Licenciado en Artes Plásticas y Magíster en Artes Visuales de la Universidad de Chile:

Miguel Cáceres: "El arte es el terreno de la interdisciplinariedad por definición histórica"

Miguel Cáceres: "El arte es el terreno de la interdisciplinariedad"

"En estricto rigor, nos constituimos bajo ese nombre dado que el Consejo de Monumentos Nacionales reconoció nuestro esfuerzo por hacer un Museo de Historia Natural en junio de este año, nombrándome director, cuestión que me parece rara, divertida e importante. Metafóricamente, nos gusta pensar que la idea de este proyecto siempre ha estado inmersa en nuestras acciones formativas, aunque sea en forma de mito. Cuando éramos niños y pasábamos veranos enteros en las instalaciones de una salmonera frente a Puerto Natales en una bahía de nombre Caleta Délano, Benjamín y yo salíamos en pequeñas excursiones a la playa y al bosque con el único objetivo de observar, capturar y contemplar animales; la máxima dicha era tocarlos, medirlos ingenuamente para interpretar las funciones de sus formas".

Así responde Miguel Cáceres al preguntarle por el origen del Centro de Interpretación de la Historia Natural, Museo Faro San Isidro, construcción ubicada en el extremo sur de la Península Brunswick que este artista comenzó a visitar con cierta regularidad luego de que su padre empezara "a ejecutar un proyecto de turismo que se erguía en los terrenos del Faro San Isidro, una pequeña hostería que para funcionar comercialmente, se le puso el requisito de restaurar el alicaído Faro, abandonado y expuesto a la destrucción natural de la fatiga de los materiales y a la brutalidad del hombre, quienes destruyeron por completo y se robaron casi toda la madera y la techumbre del inmueble", cuenta respecto a ese proceso de restauración que finalizó en el año 2004, reconstruyéndose con la promesa de transformarse en un Museo de Sitio.

Sin embargo, y terminada esa tarea, junto a su hermano Benjamín, hoy biólogo marino, pensaron en reformular ese proyecto "desde el turismo hacia la estructuración institucional de un andamiaje complejo que permita insistir en la reinterpretación de lo natural o de la Historia Natural, cuestión que no se hace desde hace más de un siglo", explica Miguel Cáceres, quien así se propuso "hacer converger la mayor cantidad de posibilidades y operaciones para que eso ocurra, desde el montaje y la instalación de los objetos de la muestra, hasta las posibilidades de generar archivo, documentación e investigación a partir de poéticas pero también de desarrollo científico y conservación del patrimonio natural en Magallanes, que sigue siendo una zona bastante prístina pero de cierta aridez misteriosa en ese sentido".

En ese contexto, el cumplimiento en el año 2020 del quinto centenario de la primera navegación por el Estrecho de Magallanes les permitió ver en este proyecto una oportunidad para preguntarse también por los mitos fundacionales de nuestra territorialidad. "Las intenciones por amarrarse de este hito hacen necesariamente útil y productiva la pregunta por nuestro territorio, siendo que el descubrimiento de Chile por el norte es posterior a la entrada de Magallanes por el extremo austral. Asimismo, Darwin arma su teoría a bordo del Beagle, iniciando desde la navegación por el Estrecho de Magallanes su recorrido por Chile, lo que al parecer es una antesala a la teoría completa que logra armar en Galápagos en el mismo viaje", explica al respecto este egresado de la Facultad de Artes de la Universidad de Chile.

Concretamente, ¿con qué objetivo se fundó este Centro de Interpretación de la Historia Natural?

El objetivo más inmediato, o con la idea que comenzamos a trabajar, fue y sigue siendo armar una colección de flora y fauna con especial énfasis en explorar nuevas articulaciones y categorías de montaje, presentación y representación que logren dar con una construcción conceptual de lo que entendemos por "interpretación de la historia natural". Para eso, convivimos enmarcados en muchas horas de trabajo en el taller, donde Benjamín me ha estado enseñando las técnicas de montaje de la anatomía comparada y yo he ido pensando nuevas lógicas de presentación, asociación y combinaciones de las materialidades y objetos. En corto tiempo logramos una sincronía interesante, en que nuestras disciplinas aprehendidas académicamente se han fundido o disuelto; a ratos uno parece estar hablando desde el problema Arte-Ciencia como si fuese un terreno sólido o una dialéctica estable, cuestión que no es así. De esta forma, para volver a la pregunta, creo que el objetivo más importante o trascendente de todo esto, es indagar en las posibilidades de las categorías inter, trans y multidisciplinario, territorios que, si bien, están siendo muy interpelados, han sido y siguen siendo una especie de promesa no cumplida ante la crisis de la atomización del conocimiento en departamentos, asignaturas, ramos, ramas, que no son otra cosa que la atomización del pensamiento mismo.

¿Por qué plantearse la tarea de reconfigurar nuestra territorialidad en este momento en particular?

Porque el contenido de todos los viajes épicos que mencioné, son el andamiaje que hoy consolida una especie de pensamiento en decadencia, o al menos, en crisis; nuestra intención es revisar y exponer en qué consiste esa crisis para arremeter sobre nuevas posibilidades de montar discursos, pensar el conocimiento en su práctica y explorar in situ la geografía, cuestión que hacemos cada vez que realizamos recolecciones de animales y plantas. Pero también, en julio tuve la posibilidad, a través de compañeros que creyeron en todas estas cosas, de hacer un primer acercamiento a lo que llamamos un "levantamiento audiovisual" en la punta norte de Tierra del Fuego. El resultado fue una cantidad de documentos audiovisuales que contienen o construyen una mirada muy especial de entender el territorio, la geografía y las prácticas que hacen de ese territorio geográfico lugares remotos, difíciles, con una cantidad de subtexto y literatura, si se quiere, escasamente tocada y/o interpretada. Eso es lo que quisiera, se entendiera por "reconfigurar nuestra territorialidad", a través de la deconstrucción de las prácticas de registro y técnicas (o tecnologías) que permiten pensar los territorios, o darles un cuerpo.

Más allá de la cercanía geográfica, ¿qué los lleva a centrarse en el quinto centenario como hito para iniciar esa tarea?

Primero, habría que hacer la salvedad de que, cuando se habla de primera navegación, se está diciendo en realidad la primera llegada de las instituciones y pragmáticas coloniales que derivan en imperialismos occidentales, ya que mucho antes de eso, el canal ahora conocido como Estrecho de Magallanes era navegado, pensado y territorializado por los canoeros prehispánicos ya desaparecidos, dada su imposibilidad material de hacer frente al nuevo mundo. Esta cuestión no es puro sentimentalismo, ya que creemos que hacer el esfuerzo de pensar el quinto centenario es también revisar, una vez más, todos los mitos coloniales supuestamente fundacionales, desde, por ejemplo, las políticas editoriales hasta los llamados centros de productividad epistemológica versus sus respectivas periferias. Hecha esa aclaración, personalmente siempre he tenido mucha distancia con los discursos que dicen relación con el mito Bicentenario, incluso con aquellos de carácter crítico. Creo que estar a siete años de cumplirse los quinientos años de la navegación que hiciera Fernando de Magalhanes por el Estrecho que hoy lleva la traducción de ese apellido, es una posibilidad política en términos de construcción simbólica muy interesante, ya que permite posibilidades de revisión, reestructuración y reconfiguración a partir del anexo de lo que podrían ser trescientos años más de historia institucional o, si se quiere, de deconstrucción histórica de las distintas institucionalidades que se hacen a sí mismas en mitos que parecieran estar fijos, siendo que sabemos que ese es otro mito, el de la perpetuidad de los discursos o andamiajes originarios u originales. En ese sentido, veo la posibilidad enmarcada en este hito de crear intenciones o voluntades que lleven a pensar una reconstrucción o reconfiguración territorial simbólica, que permita la eclosión de lo multicultural enmarcado en un proyecto por levantar, producir/generar, interpretar e interpelar archivos y documentos con miras a generar otro tipo de vínculos, menos empaquetados en discursos crípticos que caen en un especialismo y espacialismo un tanto obsceno dado el nivel de centralismo que hoy caracteriza a Chile, que es el lugar que ocupa la Academia hoy.

¿Cómo se han organizado para ir construyendo ese archivo del que hablas?

Eso es algo que debe ir construyéndose independientemente de nosotros. Benjamín y yo podemos tener líneas, códigos políticos o fijar metodologías de trabajo, pero es en la medida en que podamos trabajar con personas e instituciones interesadas en producir archivo experiencial e iniciar investigaciones de todo tipo que converjan sobre estos asuntos y la proliferación de otros, la forma en que esos criterios van a ir apareciendo. En todo caso, tampoco se trata de pecar de buena onda, decir: todos están invitados, o cualquier cosa me sirve porque en la multidisciplina todos somos omnívoros. Queremos dejar en claro que para nosotros el andamiaje Arte y Ciencia no existe, o por lo menos no lo vemos por ningún lado, salvo en intenciones de maneras de pensar o articular metodologías. Por lo pronto, tenemos muy claro que Arte y Ciencia no consiste en armar viajes a la Antártica para que fotógrafos o pintores ilustren el quehacer científico, pero también pensamos que es peligroso asegurar o establecer categorías justamente cuando lo que estamos tratando de hacer es unificar lógicas de pensamiento y no fundar otras nuevas para atomizar o fragmentar más aún el panorama actual. La única lógica que tenemos, es invertir muchas horas en el trabajo de taller, eso, asociado a la ampliación de la muestra, lo que permite armar relaciones, porque si de algo nos hemos dado cuenta es que nos guste o no, todo está relacionado, por lo que construir un archivo de la historia natural debiese tender a producir un punto de vista en ese sentido común, entender "todo" como "todo" (por más imbécil que eso suene).

En ese sentido, ¿qué disciplinas se han cruzado en el levantamiento y ejecución de este proyecto?

Como te decía antes, yo pasé por la Facultad de Artes, pasé por Plástica con mención en Pintura y luego ingresé al Magíster en Artes Visuales, de donde me titulé este año, sin embargo, también he sido cocinero y lavaplatos en lugares impresionantes y otros francamente insoportables. Al mismo tiempo, ya desde hace un par de años trabajo en docencia tratando de darle un espacio a los asuntos interdisciplinarios y sus rendimientos formativos en los niños. Benjamín egresó de Biología Marina en la UACH y hace unas semanas consiguió titularse. Mi tesis de magíster consistió en explorar ciertas zonas de mi trabajo en que era productiva la idea de historia natural, siendo un concepto llevado desde la pintura hasta otras materialidades más afines a esas lógicas de trabajo, principalmente el video y su rendimiento instalativo. Por su lado, mi hermano es muy activo, muy deportista, pero yo siempre lo he asociado con algo más performático que competitivo; por ejemplo, hace unos años cruzó nadando el Estrecho; su tesis la hizo en una colonia de elefantes marinos en Bahía Ainsworth, un lugar prácticamente inaccesible, con un clima horrendo y con cero expectativas de los expertos, ya que para lograr reunir los datos debió estar ahí alrededor de cinco meses viviendo en carpa, un estudio de campo fantástico que ya nadie hace. De la misma forma, como antes mencioné, logré armar un grupo de grabación para ir a experimentar los primeros alcances de posibles trabajos audiovisuales con personas inquietas, raras y muy trabajadoras. Para esa ocasión viajó desde Santiago, el antropólogo Danilo Petrovich, el fotógrafo Manuel Martinic y el biólogo Cristóbal Venegas, quien viaja constantemente a Puerto Williams a estudiar el comportamiento del rayadito, un pequeño pajarito que vive en los bosques más australes del mundo. De esta manera, esperamos seguir trabajando con esfuerzos personales y ojalá institucionales.

¿Cuál es el vínculo que estableces particularmente entre esta iniciativa y las artes visuales?

Desde el segundo año de magíster me ronda la idea de que las artes visuales se vaciaron, en el sentido de que ya no es posible hacer arte en serio (no decoración ni ilustración de discursos personales y/o institucionales), o iniciar procesos de investigación metodológica en el plano artístico sin fagocitar otros terrenos, es decir, creo bastante convencidamente que el arte es el terreno de la interdisciplinariedad por definición histórica, y que probablemente no sea sólo una cuestión moderna o posmoderna, estoy pensando en el Renacimiento o en la cuestión del artista como científico, asunto que se rompe en el siglo XVIII por causas de dominios técnicos en constante proliferación.

Y desde ese punto de vista, ¿en qué podría traducirse una posible colaboración con una unidad como el Departamento de Artes Visuales?

Obviamente, cualquier colaboración tiene que ver con recursos, sin embargo, el asunto para discutir y llegar a alguna parte es qué se entiende por recursos. Primero que nada, mi acercamiento a la Universidad tiene que ver -dejando de lado la parte emotiva, que sí me ata a la Chile como ex alumno y a sabiendas de su tremenda crisis que vive desde la dictadura en adelante en desmedro de lo que la Universidad debería ser- primero, con una convicción política e ideológica. Pienso que la Universidad tiene el deber moral de rearticularse y recuperar, como sea, su proceso de expansión en la tarea de generación del espacio público. De esa manera, ya que estamos en este proyecto y nos interesa producir acercamientos con instituciones académicas, me es impensable ir a otra parte que no sea la Universidad de Chile; al menos en una primera instancia. Por otro lado, el interés estratégico que actualmente ha manifestado la Facultad por la región de Magallanes, a través del plan de descentralización de las Artes, es sin duda una coincidencia que hay que tratar de productivizar. Finalmente, dada mi formación y los asuntos que ésta me ha hecho pensar, creo sinceramente en que el estado actual de las artes, hace, como te decía antes, que las artes visuales sean un terreno desde el cual se puede acceder a nuevas categorías de interpretación de la Historia Natural, ya que los artistas, supuestamente, se dedican a trabajar con la desnaturalización de las categorías clásicas. Soñando, lo interesante o lo que creo que tendría más rendimiento para nosotros y la misión que hemos tratado de explicitar, sería establecer un canal que permita la realización de viajes de académicos y alumnos de la Facultad (y de otras Facultades, como el departamento de ecología, veterinaria, antropología, literatura, filosofía, etc.) en forma de pasantías o en función del mecanismo acordado mediante la postulación a fondos que digan con esta misión, para llevar a cabo la múltiple generación o proliferación de archivos de distinta índole, que se enmarquen en una especie de experiencia por dejar experiencia interpretativa alojada en anales de diferentes formas, materialidades, arquetipos y formatos, para así trabajar una intensión de explorar terrenos dejados de lado displicentemente por distintas razones de distintas disciplinas.

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