Decano Pablo Oyarzún:

"Latinoamérica es un espacio intelectual y cultural fundamental"

"Latinoamérica es un espacio intelectual y cultural fundamental"

Invitado por la Universidad Nacional de Colombia, Pablo Oyarzún, Decano de la Facultad de Artes de la Universidad de Chile, se trasladó hasta Bogotá para asistir como ponencista a un Seminario Internacional que se realiza entre el 22 y el 26 de septiembre con motivo de la celebración de los 30 años del Instituto de Investigaciones Estéticas de la institución colombiana. Sin embargo, más allá del tema puntual de participar en este seminario, para el Decano este viaje abre la posibilidad de avanzar en la concretización de un importante proyecto a nivel latinoamericano que vincularía múltiples universidades de la región.

¿Cuál es el motivo de su viaje a Colombia?

Con motivo del aniversario del Instituto de Investigaciones Estéticas de la Universidad Nacional de Colombia, se hará un Seminario Internacional donde habrá cinco conferencistas invitados de distintos países, como Inglaterra, Estados Unidos y Argentina. Pero además de este seminario, espero que podamos tener una conversación a propósito de una propuesta que este mismo instituto nos hizo el año pasado. Ellos tienen un Doctorado en Arte y Arquitectura, y me hicieron la propuesta de poder generar una Red de Doctorados de Arte de Latinoamérica que incluya seis universidades: la Universidad de Buenos Aires, la Universidad de Sao Paulo, la Universidad Nacional Autónoma de México, la Universidad Central de Venezuela, la Universidad Nacional de Colombia y la Universidad de Chile.

La idea es conversar un poco sobre este proyecto y ver si podemos darle curso a una red que sería muy interesante que pudiéramos establecer, porque de partida se trata de seis de las universidades más importantes de Latinoamérica, y como además en el Doctorado en Filosofía con mención en Estética y Teoría del Arte estamos en un plan de internacionalización, de concretarse esta propuesta, sería una de las acciones más importantes dentro de este proyecto.

En caso de que este proyecto se concretara, ¿qué implicaría una Red de Doctorados?

Estos convenios son muy amplios y cubren muchas cosas, como intercambio estudiantil, intercambio de académicos, realización de actividades en conjunto como congresos, seminarios e investigaciones, así que por eso me parece muy interesante que pudiéramos avanzar en la concretización de este proyecto.

¿Cuál es la importancia de establecer este tipo de contactos entre universidades latinoamericanas?

Latinoamérica es un polo referencial muy importante, aunque los chilenos, particularmente, tenemos la costumbre de mirar un poco más allá de Latinoamérica. Pero en las humanidades, el arte y la ciencia, es decir, todo lo que tiene que ver con el Proyecto Bicentenario, evidentemente Latinoamérica es un espacio intelectual y cultural absolutamente fundamental, entonces todo lo que nos permita fortalecer o estrechar más las relaciones con otros países latinoamericanos es de suma importancia.

En general nosotros tenemos poca relación con estos países, incluso con los más cercanos, como Argentina. Es por eso que ahora estamos trabajando en reforzar las vinculaciones con este país, puesto que ellos tienen un muy alto nivel en algunas disciplinas que a nosotros nos interesan particularmente, como es la historia del arte. En el último tiempo se han ido incrementado las vinculaciones, pero en otras áreas, como en el de la creación artística, también hay un espacio muy interesante para ser explotado y no sólo a nivel de un intercambio artístico sino también académico.

¿De qué hablará en la ponencia que dictará en el Seminario Internacional?

Tenía como cuatro posibilidades de temas, pero finalmente me comprometí con uno que tiene que ver con las categorías estéticas y su aplicación al arte latinoamericano. Es un texto que escribí para un libro que se editará en España y que aún no ha sido publicado. Hay tres autores que están referidos en ese texto, que son tres clásicos dentro de la discusión de las características o la especificidad del arte y la literatura latinoamericana. Uno es Borges, la otra Gabriela Mistral y el otro es José Lezama Lima. Me pareció interesante tomar estos tres referentes, porque uno puede tomar referentes muy actuales, contemporáneos, pero también la idea es que los referentes cubran distintas alternativas de concepción del arte latinoamericano y creo que estos tres lo hacen y muy interesantemente: está el tema de la memoria cultural y racial en Gabriela Mistral, el escepticismo universalista de Borges y el tema del delirio creativo barroco en Lezama Lima. Esos tres puntos de vista son formulaciones que han sido especialmente ejemplares y paradigmáticos, porque muchas veces uno lee cosas posteriores y se da cuenta de que esos puntos de vista siguen siendo matrices.

Sin embargo, más allá de esta ponencia, para usted lo más importante es la posibilidad de consolidar los contactos con la Universidad Nacional de Colombia por las posibilidades que eso implica, ¿no?

Sí, eso me interesa mucho porque además yo tengo un proyecto con la Facultad de Artes que consiste en poder sacar un Doctorado en Arte a unos dos o tres años plazo. Actualmente, nosotros tenemos algunos magíster que están bastante bien evaluados y que tienen un buen nivel de acreditación, lo que confirma que son magíster de calidad. El de Teoría e Historia del Arte, el de Musicología, y de Composición están acreditados por cuatro años, y la acreditación del Magíster en Artes Visuales está en camino, entonces uno podría pensar en armar un Doctorado en Artes con menciones, lo que me parece interesante para la Facultad. Si bien la propuesta que me hizo originalmente la Universidad Nacional de Colombia era para el Doctorado en Filosofía con mención en Estética y Teoría del Arte, si esta propuesta sigue en pie y hay un interés real de las demás universidades, me gustaría poder hacer algo que no solamente tuviera que ver con el Doctorado en Filosofía sino que también poder hacerlo extensivo al Doctorado en Artes con menciones que pudiéramos instalar en la Facultad de aquí al 2010. Está la capacidad académica para hacerlo, así que sería un producto muy atractivo de la visita a Colombia si podemos seguir avanzando en las conversaciones.

¿Cómo logra conciliar su labor de decano, académico, filósofo e investigador?

Me cuesta un poco. El decanato quita mucho tiempo, y a mí me gusta escribir, hacer clases e investigar. Siempre estoy tratando de hacer cosas nuevas para no morirme. Por ejemplo, mantener mi participación en proyectos Fondecyt para mí es súper importante, porque te obliga a hacer cosas, y te ayuda a ir procesando lo que uno tiene pendiente.

Y hablando de sus proyectos, ¿por qué quiso traducir nuevamente El narrador de Walter Benjamin? ¿No le parecía una buena traducción?

No es muy buena porque no es suficientemente cuidada en los términos que utiliza. Lo que existía era una traducción relativamente antigua que es, si no me equivoco, de Jesús de Aguirre, quien tradujo muchos textos recogidos en los tres volúmenes de Iluminaciones, pero siempre me dio la impresión de que no había un cuidado editorial, porque si uno ve el texto en alemán y lo coteja con la traducción hay varias cosas que no están bien resueltas, o que se pueden resolver mejor. La idea era que la nueva traducción no fuera solamente la traducción del texto, sino que es más bien una edición de estudio: incorpora los borradores del texto, tiene una introducción -que me salió más larga que el texto mismo- tiene muchas notas al pie para ubicar al lector en las referencias que Benjamin está utilizando y también para aclarar algunos puntos, y tiene también varios índices.

"Latinoamérica tendría que ser una referencia fundamental en historia del arte"

Contrariamente a lo que uno podría pensar, los congresos no son de particular agrado para el Decano. Como comenta, "los congresos masivos generalmente no me gustan, porque en general uno siente que la gente no va en la disposición de establecer diálogos sobre determinados problemas, sino que más bien a cumplir un trámite y como parte de un currículum. Felizmente todas las cosas a las que he ido últimamente han sido muy distintas y hemos tenido buen nivel de conversación. En relación al viaje a Colombia, aparte de participar en el seminario, que no sé qué perfil va a tener pero me imagino que va a ser interesante, lo principal es el establecimiento de vinculaciones por el tema del Doctorado y por la Facultad".

Y puesto que a usted lo invitaron a Colombia ¿va a haber alguna retroalimentación en la Universidad de Chile?

Si establecemos esas vinculaciones habría. Ahora, por el proyecto Mecesup tenemos fondos para invitaciones, las que se han ido concretando a lo largo de todo el año por el programa de internacionalización del Doctorado. Pero también, uno de los objetivos que tenemos en el proyecto, es poder enviar gente para que se forme en arte latinoamericano como una de las líneas de investigación de este Doctorado y, en relación a esto, los próximos invitados de este programa son Gabriela Siracusano, de la Universidad de Buenos Aires y Alexandra Kennedy, de la Universidad de Cuenca. Evidentemente historia del arte es un tema donde Latinoamérica tendría que ser una referencia fundamental, pero lo que pasa muchas veces es que algunos de los grandes especialistas en historia del arte latinoamericano son europeos o norteamericanos. Es el caso del teórico francés Serge Gruzinki, quien ha formado a muchos de los doctores en historia del arte fuertes de Latinoamérica.

¿Por qué cree usted que se da esta anomalía en que desde afuera se analiza nuestra realidad latinoamericana?

Yo creo que hay varias razones, y una es que las tradiciones disciplinares son más fuertes en Europa y Estados Unidos. Y también uno no puede dejar de lado el tema de los recursos, tanto desde el punto de vista de los fondos para investigación como de los recursos bibliográficos y documentales. Cuando uno empieza a averiguar dónde están los documentos de determinadas cosas, muchas veces se encuentra con que no están en Latinoamérica. Si bien se da eso por diversas razones, creo que la investigación en historia del arte en Latinoamérica se ha ido reforzando muy sensiblemente en los últimos años.

Por otro lado, hay una mirada específica que es la parte más peligrosa del asunto: cuando nos miran desde afuera, en general se piensa que nuestras capacidades teóricas están mucho más orientadas a la estética que a otras cosas, de hecho, cuando llegué a Alemania, lo primero que me preguntaron fue si mi investigación de doctorado iba a ser sobre estética. La Decana en esa época me dijo "yo supongo que en Chile y Latinoamérica la estética es muy fuerte". Es esa la mirada que existe. En mi caso particular, tampoco me considero experto en estética. Me interesa la estética, pero me interesa porque creo que es uno de los lugares cruciales de la filosofía hoy en día.

Eso quizás viene por la creencia establecida de que Latinoamérica posee el corazón y no la razón, no la potencialidad de la filosofía, y de ahí la ligazón a la estética y la experiencia estética del mundo, quizás venga de ahí ¿no?

Yo creo que en parte puede venir de ahí, y también del hecho de que los grandes discursos latinoamericanos han tenido un componente estético. Incluso cuando tú miras a tipos de gran tradición de pensamiento político como Mariátegui, es un tipo que tiene un interés central por la cultura. Cualquiera de los otros clásicos latinoamericanos que se preguntan por el tema de la identidad, del mestizaje, de la formación cultural de nuestras sociedades, el indigenismo, etcétera, siempre tienen un componente estético en sus planteamientos, a veces porque vienen directamente de áreas que son afines, de la propia creación artística o poética, como el caso de Octavio Paz, pero otras veces porque a pesar de que están trabajando en una línea especifica, están mirando hacia el arte como un gran instrumento de socialización. Yo creo que hay razones históricas para el asunto, pero el problema es cuando las razones históricas se trasforman en una tarjeta postal. Creo que, finalmente, los temas del pensamiento dependen fundamentalmente de matrices filosóficas, las que son mixtas: mezclan metafísica, política, estética, y esa es mi línea de investigación: el trabajar con una mezcla de cosas. Lo que generalmente produce esa mezcla es un tipo de escritura más cercana al ensayo que al tratado, y esa es la otra cuestión característica. Latinoamérica es muy fuerte en ensayo, y en el ensayo hay un componente estético inevitablemente porque hay una preocupación por la forma, entonces hay un elemento estético en juego no solamente por el tema que se aborda sino también por la forma en que se aborda.

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