Artes Visuales:

La visualidad y el imaginario finlandés cobran vida en Nieve y Sol

La visualidad y el imaginario finlandés cobran vida en Nieve y Sol

La selección de artistas de Nieve y Sol -realizada por los curadores finlandeses Riika Vepsä-Tapper, Jukka Mäkelä y Antti Ojala- revela la pluralidad que caracteriza a la comunidad de Lallukka mediante fotografías, pinturas,  esculturas e instalaciones.

Pese a residir en el mismo lugar, Nieve y Sol no representa un mundo ideológico uniforme, ni expresa la labor de un grupo de homogéneo articulado tras una misma óptica creativa. En esta exposición se manifiesta la diversidad etaria, en la multiplicidad de técnicas, instrumentos, miradas y en la heterogénea composición de los discursos artísticos.

Casa Lallukka fue creada gracias a Juho Lallukka (1852-1913) quien legó sus bienes para fines educativos y de desarrollo. Actualmente viven en ella 29 pintores, gráficos, videastas y escultores, casi la mitad de ellos exponen en Chile por primera vez. Junto a ellos, trabajan casi treinta músicos y artistas dramáticos lo que ha permitido que esta residencia de artistas sea un centro de permanente diálogo y experimentación creativa. Todos cuentan con un período de residencia que varía entre los cinco y veinte años, pues arriendan su pieza y/o taller a módicos precios, previa evaluación de su obra por parte de la directiva de la casa.

Expositores:

Soledad Chuaqui (Chile, 1935) Nacida en Chile y radicada en Finlandia desde 1973, para Soledad Chuaqui, encontrarse entre dos culturas, resulta una fuerza motriz significante en su obra. El acervo creciente de sus recuerdos, alimentado por el permanente aumento de personas, paisajes, objetos y emociones arraigadas en su memoria, constituyen una materia prima dinámica y en constante construcción. Las ausencias, arcilla inevitable del exilio, permiten a la artista estar en permanente diálogo con sus recuerdos, otorgándoles siempre una nueva mirada. Sin convertir en ilustraciones los sucesos experimentados, más bien crea una atmósfera cercana al estado vivido entre el sueño y la vigilia, donde se entrelazan lo consciente y lo inconsciente.

Lo inacabado es otra fuerza esencial que articula la obra de Chuaqui, quien destaca que "apenas soy capaz de llegar a expresar una décima parte de lo que pretendo", concepción que se traslada también a sus figuras de alambre, cuyas dimensiones no siempre le parecen suficientes.

Outi Heiskanen (Finlandia, 1937) Outi Heiskanen puede ser retratada como una artista sutil y crítica a la vez, que refleja en su obra la convivencia entre la poesía y la vida orgánica, esta última expresando toda su violencia y ferocidad. Dicha convivencia es, precisamente, el punto esencial de la obra de Heiskanen, quien puebla sus obras de "tribus" y "familias". Retrata con frecuencia su propia vida, su familia y amigos incorporando también en su repertorio, figuras del pasado, ecos de los tiempos precristianos y del Renacimiento Temprano, así como figuras de otras culturas y geografías.

Conectada con una espiritualidad propia,  señala que es misticista "en el sentido que siento tanto respeto por lo oculto que no quiero revolverlo demasiado o desgarrarlo. La interpretación mediante la experiencia personal caracteriza el arte. Yo dejo que surja de mí lo que sea y en principio es fácil, porque las imágenes suelen brotar solamente de las experiencias propias".

Juha Holopainen (Finlandia, 1961) Juha Holopainen señala sentirse "más bien pintor que grabador", ha estado abocado en los últimos años al desarrollo y la aplicación en su obra de la colografía, técnica de grabado que consiste en  aplicar sobre una lámina de aluminio diferentes mezclas de pegamento y silicona en polvo, trabajando posteriormente sobre la placa con punta seca. Ésta lo obliga a detenerse y reflexionar para alcanzar un resultado donde se hace visible la huella del artista.

La producción de Holopainen nos conduce a su tópico fundamental: las polaridades, la inconstancia de la vida y lo efímero. En esta exposición muestra una serie donde el eje temático de la obra es el agua, buscando situar en el espectador la responsabilidad de la narración plástica. Incorpora además las dimensiones simbólicas y atávicas inherentes a dicho elemento, según sus propias palabras: "para algunos, una marejada puede representar la destrucción total, para otros, el amor o incluso el orgasmo".

Viktor Kuusela (Finlandia, 1925) El artista gráfico Viktor Kuusela es, desde hace medio siglo, uno de los exponentes  destacados del grabado finlandés. Es un convencido de la fuerza que encierran las ideas básicas y aparentemente simples, señalando que "de pequeños arroyos nacen mares". Aparte de las habilidades técnicas desplegadas en su trabajo, siempre está presente la indagación en torno a la totalidad, creada por el ritmo, la composición y las tensiones espaciales.

El tema que más ha inspirado a Kuusela es la naturaleza, pero este aparente tradicionalismo temático no le ha impedido llevar adelante diferentes experimentaciones, entre las que destacan sus obras de matices cubistas y  otras de carácter realista, que pueden encerrar representaciones  enigmáticamente metafísicas.

Hannele Kylänpää (Finlandia, 1948) La escultora Hannele Kylänpää, más allá de una temática principalmente enfocada hacia la figura humana y animales, transmite la certeza de que con la mera forma nunca es posible alcanzarlo todo. Sus esculturas, son, por lo general, orgánicas, armoniosas y encierran la tensión inherente a la expresión del ser humano, articulando una obra donde conviven y se entremezclan emociones y valores escultóricos.

Kylänpää señala que, busca crear en sus obras "forma viva", labor en la que debe incluirse el movimiento, dimensión que constituye uno de los mayores retos en la escultura al exigirle a una forma estática que genere una sensación cinética tanto en el espacio como en el tiempo. En este sentido, las esculturas de Kylänpää logran acceder a una cierta forma de manifestar el pasado, el presente y el futuro, junto a una permanente interacción entre temblor y equilibrio, seguridad e inseguridad; opuestos que caracterizan al ser viviente y lo definen como tal. El juego de movimientos alcanzado entre lo ligero y lo pesado a través de la materia que, en este caso, desempeña un rol significante, refleja la vinculación que la artista establece con su obra, al elegir materiales de larga trayectoria como el bronce y la cerámica.

Ipi Kärki (Finlandia, 1951) Si bien las pinturas de Ipi Kärki son paisajes reales y localizables, éstos sólo sirven como punto de partida para introducirse en su obra pictórica. Articulando colores y estableciendo un diálogo entre luces y sombras sobre el soporte, genera lo que la artista identifica como "una vibración" producida a través de la superposición de capas de materia; las pinceladas de Kärki, producen la impresión de una obra tridimensional, como si tuviera respiración propia.

Pese a trabajar consciente de los lineamientos y limitantes propias de la tradición inscrita dentro de la historia del arte, para Kärki los cuestionamientos más frecuentes en su labor suelen ser los generados a partir del mismo proceso práctico de la creación, relacionado con las complejidades del uso del color y el equilibrio entre luz y sombra. Es la propia materia la que ocupa las reflexiones de Ipi Kärki, para quien "la luz significa color, y éste me lleva a experimentar distintas combinaciones posibles para expresar, nuevamente, la luz".

Lauri Laine (Finlandia, 1946) El pintor Lauri Laine lleva  años inspirándose en el arte italiano del Renacimiento Temprano, que ha llegado a su producción por varias vías, buscando una relación de mayor densidad que la mera alusión a la tradición pictórica y su puesta en escena. Sin embargo, detrás de las formas tradicionales, el artista busca lo que subyace a lo aparente. Es detrás de estas formas que siempre se oculta la eterna sustancia buscada por Laine, quien  declara que "es precisamente la concepción cultural instalada por lo posmoderno la que ha hecho posible el camino pictórico elegido".

La formación de Laine, entre otros, abarca estudios de arquitectura, razón por la que su obra nos exige, pues expresa la dimensión integral del arte y la labor del artista renacentista; su cualidad de enfrentar múltiples desafíos creativos.

El trabajo pictórico, realizado lentamente y con gran habilidad, así como un chiaroscuro devotamente estudiado, son los elementos que producen el dramatismo característico de sus obras.

Eero Markuksela (Finlandia, 1952) Eero Markuksela aborda su obra y la relación que ha ido estableciendo con ella de manera directa, asumiendo lo que de inasible, para él, mantiene al arte, así señala que, "la vida y el ser humano son el objeto de mi interés. El ser humano está en el centro de mi creación".

Profundamente influido por la filosofía y el arte oriental, Markuksela también se asume como parte de una corriente de ruptura en el arte occidental del siglo XX. Enfoca su trabajo actual desde una óptica de indagación, asumiendo que su identidad está vinculada con la cultura occidental, pero aspira a otras esferas como son la poesía y las artes visuales del Asia Oriental.
Las nubes que retrata en la obra Tango y el camino por el que marchan las dos figuras en la obra Oráculo, son interpretaciones tempranas de ciertas ideas que brotaron por mediación de poemas y paisajes chinos. Así, atraviesa distintos parajes y épocas, y en todos hay seres humanos. "Termino donde empiezo: la vida y el ser humano".

Jukka Mäkelä (Finlandia, 1949) El pintor Jukka Mäkelä dibuja a diario porque está convencido que esta actividad sistemática es parte de la función motriz del cerebro. El resultado traspasa el límite entre consciente e inconsciente, adiestrando al artista, que perfecciona su producción creativa, pero paradójicamente, se acerca también a un momento en el cual tiene menos conciencia del cómo llevarlo a cabo. De esta manera Mäkelä, que se considera bastante meticuloso, tiene que reconocer que el instinto proporciona un importante vehículo en el desarrollo de esta disciplina.

El modo de ser del artista compromete su mirada, el acto de ver, donde confluyen diversos factores de distinta naturaleza sin necesidad de que domine una jerarquía, igual que en la vida cotidiana. El reflejo sobre la superficie de una cafetera de acero inoxidable, una luz que ilumina el rincón más distante de la mesa, el programa vespertino sobre la música folklórica que transmite la televisión, son elementos que "se entremezclan en todas las acciones humanas, incluso en el amor", como señala Mäkelä. Cuando tiene fuerza una idea visual, como en este caso, no hay escasez de temas.

Antti Ojala (Finlandia, 1935) Para comprender al pintor Antti Ojala hay que regresar al paisaje de su niñez, el recuerdo de la región finlandesa de Ostrobotnia, rígido y llano, señala que "de ahí me viene la doctrina de los colores: el ocre rojo o amarillento de las casas y su decoloración; el desgaste y la pátina producidos por un sinnúmero de soles y lunas".

Ojala es un artista que despierta sentimientos contradictorios. En su producción son típicos los elementos escuetos y arcaicos, al mismo tiempo que el jugueteo permanente con un enigmático simbolismo. Si bien ha pintado una infinidad de retratos de personajes de su tierra, así como obras que reconocen su inspiración en el temprano arte religioso popular, otra parte de su producción nos ofrece una narración completamente distinta, de un carácter mucho más autobiográfico y expresionista, en la cual se entremezclan el sentido del humor y los símbolos de su propio lenguaje pictórico.

Marjukka Paunila (Finlandia, 1949) Los materiales que Paunila utiliza principalmente son la acuarela, la pintura al temple y al óleo, mezclando también estos últimos en su búsqueda de colores y texturas. En su mundo cromático, Paunila tiene como reto la intensidad del color, de la cual emerge, con marcada fuerza, el vigor de su trabajo pictórico. Como resultado de sus años de experimentación y estudio de los diferentes pigmentos, Paunila escribió, en 2005, el primer manual finlandés sobre la acuarela, demostrando la centralidad que tiene el aspecto cromático y el material utilizado en su obra.

Es común que en poco tiempo se olvide lo que hay de reconocible en la exterioridad de un objeto: el color y la línea, la luz y la sombra, que estructuran un mundo interno, un mundo que Paunila es capaz de ver sólo mediante su pintura: "cuando respira la pintura, cuando cambia de color el color, según sea la mañana, el día, la tarde o la noche, sale a la vista la luz. Esto no lo puedo crear o ver de otro modo que pintando", dice la artista para quien además la relación entre la obra pictórica y el espectador constituye un vínculo emocional que significa su mayor estimulo.

Anne Sunila (Finlandia, 1954) Las obras expuestas forman parte de un mayor conjunto de pinturas que se llama Antígona, drama de la Grecia clásica escrito por Sófocles que indaga en los límites entre el individuo, el poder y la libertad.

Sunila ahonda en el punto de vista experimental de Antígona, que sin descartar la racionalidad, explora las áreas del sentimiento y la percepción. Busca  un acercamiento al límite y la zona fronteriza entre el yo y el otro, desde una perspectiva influida notoriamente por el psicoanálisis.

En su labor, Anne Sunila pretende crear una relación interactiva entre la artista y el mundo visible que la rodea, lo cual describe con sus propias palabras, al señalar que "los ojos de la pintora siempre están abiertos en vista de un encuentro".

Heimo Suntio (Finlandia, 1955) Tras comenzar su carrera artística como pintor constructivista, Heimo Suntio llegó a la conclusión que "la pintura, como género, era anticuada". Abrió así su experiencia creativa a un campo distinto, vinculado al camino abierto por el ready made duchampiano, interviniendo objetos abandonados con diversas técnicas como la fotografía, el video o el vaciado en bronce, con lo que ha logrado una obra de gran materialidad.

A pesar de los estrictos conceptos presentes en su creación artística, Suntio muchas veces incluye en su obra elementos de la artesanía, dando prueba de su versatilidad creativa, alcanzando  en su producción lo multifacético de la vida. Su intención es hacer de su obra algo útil, de un modo multiforme y de una manera que permita al arte existir en el tiempo y ser comprendido de muchos modos. Aludiendo en esta exigencia a elementos de comprensión que vienen de diferentes direcciones, pero los une la presencia estética del mundo real.

Senja Vellonen (Finlandia, 1954) Senja Vellonen se encuentra entre los pocos grandes acuarelistas finlandeses. Sus acuarelas de grandes dimensiones crean universos  que tientan a tomar parte en el diálogo desarrollado en la obra. La acuarelista trabaja por series y su punto de partida es sencillo en apariencia: una flor o un vegetal. Sin embargo, al desarrollar su temática, Vellonen es capaz de ampliar y tensionar tanto las convenciones de la pintura como el propio registro emocional de su obra, tensionando la temática hasta los extremos cuando estudia las posibilidades proporcionadas por cada modelo. Se puede decir que Vellonen no observa ni aborda sus temas con métodos estrictos; le atrae también la coincidencia, y el objeto en sí puede pasar a un discreto segundo plano, dando paso al despliegue de formas ocultas y motivos secretos encerrados en los objetos más banales. Son los problemas concernientes a la técnica los que atraen a Vellonen, y entre estos, principalmente los asociados a la luz y al color, que le permiten sumergirse en la elaboración de la obra, aunque sea partiendo de la anécdota más insignificante. Los libros, que están en conexión con cada uno de los temas trabajados por la artista, los elabora ya desde 1984. Según la artista, "mediante el libro se puede entrar en la esencia de la pintura".

Antti Vuori (Finlandia, 1935) El pintor Antti Vuori, comenzó su carrera pintando figuras bastante tradicionales. Durante sus años estudiantiles una figura de gran influencia del modernismo finlandés, Sam Vanni, lo fascinó hasta el punto de llevarlo a experimentar una breve fase de abstracción total. Más tarde, la ola informalista liberó en Vuori el espíritu -hasta entonces oculto- del estético materialista, llevándolo a nuevas experimentaciones: un marcado uso de la espátula, la abundancia explosiva de colores y la utilización de la materia.

Para el artista, "el color es el punto de partida más significante", la narración va construyéndose en un proceso en el que la temática, que funciona como punto de partida, empieza a tomar forma a través de "la tonalización de los colores". En este sentido, resulta frecuente observar al arte como un lenguaje simbólico vigorosamente cargado de claves ocultas para muchos de nosotros. Sin embargo, en Vuori la expresión puede ser gatillada por un elemento de la mayor cotidianeidad. Quizás por su convivencia con los retazos de las vanguardias históricas de la Europa del siglo XX, es que el artista adopta además un sentido del humor inapelable en su obra.

Jaakko Niemelä (Finlandia, 1959) Durante el último tiempo, Jaakko Niemelä ha enfocado su trabajo en la temática de la destrucción, la catástrofe y la guerra. Asimismo, el vínculo que establece con la infancia y su imaginario. La complejidad de los trabajos de Niemelä nos muestran un trasfondo amplio, donde busca expresar emociones de sufrimiento o pérdida: de la niñez, de la historia, de personas, vidas, e incluso, un presente perdido. El mundo narrativo que crea Niemelä, a través de la ocupación del  espacio, muestra historias llenas de dramatismo. La proyección a gran escala de juguetes de guerra en miniatura, enfrenta al espectador con una realidad, un modelo empequeñecido y rebajado, incitante y concreto, el cual implica una metamorfosis.

Muchas obras de Niemelä expresan, además, la desaparición de algo. Lo hoy construido es también transitorio. De esta forma trabaja con el concepto de la pérdida de la posibilidad, que viene a ser otra manera de ver la destrucción. "Seguramente también hay momentos en que hay que destruir. La destrucción es siempre algo triste pero también puede significar algo positivo. Por ello quisiera expresar, al menos, lo positivo en la destrucción. Lo hecho en este momento puede ser pronto pasajero".

Información MAC:
Entrada
-General: $600
-3ª edad y estudiantes $400.
-Estudiantes U. de Chile, Socios Corporación Amigos de MAC: gratis.
-Horarios: martes a sábado de 11:00 a 19:00 h. Domingos de 11:00 a 18:00 h.
-Parque Forestal s/n, Metro Bellas Artes.
-Inscripción VISITAS GUIADAS al 9771751 o guiasmac@uchile.cl
-www.mac.uchile.cl

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