A las seis de la tarde en punto del viernes 9 de noviembre, una fuerte lluvia al más puro estilo tropical, se dejaba caer sobre Santiago. Al mismo tiempo que las gotas chocaban con la cúpula de metal y vidrio de la Escuela de Teatro de la Universidad de Chile, Nelson López, encargado de admisión al interior de dicha escuela, le levantaba el dedo pulgar de su mano derecha a uno de sus colegas, marcando el cierre del proceso de admisión 2008, mientras que de apoco se reducía el número de estudiantes que se asomaban desde la baranda y con cara de intriga, para ver quienes postulaban en el zócalo de la escuela en este nuevo proceso de ingreso.
Con el número 558, Nicole, de 19 años, fue la última persona en postular a la prueba especial de Actuación Teatral. Una serie de incidentes de último minuto casi dejan sin poder postular a esta joven egresada del Liceo Tajamar de Santiago, quien afirma que toda su vida se ha sentido atraída por estudiar teatro. "Siempre he querido estudiar actuación teatral, siempre he sentido que es lo que yo quiero hacer, a pesar de que a todas las personas a las que les he contado como que se espantan".
"Esta universidad es mi primera opción porque es una muy buena universidad. Siempre se ha dicho que estudiar teatro es una carrera con poco futuro, pero estudiando en una casa de estudios con la tradición y el prestigio que tiene la Universidad de Chile, voy a estar en mejor pie para enfrentar el mundo laboral, y claro, también depende de uno", señala la joven.
Nicole, al igual que los otros quinientos cincuenta postulantes, deberá rendir la segunda parte del proceso de admisión, la que tiene carácter de eliminatoria y que consta de tres etapas: improvisación, donde se medirá movimiento y voz; texto, en la que se formarán parejas, las que recibirán un texto que puede tener diferentes interpretaciones; y por último, una conversación personalizada para medir el desarrollo cultural y vocacional del postulante.
Segura de sí misma y de sus capacidades, la joven, que reconoce estar un poco nerviosa y asegura contar con el respaldo de su familia para estudiar lo que ella quiera. "Estoy nerviosa, pero tengo confianza en mí. Sé que tengo las capacidades y que puedo lograrlo, además que me tranquiliza poder contar con el respaldo de mi familia".
A pesar de que al interior de la Escuela de Teatro señalan que este año, a diferencia de los anteriores, hubo una disminución de postulantes, el Coordinador de la sede Pedro de la Barra de la Facultad de Artes y profesor de Actuación en la Universidad de Chile, Marco Espinoza, señala que bordear los seiscientos es un número apropiado, puesto que si fuesen más los postulantes, no se podrían evaluar seriamente. "Un número de postulantes sobre los quinientos es un exceso, ya que la infraestructura de la escuela, sumado al desgaste físico de los profesores a cargo de las evaluaciones, son factores importantes para un número tan elevando de postulantes. Sería complejo si hubieran más personas queriendo ingresar, porque ya no tendríamos criterios y el instrumento se volvería defectuoso".
Las etapas que vienen
A las nueve de la mañana del lunes 12 de noviembre comienza la segunda etapa de admisión, la que tiene un carácter eliminatorio y que continuará el martes 13. En esta etapa se medirán las destrezas físicas y vocales del alumno y la capacidad de diálogo y de dejarse modificar por el otro en el escenario.
Esta etapa se llevará a cabo en las tres salas de actuación de la Escuela de Teatro: Enrique Noisvander, Andrés Pérez y Eugenio Guzmán, y estará a cargo de los profesores de actuación: Alejandra De La Sotta, Viviana Steiner y Marco Espinoza; de voz: Nelda Muray, Francisco Medina y Gabriela Aguilera y de movimiento Igor Pachecho, Hiranio Chavez y Jenny Pino.
Los postulantes que aprueben la etapa donde se mide movimiento y voz, pasarán a una nueva etapa el día miércoles y jueves, a cargo de una comisión más reducida, la que medirá tres textos de Antón Chejov: "Las Tres Hermanas", "Las Gaviotas" e "Ivanov" y que estará integrada por los académicos Fernando González, Cristian Lagreze, Nelda Muray, Igor Pachecho, Hiranio Chavez y Marco Espinoza.
Sobre el proceso de admisión, el Coordinador de la sede Pedro de la Barra de la Facultad de Artes y profesor de Actuación en la Universidad de Chile, Marco Espinoza, señala: "Para nosotros siempre son buenas las nuevas energías que hacen un corte transversal en el año escolar. Las nuevas generaciones siempre tienen algo que decir y las discusiones que se generan al interior de la comisión son muy buenas, porque nos permite reflexionar en torno al perfil del estudiante que nosotros queremos egresar".
El académico agrega: "Es un perfil en constante cambio bajo ciertos parámetros, entonces la dinámica de recepción es bastante positiva para nosotros, si bien es cierto hay un desgaste, también es un efecto energético súper potente el que se genera al interior de la escuela, la que se llena de una energía cargada de expectativas, de suerte, de fracaso, de éxito y sobre todo, de rigor y de disciplina, que es lo que caracteriza esta escuela".
Las novedades de este año
Este año el equipo del laboratorio multimedial de la Facultad de Artes, en conjunto con los encargados de admisión de la sede Pedro de la Barra de dicha facultad, implementaron un nuevo sistema de inscripción electrónica para que los postulantes de regiones no tengan que trasladarse hasta Santiago para presentar sus papeles.
De esta forma, durante el 2 y el 9 de noviembre, fechas en las que estuvo abierto el proceso de inscripción para la prueba especial de Actuación Teatral, cientos de personas accedieron a este servicio electrónico que debutó este año.
"Esta implementación es sumamente importante para que los estudiantes de regiones no tengan que trasladarse hasta la capital y vivir con el dinero de sus padres o en casa de sus parientes y eso es una gran ventaja. Muchas veces los postulantes de regiones se quedaban en hostales u hoteles, como el de al frente de esta escuela, el que es invivible, por lo que nos dio mucha satisfacción que con este sistema ellos se pudieron ahorrar el viaje para solamente cumplir con el trámite", explica Marco Espinoza.
"El teatro no es una profesión, sino un oficio"
Consultado sobre qué le diría a los padres que le niegan a sus hijos estudiar teatro, el profesor Espinoza explica: "Es extraño que los padres le pongan problemas a los hijos para estudiar teatro, cuando generalmente ellos (los padres) desean que sus hijos sean felices en la vida, y claro, que tengan un buen vivir. Si una persona es talentosa, y además trabajadora, en el teatro nunca le va a faltar para comer ni para vivir, porque finalmente en el teatro, tanto el trabajo como el talento todo lo vence, porque como no es una profesión, sino un oficio, a medida que va pasando el tiempo se va aprendiendo de mejor manera".
"Creo que los padres ya no imponen tanto su punto de vista cuando sus hijos quieren estudiar teatro, ya no es como antes. El fenómeno de estudiar teatro es bien visto por lo padres, porque con la percepción, lamentable, de los realitys y de la televisión, ha provocado una confusión respecto a lo que significa ser estudiante de teatro realmente, el que ha pasado de ser un artista cuestionador, reflexivo a su entorno social, a un personaje mediático. El problema es que la gente confunde estudiar teatro con ser un personaje de farándula", explica el profesor Espinoza.
Sobre el alto número de postulantes, el académico señala: "La verdad es que no me preocupa el tema de los padres. Lo que me preocupa es que si hay 550 postulantes, significa que ese será el número de estudiantes de teatro para primer año en las distintas escuelas de teatro. Es preocupante porque el medio nacional no está capacitado para absorber a ese número de postulantes, y si de ese número de postulantes, todos tienen una capacidad real, me parece aún más grave".
