"Encontrar factores circulantes en la sangre que se asocien a un envejecimiento cerebral saludable”. Ese es el objetivo del proyecto que dirige María Isabel Behrens, neuróloga del Hospital Clínico de la Universidad de Chile y directora del CICA, integrado por un equipo multidisciplinario, formado -entre otros- por el doctor Felipe Salech, geriatra e integrante del centro.
“Para desarrollar este proyecto nos basamos, en primer término, en avances científicos que han identificado factores antienvejecimiento circulantes en el plasma sanguíneo en modelo animal. Y, en segundo lugar, en aplicar este conocimiento para estudiar a un grupo específico de adultos mayores, compuesto por individuos que han mostrado un envejecimiento extremadamente saludable y que en la literatura se conocen como los 'super agers' o 'súper ancianos"': personas que por alguna característica específica llegaron a una edad muy avanzada notoriamente mejor que la media de la población, y en particular para esta investigación, en el área cognitiva. Es decir, ancianos que desde el punto de vista mental están extraordinariamente bien”, explicó Salech.
De esta forma, el proyecto URedes de la Vicerrectoría de Investigación y Desarrollo de la U. de Chile, fue la oportunidad para que investigadores del CICA se vincularan a científicos del INTA. Esto, a partir del trabajo que desde el año 2000 realiza la doctora Cecilia Albala con el seguimiento de dos cohortes de adultos mayores, denominadas “Sabe” y “Alexandros”, compuestas por personas que en la actualidad tienen entre 85 y 87 años, y que han sido estudiados de manera sucesiva en materia de epidemiología nutricional, lo que ha permitido conocer los principales determinantes de los cambios producidos durante el envejecimiento.
Entre sus miembros, el equipo liderado por la doctora Behrens cuenta con el doctor Patricio Fuentes, neurólogo de la sección de geriatría del HCUCH, y por Daniela Ponce, biotecnóloga y coordinadora del CICA, formando junto a otros académicos del centro un grupo multidisciplinario que trabajará en caracterizar clínicamente a los sujetos y molecularmente sus muestras de plasma.
A estos “súper ancianos” se les evaluará cognitivamente mediante la aplicación de diferentes exámenes, entre los que se encuentra el “Minimental”, un test que explora mediante estas pruebas áreas tales como la memoria, la capacidad viso espacial, y de orientación, entre otras, en las que estos “super agers” marcan 30 de 30 puntos, “similar a lo que se obtendría un sujeto joven sano”, añadió el doctor Salech.
Además, el académico señaló que el proyecto se complementará con otras pruebas, entre ellas, entrevistas a los participantes del estudio y su familia, a fin de "ver cómo ha evolucionado en el último año con el plan de definir como super agers a aquellos que obtengan un Minimental sobre 30 y, además, no reporten un declive en los últimos 12 meses. Esperamos armar un grupo de unos 30 pacientes en estas condiciones, de un total de 5.000 pacientes, aproximadamente, incluidos en las cohortes seguidas por la doctora Albala”.
Comparaciones actuales y retrospectivas
“En nuestro proyecto vamos a comparar componentes del plasma de estos 'super agers' con una población control normal proveniente de las mismas cohortes. Sin embargo, parte importante de la potencia de nuestro proyecto se basa en que –producto del trabajo del equipo liderado por la doctora Albala en el INTA- existen muestras de plasma guardadas del momento en que estos sujetos fueron incluidos en las cohortes, hace unos 17 años, lo que nos permitirá ver también como se comportaron estos factores en el tiempo", explicó el doctor Salech.
Además de lo anterior, los investigadores van a buscar factores que ya han sido descritos en la literatura, lo que funcionará como control experimental, y permitirá validarlos en población chilena. Buscarán también otros que no han sido estudiados previamente, entregando una perspectiva exploratoria. Estos dos objetivos permitirán, más allá de los resultados específicos que se logren de las comparaciones, obtener mucha información para sentar las bases de futuros estudios, ya que en la medida que se analicen muchos de estos factores, posiblemente podrán asociarse a otros hechos, como por ejemplo mayor potencia muscular, menor número de caídas y hospitalizaciones.
En relación a las aplicaciones de esta investigación, el doctor Felipe Salech señaló que van por dos vertientes, una diagnóstica y otra respecto de una eventual terapia. “En términos diagnósticos, cuando se sabe qué factores se comportan distinto, quizás se podría predecir cuál va a ser el devenir del paciente. Y desde lo terapéutico, estudiar, primero en modelos in vivo, si posibles modificaciones de los biomarcadores en el plasma determinan cambios en el curso del envejecimiento”.