Realizado en Ciudad de México, en julio de 2009:

Claudio Guerrero participó en Congreso Internacional de Americanistas

Claudio Guerrero participó en Congreso Internacional de Americanistas

Entre el 19 y el 24 de julio se desarrolló en Ciudad de México el quincuagésimo tercero Congreso Internacional de Americanistas, que tuvo como lema "Los pueblos americanos: cambios y continuidades. La construcción de lo propio en un mundo globalizado". Claudio Guerrero, egresado de la Licenciatura en Teoría e Historia del Arte de la Universidad de Chile, fue uno de los ponencistas seleccionados para participar en esta importante actividad que se organiza desde 1875 y que, según cuenta, "funciona a través de simposios".

Seleccionado para participar en dos simposios, uno sobre Educación Artística en América Latina durante el siglo XIX y otro sobre Imaginarios Latinoamericanos, Claudio Guerrero abordó, en el primero de éstos, los problemas metodológicos que implicaría este acercamiento a la educación artística en Chile, cuestión que desde su perspectiva, estaría vinculado a las pocas fuentes existentes y a problemas historiográficos que se traducirían en la ausencia de categorías para acercase al problema de estudio.

"Como yo sabía que iban a participar investigadores de diferentes países, opté por abordar este problema a través de temas más transversales, mediante los cuales podíamos iniciar una discusión e intercambiar experiencias. Entonces, lo que finalmente hice fue identificar los paradigmas metodológicos que estuvieron presentes en la formación de la academia durante el siglo XIX", explica este egresado de la Licenciatura en Teoría e Historia del Arte de la Universidad de Chile.

¿Abordando el caso de Chile o más bien en términos transversales?

De Chile, pero con una voluntad comparativa. Entre 1750 y 1850 se formaron diez academias en América Latina -con diferentes nombres- que estuvieron vinculadas a la ilustración y la ideología de los criollos que querían la independencia, entre otros, cuestiones que pasaron a ser los paradigmas que hicieron que estas academias se formaran compartiendo cierto carácter. Además, presenté algunos indicios sobre cuáles serían las hipótesis que, hasta el momento, hemos identificado a partir de esos paradigmas, que tienen que ver, por ejemplo, con la importancia que se le dio a la enseñanza del dibujo, una cuestión transversal a todos los países. La intención siempre fue que se abordará con el afán de comparar los procesos.  

¿Pudiste comprobar en el Congreso la transversalidad de los paradigmas que identificaste?

Creo que en buena medida sí. De todas formas, había temas que a ellos no les quedaban muy claros porque uno también tiene diferentes lecturas. Pero, en general, se pudo observar mucho paralelismo, lo que quedó como guión para todo el simposio sobre Educación Artística en América Latina en el siglo XIX, destacándose algunos paralelismos que tienen que ver con los tiempos en que suceden estas cosas, las ideas y discursos que predominaban, el tipo de obras que se producían y los artistas extranjeros que circulaban por América Latina.

¿Eso tiene que ver con un diagnóstico sobre lo que sucede hasta el día de hoy o centrándose en un periodo histórico determinado?

En mi caso, hablé desde finales del siglo XVIII a inicios del siglo XX, pero centrándome en la mitad del siglo XIX, periodo histórico que se repitió en varios ponencistas que abordaron el tema de la academia artística. Quienes hablaron de la historia de la educación musical se inclinaron hacia lo más contemporáneo, que en el caso de los mexicanos fue muy interesante porque tienen todo un tema con el nacionalismo de los años 30 y con cómo influyó el proyecto nacional en la educación artística. Los colombianos y brasileños también presentaron trabajos sobre el tema de la música, también del siglo XX, pero en lo que respecta a la academia de arte, fue fundamentalmente del siglo XIX.

¿A qué crees que se debe el interés por abordar ese periodo histórico?

Creo que se debe a que en la mayoría de los países, el siglo XIX en América Latina no está lo suficientemente estudiado. Recién desde hace 20 ó 30 años se le está dando importancia y han comenzado a aparecer nuevas instrumentales y metodologías, así como estudios bien novedosos respecto a ese periodo histórico. Imagino que a eso se debe el interés que está despertando, a lo que habría que sumar que las academias en el siglo XIX fueron mucho más fuertes en la conformación de su campo artístico, porque no existían otras instituciones o grupos con lo que pudieran perder su hegemonía.

"El siglo XIX tiene muchos mitos respecto a la educación artística"

Gran parte de los antecedentes que Claudio Guerrero dio a conocer en el Congreso Internacional de Americanistas fueron recabados durante la investigación "Historia de la Educación Superior Artística en Chile: desde la Fundación de la Academia de Pintura en 1849, hasta su traslado al edificio ubicado en el Parque Forestal en 1910", que realizó junto a Eva Cancino, Isidora Parra, Kaliuska Santibáñez, Natalia Vargas y Pablo Berríos, todos egresados de la Licenciatura en Teoría e Historia del Arte de la Universidad de Chile, tras obtener un Fondart en la Línea de Fomento a las Artes en el año 2008.

Actualmente, este grupo de egresados de la Facultad de Artes están afinando los últimos detalles de la investigación, articulando los textos que se transformarán en un libro que pretende construir la historia de la educación superior artística en Chile en un periodo determinado. De allí que el trabajo haya implicado construir un relato capaz de articularse productivamente con otros relatos, existentes o por construir, tales como la historia del arte en Chile, la historia de las ideas en Chile, la historia de las academias en América Latina, entre otros.

"En estos momentos estamos articulando la introducción, donde justamente está presente todo este tema de los paradigmas ideológicos que son relativamente compartidos en América Latina. Respecto a ese punto en particular, fue muy importante comprobar en la práctica lo que era más bien una intuición. Hay discursos muy parecidos en lo que tiene que ver con dibujo, con las referencias a artistas franceses, a artistas italianos, entre otros", explica este egresado de la Licenciatura en Teoría e Historia del Arte.

Pero la investigación ya está finalizada, ¿no?

En la práctica está terminada, porque había que terminarla en algún momento. El texto está prácticamente finalizado, en proceso de revisión. Nos quedan algunos detalles en lo que se refiere a la introducción, pero varios capítulos están completamente finalizados en términos de investigación.

¿Hubo algo en particular que les llamará la atención mientras investigaban sobre este tema?

La verdad es que nos costó muchísimo cerrar la investigación porque hay tanto material, que dan ganas de seguir y seguir trabajándolo. Sin embargo, del mismo modo, también hay mucho material que no está y que no pudimos encontrar. A diferencia de lo que pude observar en México, donde el archivo de la academia del siglo XIX tiene incluso los dibujos de los concursos, nosotros sólo pudimos acceder a los títulos. Al parecer, los archivos de la academia habrían pasado al Archivo Central de la Universidad de Chile, que recién en estos momentos está en una reforma para ver qué es lo que realmente tienen. Por eso te digo que hay mucho material por trabajar y otra importante cantidad por encontrar todavía. Pese a que existe la idea de que la escritura del arte empieza en el siglo XX en Chile, hay mucha escritura de arte en el siglo XIX, y muy interesante.

¿Qué fue lo que específicamente encontraron en los medios de la época?

Una protocrítica de arte. El arte era muy importante dentro de la ideología de esa época respecto a cómo podía progresar el país, como un síntoma del progreso del país. Como el arte tenía esa función, había mucho material al respecto de personas ilustradas que, a través de la escritura, expresaban su opinión. También fue interesante ver cómo ya en el siglo XVIII circulan ideas sobre la teoría del arte en los textos de Manuel de Salas o en la formación de la Real Academia de San Luis, donde se observa la presencia de conceptos de la tradición de la teoría del arte que recién estaban llegando a Chile. Otro tipo de información que se podía abordar estaba vinculada a las muchas anécdotas que rodeaban a la Academia, desde las peleas que tenían los maestros y sus discípulos, las cartas que se enviaban, entre muchas otras, que son el lado b de lo que se investigó.

Además de los medios de comunicación, ¿qué otras fuentes fueron esenciales en la investigación?

Las fuentes jurídicas, legales y administrativas. Esas fuentes fueron las más accesibles en una primera etapa, porque analizar prensa significa analizar diarios que son de todos los días, en cambio las fuentes legales, si bien son muchas, ya tienen cierto índice elaborado. Probablemente, hay algunas fuentes legales que no encontramos, pero podría decir que trabajamos con el 95 por ciento de las fuentes legales relacionadas al arte en ese periodo. Las fuentes administrativas también fueron muy importantes, porque hay fondos especiales en los archivos que tienen el nombre de la Academia, o que en sus indicaciones dicen que se tratan de la Academia. Ahí encontramos mucho, pero como te digo, también queda mucho por encontrar porque algunos materiales no están bien catalogados.

¿Hay una crítica respecto al poco resguardo que han tenido estos documentos?

No sé si podría criticarse a alguien por ese poco resguardo. Claramente ha habido un cierto desorden, pero es también porque el tiempo ha pasado, y ya el hecho de que esos documentos estén ahí es un cierto tesoro. Creo que no se podría culpar a alguien por ello,  sino que es el mismo tiempo el que va esparciendo las cosas, que van quedando en lugares que no sabemos cuáles son o simplemente se perdieron.

¿El objetivo de la investigación fue sólo dar cuenta de esa historia?

Obviamente está la idea de dar cuenta de la historia por la responsabilidad de formarse una imagen. El siglo XIX tiene muchos mitos e imágenes que probablemente no son las más adecuadas para acercarse al tema de la educación y del arte. Se dice que todo era copia de lo extranjero o que todo era muy chauvinista, y las dos imágenes se cayeron en la investigación. No es que toda la gente piense eso, pero creo que la imagen general que queda en ciertos textos del siglo XIX está marcada por esos dos polos, que son muy sesgados. De allí viene nuestro interés por reconstruir la historia y estructurar el texto como un relato. Nuestra responsabilidad primera es dar una imagen a este siglo XIX que tiene categorías prestadas y desordenados, y establecer ese relato implica crear categorías para hechos. Ése fue el otro gran trabajo porque establecer categorías y conceptos para esos hechos fue impresionantemente difícil.

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