El teléfono no alcanzó a sonar más de tres veces y al otro lado, una joven mujer con un acento especial, contestaba con voz tímida. Era Ivana Cisternas de dieciocho años, quien obtuvo 750 puntos en la Prueba de Selección Universitaria, PSU, transformándose en la persona con puntaje más alto en entrar a Licenciatura en Artes, mención Artes Plásticas al interior de la Universidad de Chile.
De madre peruana y padre argentino, Ivana nació en Lisboa, ciudad donde vivió por tres años. Luego se trasladó a Chile donde vivió por dos, para posteriormente volver al extranjero, haciendo de Ecuador su hogar por cinco años. Esto, según explica entre risas, ya que su padre es diplomático del Servicio Exterior chileno, haciendo que esta egresada del Colegio La Girouette de Santiago recorra el mundo y acumule idiomas, lo que explica lo especial de su acento.
Llega puntual a la entrevista. En su mano sostiene el libro "La mujer del collar de terciopelo" de Alexandre Dumas y en su bolso, según revela, guarda las películas que debe ir a devolver a la videoteca del Instituto Chileno Francés de Cultura, lugar que recomienda a ojos cerrados y donde tomó dos cursos para perfeccionar su francés, ya que según confiesa, el de su colegio no era tan bueno.
"Hay gente que se mete a preuniversitarios para preparar la PSU, sin embargo yo no hice eso, pero durante los cuatro años de la educación media estuve más atenta a las clases, además que me gusta estudiar. Creo que mi puntaje se debe a un proceso de acumulación de hábitos de estudios y de adquisición de conocimientos que salen a luz en este tipo de exámenes", explica Ivana, quien asegura que desde los tres años sabía que quería estudiar artes plásticas, ya que "es la manera en la que he sido y seré feliz".
"Siempre había querido estudiar en la Universidad de Chile por la trayectoria y diversidad, además mis padres, a quienes considero mis grandes mecenas, me apoyan", explica Ivana Cisternas, cuya madre es candidata a Doctora en Literatura de la Universidad de Chile y su padrastro historiador del arte de la misma universidad.
"Espero encontrarme con todo al interior de la universidad, porque sería muy aburrido y frustrante si me encontrara sólo con un tipo de persona o sólo con un tipo de profesor, además porque espero diversidad y exigencia", explica la joven.
Pedro Pablo Bustos tiene diecinueve años y a su corta edad, sabe bien que lo suyo es el teatro. Egresado del colegio Nazaret de la Florida, Bustos obtuvo 764 puntos en la Prueba de Selección Universitaria, PSU, lo que le permitió ser el primer puntaje de ingreso a la Licenciatura en Artes, mención Actuación Teatral al interior de la Universidad de Chile.
Pero los méritos de este hombre no radican sólo en el puntaje que obtuvo, el que dicho sea de paso, fue cuarenta puntos superior al mejor puntaje del año pasado en dicha licenciatura, sino que la perseverancia en él, hizo que pudiera entrar a estudiar lo que siempre quiso.
Fue hace un año cuando Bustos postuló por primera vez para estudiar teatro en la Casa de Bello, quedando eliminado en la primera ronda. "A pesar de que la primera vez que postulé no me había ido bien en la Prueba de Exigencias Especiales, yo estaba más que convencido de que lo mío era el teatro. Empecé a interesarme por esa disciplina a través de la dramaturgia y la dirección, ya que escribo harto, siendo una necesidad para mí, porque no puedo estar sin escribir".
"Después de haber quedado eliminado pensé en prepararme mejor, así que ingresé al Curso de Actuación Vespertino de la Universidad de Chile, donde tuve a excelente profesores. A diferencia del año pasado, donde tenía a un sólo amigo que también estaba rindiendo la prueba y que tampoco quedó, este año tenía a más amigos que querían ingresar, por lo que pude compartir harto con ellos, siendo mucho más tranquilizador porque me sentí más acompañado", explica Pedro Pablo Bustos, quien además integró por casi tres años la Escuela Nacional de Teatro Comunitario Azulvioleta.
El creador del teatro de la crueldad, el escritor francés Antonín Artaud, fue el que le abrió los ojos a Bustos cuento cursaba segundo medio. "Una vez, un amigo me mostró textos de Artaud, así que empecé a leer cosas de él. Lo primero que leí de ese autor fue el Manifiesto del teatro de la crueldad, y desde pude explorar otras dimensiones del teatro, las que tienen esas mismas perversiones u obsesiones que había encontrado previamente en la narrativa o en la poesía".
"Elegí entrar a la Universidad de Chile porque es el lugar en el que más confío. Conozco el ambiente y a los profesores y es donde creo que podré desenvolverme mejor y tener más libertad para entregar más cosas", explica Pedro Paso Bustos, quien confiesa saber que su estadía en el Departamento de Teatro será muy difícil por tratarse de una carrera de alta exigencia. "En la Universidad de Chile voy a encontrar la presión que necesito, porque no puedo estar sin crear y a la vez me dejo estar. Creo que voy a tener un ritmo muy fuerte donde voy a poder sacar toda mi creatividad acumulada y así hacer cosas para que sean un aporte".
A Javiera Benavente le dicen Jaol. Es la menor de dos hermanos, tiene dieciocho años y fue la mejor alumna de su generación en el Cambridge College. Con 782 puntos en la PSU, 22 puntos más que el mejor puntaje del año pasado, Javiera ingresó a Licenciatura en Artes, mención Teoría de la Música en la Universidad de Chile.
"Nunca dudé de la decisión que había tomado cuando quise estudiar Teoría de la Música. Me sorprendí cuando se publicaron los puntajes, porque sabía que me había ido bien, pero nunca pensé que me había ido tan bien. Yo siempre quise entrar primera a la carrera que yo había elegido, porque en mi colegio, a los mejores puntajes, los publican en una gigantografía en la puerta principal. Yo quería salir ahí, que mi cara y mi nombre aparecieran en esa publicación con la palabra música en grande, porque todo el tiempo me decían que con mi puntaje podía optar a otra carrera", explica Javiera Benavente, quien agrega que "mi meta era entrar primera para estar en la puerta de mi colegio y así vieran que los músicos no son unos vagos".
"Creo que el compromiso con las metas es el secreto de mi éxito. Muchas veces las personas van acumulando sueños y no se comprometen con las cosas en las que creen. Yo siempre me he comprometido con lo que he querido, y así he podido lograr las cosas que me he propuesto", explica Javiera.
"Estoy nerviosa de entrar a la universidad, pero espero poder encontrar los conocimientos que vine a buscar. Mi relación con la música siempre ha sido más práctica que teórica, por lo que escogí esta carrera para poder suplir esa carencia y elegí la Universidad de Chile porque para mí siempre ha sido la mejor", señala Javiera Benavente.
No es la primera vez que Antonio Chanduvi ingresa a la universidad. Con dieciocho años y siendo hijo único, este egresado del Instituto Nacional estudió el primer semestre del 2007 Licenciatura en Matemáticas en la Universidad de Chile, para este año ingresar a Licenciatura en Artes, mención Sonido. "Me di cuenta que perdía mucho tiempo estudiando matemáticas, por lo que no me alcanzaba el tiempo para dedicarme a la música, que era lo otro que también me gusta. Así que averigüé que la carrera que fusiona la matemática con la música era sonido y postulé a la Facultad de Artes".
"Elegí la Universidad de Chile por prestigio y porque es la única universidad tradicional que imparte la Licenciatura en Artes, mención Sonido. Espero dejar lo mejor de mí y de pasar todos los ramos y espero que los profesores respondan a mis expectativas", explica Antonio, quien obtuvo 705 puntos en la PSU.
Actualmente en la Facultad de Artes, se imparten nueve menciones de Licenciaturas en Artes. Éstas se imparten en tres sedes ubicadas en Santiago: Pedro de la Barra, Actuación y Diseño Teatral; Las Encinas, Artes Plásticas y Teoría e Historia del Arte y Alfonso Letelier Llona, Danza, Interpretación Musical, Composición musical, Teoría de la Música y Sonido.