Sergio Rojas, filósofo, Doctor en Literatura y académico del Departamento de Teoría de las Artes de la Universidad de Chile, es quien inaugura la colección Escritos de Obras de Ediciones del Departamento de Artes Visuales, uno de los proyectos emblemáticos en que Extensión del DAV trabajó durante gran parte del año 2008 y cuyas primeras publicaciones se darán a conocer oficialmente el próximo 16 de abril, a las 18:30 horas, en el Auditorio de la Facultad de Artes. "Las obras y sus relatos II" es el título de ese libro, el que será presentado por Ana María Risco, periodista y Magíster en Teoría e Historia del Arte, en una ceremonia prevista especialmente para ello.
Francisco Sanfuentes, coordinador de Extensión del DAV, señala al respecto: "Como Dpto. de Artes Visuales no sólo nos interesa la producción artística de nuestros académicos, sino también la dimensión reflexiva respecto a ello, y nos sentimos muy orgullosos de iniciar esta colección con el libro de Sergio Rojas. El primer volumen de esa publicación tuvo una tremenda significación en historia de las ediciones de la Escuela de Bellas Artes de la Universidad ARCIS a inicios de esta década porque su escritura -dada su proveniencia desde la filosofía-, venía a abrir el campo de lectura de obra a nuevas perspectivas que más que reducir, potenciaban la obra en sus múltiples provocaciones".
"Las obras y sus relatos II" reúne más de veinte textos sobre obras de arte que no están necesariamente circunscritos a las artes visuales. Escritos para catálogos, publicaciones o lecturas públicas en distintos momentos, estos textos hoy conforman un solo cuerpo escritural al ser publicados en el primer libro de la Colección Escritos de Obras, la que tiene como objetivo transformarse en un lugar de investigación escritural del hecho artístico, tanto de la revisión reflexiva de los artistas sobre sus procesos de construcción de obra, como de la producción de autores relevantes de la escena teórica que conciben la producción artística como material de su pensamiento.
Por ello es que Francisco Sanfuentes señala sobre el autor del primer libro de la Colección Escritos de Obras: "Sergio Rojas viene planteando hace tiempo su visión de que una obra de arte es aquel objeto que da que pensar y que, por lo tanto, se transforma en material del pensamiento. En ese sentido, tiene uno de los desarrollos más importantes dentro de la producción teórica y filosófica nacional respecto a esa forma de escritura de obra, donde se enfrenta a ese trabajo más allá de cualquier consideración contextual".
Y agrega: "Es uno de los teóricos más importantes de Chile que ha desarrollado un trabajo consistente a lo largo del tiempo respecto a este enfrentarse a ese objeto provocador que es la obra de arte y no tentar una lectura 'objetiva' que intente reducirla, sino que abrir el campo reflexivo pues todo discurso totalizador respecto del arte se ve expuesto a su propia fragilidad, fragilidad que la misma obra provoca".
Esta publicación de Ediciones del Departamento de Artes Visuales está antecedida por "Las obras y sus relatos" (Editorial ARCIS, 2004), libro que actualmente se encuentra agotado y debe su existencia a una solicitud hecha por el mismo Francisco Sanfuentes cuando éste era coordinador editorial de la Escuela de Bellas Artes de la Universidad Arcis. Al igual que en "Las obras y sus relatos II", la única condición era que se tratara de textos sobre obras, los que fueron seleccionados por Sergio Rojas usando los mismos criterios que dieron origen a esta nueva publicación.
"En un contexto como el actual, en que la escritura sobre artes prolifera y se diversifica, me resulta inevitable preguntarme por el destino de estos escritos, desplazados ahora desde su soporte y circunstancia de origen, para una nueva circulación. Revisando la versión final, me parece cada vez más claro que el libro no sólo propone un juicio teórico sobre las artes, sino también una memoria. Participa de la fragilidad de ésta, pero también de su intensidad", explica Sergio Rojas sobre la compilación de sus textos en el prólogo de "Las obras y sus relatos II".
¿Cómo surgió Las obras y sus relatos (I) y, desde esa perspectiva, qué diferencias y similitudes tiene con esta nueva publicación en términos de la selección de obras, acercamiento a las mismas y proceso escritural?
Aquel libro, publicado en 2004, surge a partir de una propuesta del artista Francisco Sanfuentes. A comienzos del 2002 Pancho me planteó -desde la Escuela de Artes de la Universidad ARCIS- la idea de hacer un libro que reuniera una serie de textos que yo había escrito sobre arte, y el criterio consistía en que se tratara precisamente de escritos sobre obras. De inmediato me pareció una idea muy sugerente, básicamente por una doble condición. Primero, porque los textos publicados en catálogos o leídos en coloquios y paneles de discusión a propósito de exposiciones determinadas o lanzamientos, suelen tener una circulación muy restringida. El cuerpo mismo del catálogo es frágil y pronto se torna casi invisible. Este libro proyectaría esos escritos hacia una existencia más duradera. Segundo, porque al encontrarse esos textos reunidos, era posible conjeturar que se haría manifiesta en la escritura una cierta estrategia de acceso a la obra de arte. Considero que esta "conjetura" se ha confirmado, y es lo que me ha entusiasmado para emprender la publicación de Las Obras y sus Relatos II. El criterio de selección de obras y la manera de abordarlas corresponde, como en el primer volumen, a la reflexión de los recursos en la producción de sentido.
¿Siempre tuvo claro cuál era su estrategia de acceso a la obra de arte, o sólo al ver el cuerpo completo pudo reconocer y dar a conocer esta forma de acercarse a las obras?
Yo venía desarrollando una concepción de la obra de arte relacionada con el devenir de la modernidad occidental. En este sentido, me pareció cada vez más determinante la dimensión de los recursos de representación y significación expuestos en la obra, entonces me parecía que intentar dar cuenta de ésta implicaba ante todo desarrollar la relación entre esos recursos y el sentido. Tenía una cierta curiosidad y expectativa acerca de mi propio trabajo en el análisis de obras, quería saber si podía reconocer aquél concepto en mi práctica de lectura de obras. Ese primer volumen de Las Obras y sus Relatos confirmó esa expectativa.
¿Tiene ello que ver con la utilización del concepto de relato y, por ende, de la dimensión temporal y narrativa de la obra de arte?
El concepto de relato se refiere a que teniendo necesariamente la obra de arte una dimensión material y objetual, tiene lugar siempre al interior de tramas de sentido que no consisten en una teoría. Esas tramas provienen, por cierto, del autor, pero también desde los receptores, los críticos, la academia, los historiadores, etc. Entonces podría decirse que la comprensión del arte implica siempre la elaboración de esas tramas de sentido, pero ninguna se identifica con la obra al punto de "descifrarla". Elaborar un relato es la situación de "deuda" en que la obra de arte nos pone cuando intentamos comprenderla.
Pero en este caso, ¿intentar descifrar la obra es siempre el objetivo al escribir sobre ellas? Y si es así, ¿qué pasa con esta deuda de la que me habla?
La recepción de la obra de arte tiene lugar en el trabajo de la interpretación, que es lo que ocurre cuando articulamos relaciones de sentido respondiendo a la exigencia que la propia obra nos propone. Pero no se trata simplemente de algo así como encontrar un "significado oculto" al interior del cuerpo retórico de la obra, como si después de ello la reflexión pudiese descansar en el significado ya "develado". Pienso que la obra que da que pensar es ante todo una exigencia, y el destinatario debe poner en juego su propia capacidad de ser exigido, es decir, debe intentar ponerse en aquella situación de deuda que señalaba recién. ¿Acaso ya se ha terminado con al teatro de Shakespeare, con la pintura de Velásquez, con la poesía de Baudelaire, con la narrativa de Beckett, con el cine de Buñuel, etc.? En mi trabajo de reflexión, no entiendo la escritura como siendo "sobre arte", sino más bien con la obra. No intento encontrar una "solución" como si se trata de un acertijo. La densidad significante de la obra no permite considerar a la obra simplemente como un "código".
Desde esa perspectiva, uno podría suponer que la obra de arte jamás termina de ser leída. ¿Qué pasa entonces cuando vuelve sobre estos textos y decide publicarlos en Las obras y sus relatos II? ¿La interpretación dada en su momento continúa pareciéndole adecuada o sufre modificaciones en el proceso?
Debo precisar. El hecho de que sea siempre posible volver sobre una obra, no implica que toda lectura de ésta deba quedar abierta, terminando en algo así como "puntos suspensivos". Una obra bien lograda admite más de una lectura, no una única lectura infinita. Ahora, al volver a estos textos he hecho mínimas modificaciones (en detalles de estilo o precisando algún concepto), pero en ningún caso se trata de alterar las lecturas ya realizadas. Si un texto hoy ya no me convence, no lo incluyo; y si gustándome, considero que podría decir algo más, y que eso que echo en falta es fundamental, entonces debería escribir otro texto. La verdad es que ha sido muy grato para mí volver a leer estos textos -ya con la unidad que les confiere el Índice- y reconocer mi mirada en ellos, y así se lo comenté a Pancho Sanfuentes.
Hay dos textos que me llamaron especialmente la atención, donde la mirada estaba puesta más que en las obras propiamente tales, en el concepto tras las exposiciones de las que hablaba ("Del otro lado. Arte contemporáneo de mujeres en Chile" y "Reverberancias"), textos que además fueron titulados con preguntas. En ese sentido, ¿qué es lo que hizo emerger su escritura? ¿El pie forzado tras ambas muestras y/o las obras exhibidas?
En ambos casos se trataba de curatorías, en que las obras comparecen desde el concepto que las convoca. Los textos fueron escritos para ser leídos en el lanzamiento del catálogo de cada una de esas exposiciones, en el Centro Cultural La Moneda y en el Museo Nacional de Bellas Artes respectivamente. Lo que me propuse fue precisamente un examen crítico de los conceptos de "arte de mujeres" y "arte sonoro", poniendo en suspenso la idea de que el objeto de estaba simplemente disponible como para ser señalado, de allí que los títulos son preguntas. Consideré que en cada caso la "mujer" y el "sonido" operaban como situaciones de desplazamiento en relación al arte, y por lo tanto no se trataba en sentido estricto de preguntar por la mujer o por el sonido, como realidades naturales pre-dadas, sino por la condición del arte tensionado desde esos conceptos. No existe un "arte de mujeres", como no existe un "arte de hombres", la mujer es aquí más bien una mirada. El arte sonoro no es simplemente un "tipo" de arte, sino una arriesgada reflexión de los límites espacio-temporales de la obra.
Volvemos entonces a aquello, obra o concepto, que da que pensar, y cito: "La tarea que me interesa de la escritura sobre arte no es la que pretende descifrar el verdadero 'contenido' de una obra de arte, sino aquella que se ocupa de la tensión entre la materialidad de los recursos y la idealidad del concepto". En ese sentido, ¿hay un "dar que pensar" al lector al presentar los textos distribuidos bajos cinco conceptos en esta publicación?
Los textos se ordenan en el índice bajo los conceptos de Representación, Artefactos, Lugar, Cuerpo y Relatos. En cierto sentido se trata de cinco dimensiones que están siempre presentes en toda obra de arte, pero con distinto énfasis, por así decirlo. Por ejemplo, los trabajos de Rodrigo Casanova sobre Valparaíso, sobre Chiloé, sobre los sitios eriazos, proponen explícitamente la cuestión del lugar, pero con ello viene también una densidad narrativa, y una reflexión crítica sobre las representaciones de esos lugares, etc. La pintura de Edgardo Catalán es una reflexión sostenida sobre la representación y sus recursos, pero he ubicado el texto sobre su obra bajo la idea de Relatos, porque las relaciones que su obra propone al espectador que la interpreta imponen la tarea de articular historias. La obra de Demian Schopf, explícitamente opera con un complejo artefacto, un ordenador..., pero éste procesa palabras que artificiosamente arman relatos y representaciones. En fin, podría decirse que lo que hago al proponer esos cinco conceptos en el índice no es sino orientar la mirada, sugerir una atención en la lectura, pero en cada caso ésta siempre puede abrirse a las otras dimensiones. Considero que la escritura es el lugar en donde la obra deviene una exigencia para el pensamiento.
Pero, ¿se piensa en el lector en este acto de escribir sobre la obra de arte o con la obra de arte? ¿Se escribe siempre pensando en un lector?
La escritura sobre la obra es precisamente una lectura de ésta, por lo tanto no se trata de meras consideraciones particulares, no intento simplemente comunicar a un lector hipotético mi "personal parecer" ni mis privadas "opiniones" acerca de una obra o de una propuesta artística, sino que ensayo una comprensión de la manera que se articulan la dimensión de los recursos con la dimensión del sentido. Entonces yo diría que el primer "lector" de mi ejercicio es el propio artista. Es decir, el texto interviene en la relación que el artista tiene con la obra, éste como espectador de su propio trabajo descubre o hace conciente aspectos que están en la obra pero no necesariamente estaban hasta ese momento en su discurso acerca de ella. Ensayar una lectura de obra implica trascender tan rigurosamente como sea posible el ámbito de la opinión. De allí que en ocasiones la escritura sobre arte puede parecer "críptica" o "académica", pero el punto es si acaso esa dificultad me conduce hacia la obra. Pensar en un lector no es "facilitarle las cosas", como si se tratara de "traducir" el arte, sino conducirlo hacia la dificultad en la que consiste la obra.
El lanzamiento oficial de "Las obras y sus relatos II" de Sergio Rojas, y "Línea Agua" del académico del Departamento de Artes Visuales, Jorge Gaete, se realizará el próximo jueves 16 de abril, a las 18:30 horas, en el Auditorio de la Facultad de Artes de la Universidad de Chile (Las Encinas 3370, Ñuñoa). Mientras el primero será presentado por Ana María Risco, periodista y Magíster en Teoría e Historia del Arte, el segundo estará a cargo de Pablo Oyarzún, filósofo y Decano de la Facultad de Artes.