"Vengo trabajando desde el año 2005 con esta serie de pinturas que tiene que ver con espacios urbanos un poco enrarecidos y ambiguos, que finalmente quedan de manifiesto por la materialidad por la cual están constituidos", explica Víctor Muñoz, académico de la Facultad de Artes que junto a Amanda Rodríguez y Olga Won presentan la exposición "Materia del Artificio".
"Nosotros nos vinculamos por lo que teníamos en común: los tres pintamos figurativo, al óleo y, de alguna forma, nos empezamos a dar cuenta que conceptualmente había muchas cosas en común, sobre todo por lo que era reproducir la representación", señala el artista, agregando que "en los motivos que nosotros pintamos había mucha materialidad que no era natural, una especie de puesta en escena de materiales artificiales. Por ejemplo, yo tengo la ciudad, el concreto; Amanda Rodríguez está trabajando con escenas a partir de una puesta en escena de elementos plásticos; y Olga Won a partir de una mini puesta en escena de ciertos artilugios que son igual artificiales".
En "Materia del Artificio", Víctor Muñoz presenta una serie de cuatro pinturas en las que resalta la carga dramática de los espacios allí presentados, a través de lugares reconocibles, pero ambiguos. El resultado del montaje hizo que "nos planteáramos cómo la pintura contemporánea presenta visualmente todas estas posibilidades materiales emergentes que son parte de nuestra vida cotidiana", explica el académico, y añade: "Normalmente, la pintura tiene una tradición en la cual retrata, ante todo, naturaleza -ya sea naturaleza humana, naturaleza muerta, bodegones, etc.-, y creo que es importante que ante la presentación de todas estas nuevas materialidades, interrogarse de qué manera la pintura mantiene, sí o no, una efectividad frente a este escenario".
¿Qué te impulsó a comenzar con esta serie?
Mi referente viene del cine y, específicamente, del espacio dramático del cine: cómo vinculas el entorno con la disposición y el estado dramático de los personajes. En mis trabajos no hay personajes, pero sí está el espacio y es importante aclarar que mi pintura no es un espacio arquitectónico. Me interesa hacer la diferencia porque el espacio arquitectónico es un espacio netamente funcional que tiene, desde el punto de vista visual, una polifuncionalidad. En cambio, el espacio dramático -que es lo que trabajo- es una mirada desde un aspecto de este paisaje arquitectónico forzado a partir de una intención. En mi caso, esa carga está relacionada con un cierto dramatismo y ese dramatismo, a su vez, está vinculado al dramatismo atmosférico del cine que tiene relación con la acción y el peso dramático de los personajes. Por ejemplo, uno de mis principales referentes es Antonioni, quien vincula muy bien los aspectos de todo lo que está en la mirada de la cámara y el fuera de campo con respecto a lo que le pasa a los personajes. Hay una correspondencia directa en relación a eso.
¿Por eso no hay personas?
A mí me interesa vincularme con el peso dramático que da el espacio por sí solo. De hecho, en la inauguración mucha gente me decía que mi pintura es muy melancólica y eso ya implica una carga dramática de un espacio que perfectamente podría pasar como neutro. Yo desvinculo los personajes porque finalmente quiero darle el peso al espacio por sí solo, independiente de lo escénico en cuanto a personaje que se pueda desarrollar. Es una imagen tiempo precongelada, en donde tú sabes que algo podría pasar. Al mismo tiempo, el escenario tiene una carga atmosférica que emerge de su propia potencia.
¿Siempre pensaste estas obras como serie?
Sí. Hay una quinta que no alcancé a terminar y con la que cierro la serie. Es un mall enrarecido, vacío, con baja luz. Eso es lo importante porque tú intervienes el espacio y le quitas funcionalidad, todo lo contrario del espacio arquitectónico.
¿Qué tienen en común todas las obras?
Todas son en óleo. Trabajamos lo figurativo, el realismo, pero no el naturalismo -las pinturas están todas intervenidas- y lo otro interesante es que todos nosotros trabajamos a partir de soluciones digitales, una cosa que no deja de ser curiosa. Eso también tiene que ver con las nuevas tecnologías, materialidades y soportes. Eso también interroga a la pintura sobre si, realmente, la efectividad del trabajo está dada por lo pictórico o por lo digital. Las operaciones que tú haces en lo digital son finalmente pictóricas aunque no estés usando el pincel y el óleo. Las decisiones que tomas son netamente pictóricas.
"Materia del Artificio" se inauguró el pasado 10 de enero en la Librería Nacional (ubicada en Matías Cousiño 144, Santiago), permanecerá abierta al público hasta el 9 de febrero y se puede visitar de lunes a viernes, de 10:00 a 18:45 hrs., y el sábado de 10:00 a 13:45 hrs. Esta es la segunda vez que los artistas presentan sus obras en conjunto, pues como explica Víctor Muñoz, "la ganancia está en la puesta en escena general".