Pensar y accionar en el espacio público a partir de conceptos como Intersticio, Huellas, Espacios de silencio, Espacios de lejanía y Matrices callejeras fue uno de los objetivos de Poéticas de la intemperie, proyecto dirigido por Francisco Sanfuentes que se tradujo en recorridos y registros en torno a la calle, así como en la generación de distintas experiencias y propuestas artísticas. "La invitación era a encontrar y documentar zonas que dialogaran con esas categorías, categorías que nos permitían pensar la calle o el espacio público desde un lugar en específico en medio de lo multiforme y polisémico que éste es", explica Francisco Sanfuentes sobre esa experiencia que será recogida en un libro y también en la exposición del mismo nombre que este lunes 18 de noviembre se inaugurará en la Sala Juan Egenau.
Dicha muestra reunirá las propuestas de Bárbara Vergara, Sebastián Robles, Carlos Gómez, Cristóbal Bouey y Francisco Sanfuentes, quienes realizaron una serie de intervenciones individuales y/o colectivas en el espacio público a partir de lo que gatilló en cada uno de ellos los conceptos propuestos en el marco de este proyecto, "enfatizándose aspectos distintos en cada intervención así como modos de ver la ciudad que en ningún caso deben ser entendidos como absolutos o como los más pertinentes, sino sólo como una lectura que da cuenta de momentos y experiencias parciales y acotadas", explica el académico y director de este proyecto sobre el proceso de trabajo que antecedió la creación de las obras que se exhibirán en Poéticas de la intemperie.
De allí que esta muestra se haya planteado como una exposición que debía ir más allá de los registros para que las obras que finalmente la conformaran fuesen capaces de "hacer comparecer en la Sala Juan Egenau, y de forma experimental, la experiencia que los artistas habían tenido en el espacio público", señala Francisco Sanfuentes respecto a lo que persiguen las propuestas que se podrán apreciar en esta exposición, obras en las que los problemas del espacio público han sido pensados y abordados "desde el área gráfica y el grabado como lugar convocante, principalmente por su relación íntima con la materialidad de la superficie como una suerte de piel, con los indicios que entrega la calle o con la noción de huella que es uno de sus modos de ser", añade el artista y académico del Departamento de Artes Visuales.
En ese contexto es que Sebastián Robles presentará un gabinete en el que exhibirá objetos que recopiló en lo que quedaba de una construcción que se incendió en Lonquimay, trabajando con elementos anexos que evocan la idea de la ruina quemada para traer esa experiencia hasta el espacio expositivo. Carlos Gómez, en tanto, proyectó en distintos puntos de la ciudad de Santiago una serie de fotografías de Coyhaique sobre recipientes que contenían líquidos, acción a partir de la cual propondrá una síntesis en la luz que baliza el paisaje y el reflejo sobre el piso de la sala en la Sala Juan Egenau.
"Una baliza es un objeto utilizado como señalizador. Su función es indicar un lugar geográfico o incluso un punto de peligro potencial. Los topógrafos hablan de 'balizar' para referirse a la acción de marcar y dar énfasis a un lugar en relación a otros. Éstos prestan solución por su visibilidad y aseguran el poder hallarlos posteriormente", explica Carlos Gómez sobre esta propuesta que compartirá espacio con la obra de Cristóbal Bouey, quien trabajó a partir de una serie de recorridos que hizo en un cementerio, búsqueda que en la muestra se traducirá en una obra elaborada con frotados e imágenes capturadas en la calle. Bárbara Vergara, en tanto, y quien actualmente estudia una maestría en México, envió para esta exposición unas piezas realizadas con restos de tierra recolectada en El Zócalo de Ciudad de México.
"Y lo que yo traslado a este espacio es la experiencia de registro e intervenciones que hice en el Hospital Psiquiátrico, donde la captura del muro, a modo de huellas fotográficas, son traspasados mediante procesos de serigrafía sobre metal, conformando una instalación que pretende generar una especie de cuerpo analógico al cuerpo del muro", explica Francisco Sanfuentes sobre la propuesta que expondrá en esta muestra. "Finalmente, todas las obras que se van a apreciar, dialogan y tienen su origen en la experiencia que cada artista tuvo afuera, en la calle. Entonces, si pudiéramos definirla, diríamos que es algo así como una especie de reconstrucción libre de aquella experiencia, desde la intervención, la observación o el recorrido", agrega.
Y tomando en cuenta el origen de este proyecto, ¿por qué optó por trasladar esta experiencia a una sala?
Porque una cosa es la experiencia que se agota a sí misma, que se relaciona con el transeúnte y que muchas veces es precaria y va a pérdida de la calle, y otra cosa es plantear una obra de sala que dé cuenta y traslade hasta la sala algo así como el modelo, el motivo y el mensaje que originó esa intervención que fue provocada por el afuera, en el espacio público. Por lo tanto, no se trataba de trabajar desde la abstracción, con el paisaje visto digitalmente a través de las redes o con la escena del arte, sino que era el campo abierto del espacio público el que debía generar esta serie de intervenciones así como las obras que se expondrán en esta exposición, las que seguirán haciendo referencia al espacio público.
Con entrada liberada, Poéticas de la intemperie se inaugura este lunes 18 de noviembre, a las 18:30 horas, en la Sala Juan Egenau (Las Encinas 3370, Ñuñoa, al interior del Campus Juan Gómez Millas de la Universidad de Chile), espacio en el que se podrá visitar de lunes a viernes, de 10:00 a 21:00 horas, hasta el próximo 29 de noviembre.