida sin pandemia y ahora durante el aislamiento, ¿es recomendable mantener un registro del peso o eso es algo que deberíamos hacer ocasionalmente?

Depende mucho de la persona. En general, no es recomendado llevar un registro individual del peso por varios motivos: las balanzas que uno compro se descalibran muy fácilmente, entonces no arrojan un registro certero del peso, pueden cambiar de un día a otro y eso te puede generar más ansiedad. Sí es recomendable tener un control, pero asesorado por profesionales

Contrario a la ansiedad, si toda esta situación me lleva a perder el apetito, ¿qué se puede hacer?

La idea es tratar de buscar las cosas que les agraden comer, no forzarse. La recomendación de los horarios es similar respecto a la gente que le aumenta el apetito: es súper importante mantener rutinas de alimentación, desayuno, almuerzo, algo a media tarde y luego una cena liviana en la noche, y buscar alimentos que agraden, la idea no es sufrir mientras uno se esté alimentando.

Si he tenido cambios muy bruscos en mi peso durante estas semanas, ¿debo consultar un especialista? ¿Existen grupos de apoyo para personas con este tipo de problemas?

En una persona que no tiene una patología previa no debería haber cambios bruscos de peso. Un cambio brusco de peso, de un 5 o 10 por ciento del peso de una semana a otra, puede estar indicando otro tipo de problema y de todas maneras es recomendable por ayuda profesional, más allá de recurrir a un grupo de apoyo

Si desde el inicio de este aislamiento estoy durmiendo muy poco y he bajado de peso, ¿debo consultar a un especialista?

Los tiempos de sueño son bien variables en todas las personas. Un mínimo razonable de descanso para un adulto, son cinco horas. Si la persona está durmiendo menos que eso y esto ya lleva unas dos o tres semanas, es importante consultar por apoyo profesional. Si esto además está acompañado por una disminución del peso, más aún debería consultar. El insomnio puede ser un síntoma súper frecuente en estos tiempos, pero necesita tratamiento cuando es sostenido en el tiempo.

¿Existen ciertos hábitos que nos ayuden a dormir mejor?

Cuando ya empieza a bajar la luz, la idea es empezar a desconectarse de las pantallas, del computador, del teléfono, buscar actividades más tranquilas como lecturas, si uno está en familia puede ser algún juego de mesa, empezar a disminuir el ritmo. Respecto a la alimentación es importante no ingerir alimentos pesados de noche, y recordar que el azúcar nos activa, la cafeína nos activa, y hay organismos más sensibles a ese tipo de compuestos, entonces, consumir tarde, ya cerca de la hora de dormir no es recomendable.

Respecto a los adultos mayores, que tienen mas dificultades a la hora de acceder a alimentos en este momento por un tema de movilidad y de dinero, ¿qué alimentos priorizar al momento de organizar sus rutinas de alimentación?

La recomendación es que no modifiquen lo que ya venían haciendo. Quizás sería un buen momento de incorporar los programas de alimentación complementaria que ofrecen los CESFAM, en que les ofrecen un alimento bien balanceado y nutritivo dirigido especialmente para ese grupo etario, y que es como una especie de sopa con la que se pueden hacer muchas recetes agradables para ellos.

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